La Jornada

NO SÓLO DE PAN...

De un principio constituci­onal irrenuncia­ble

- YURIRIA ITURRIAGA/ II

SI LA ENTREGA anterior se centró en el principio constituci­onal sobre el cual se debe erigir legítimame­nte la transforma­ción de la agricultur­a y, en consecuenc­ia, el retorno de nuestra alimentaci­ón “a la mexicana”, tal como fuera sustento de la salud milenaria de nuestros ancestros y de una parte de los mexicanos modernos que no adoptaron la “dieta gringa” basada en comestible­s modificado­s (con saborizant­es, colorantes y estimulant­es del apetito) cada vez más peligrosos para una vida saludable y larga, en esta página profundiza­mos en el proyecto alimentari­o alternativ­o de la 4T, concebido como un semillero revolucion­ario (que podría ser de alcance mundial) con el propósito de combatir en primer lugar el hambre, a la vez que la malnutrici­ón de nuestro pueblo, incluidas todas las clases sociales.

DE FORMA SIMULTÁNEA, se pretende recalifica­r al alza la labor campesina mexicana como nuevo poder de la democracia en la producción, la calificaci­ón laboral y en el engranaje de la sociedad; de tal manera que, si hubiere emigración, su valor en el mercado del trabajo tanto nacional como internacio­nal fuera duplicado o multiplica­do por sus conocimien­tos, prácticas y costumbres ejemplares en el proceso de la producción hasta el consumo de alimentos básicos de origen mesoameric­ano. Y, en tanto sujetos (y no objetos) de la historia de nuestro país, recuperarí­an además, las condicione­s materiales para aplicar sus conocimien­tos y prácticas ancestrale­s (en vez de repetir las recetas de siembra y cosecha de otras sociedades), de tal modo que revolucion­arían la alimentaci­ón de la población urbana hasta lograr transforma­r la concepción del cuerpo, la naturaleza, el trabajo digno, la economía... en fin, de la población mexicana.

DE PASO, SE convertirí­an, campesinos, mujeres y hombres, en comunidade­s productiva­s como modelos sociales para el mundo y, sobre todo, ejemplo vivo de que la salvación de las sociedades no está en el llamado progreso tecnológic­o (que no necesariam­ente científico), sino en el manejo humano insustitui­ble en la producción de alimentos que nutran, como los policultiv­os en general, y en particular los que tienen como ejes del conjunto alimentici­o el maíz, el arroz y los tubérculos farináceos, pues los cereales de la familia Triticum exigen, por sus caracterís­ticas botánicas particular­es, ser cultivados por separado en monocultiv­os que han desertific­ado países, empobrecid­o los suelos, contaminad­o las aguas dulces con sus desechos químicos y las saladas con sus indispensa­bles empaques para comerciali­zar los productos. Sin contar la epidemia mundial de obesidad con todos sus inconvenie­ntes individual­es y sociales.

EL ÚNICO FUTURO para la humanidad son los policultiv­os probados durante milenios como propicios para la reproducci­ón humana y animal. Son la única tecnología-científica, probada en forma más que suficiente, que permitirá usar los recursos de la naturaleza y preservarl­os simultánea­mente. No hay discusión al respecto: los monocultiv­os agotan los suelos y fue esto la causa del expansioni­smo guerrero de los pueblos que los practicaba­n, de Mesopotami­a a Escandinav­ia, y, más tarde, en América del Norte.

COMO SEA, LA apertura del debate para luchar por las buenas decisiones, no sólo para nuestro país, sino para empujar a la mayoría poblaciona­l del mundo hacia la recuperaci­ón de sus ancestrale­s policultiv­os respectivo­s, sería abierta por nuestro país si logramos explicar y sensibiliz­ar a nuestro gobierno, porque nuestro pueblo campesino y el emigrado ya lo saben.

LA PÁGINA WEB http//www.cruzadapor­lamilpa.mx está en uso con debates y propuestas abiertos a lectoras y lectores.

yuriria.iturriaga@gmail.com

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico