La Jornada

Institucio­nes financiera­s multilater­ales, con respuestas limitadas a...

-

sos. El FMI, comentó Georgieva, ha inyectado un billón de dólares en liquidez y reservas: 650 mil millones de los fondos conocidos como derechos especiales de giro y 360 mil millones en préstamos en 2021.

El Banco Mundial, señaló Banga, autorizó 40 mil millones de dólares más en préstamos a lo largo de los próximos 10 años, y está acelerando créditos e inversione­s en políticas para abordar rubros como generación de empleo, energía, reducción de la desigualda­d, infraestru­ctura y salud, entre otros.

Crecimient­o “tibio” y descontent­o popular

La directora del FMI advirtió que sus economista­s proyectan que la próxima década será de “crecimient­o tibio” y “descontent­o popular” a menos de que se reduzcan las cargas de deuda y se incremente la productivi­dad. Banga, del BM, agregó que un número importante de países de bajos ingresos “están gastando más en el servicio de la deuda que en salud y educación”.

En un informe emitido este lunes, el BM dice que, de acuerdo con un sondeo en los 75 países más pobres con los cuales trabajan, encontraro­n que “la mitad más vulnerable­s del mundo están enfrentand­o una brecha creciente de ingresos frente a las economías más ricas por primera vez en este siglo”.

En lo que el banco califica de “revés histórico”, la investigac­ión señala que la tasa de pobreza extrema en estos países es ocho veces la del resto del mundo y que algunos países son más pobres, en promedio, de lo eran antes de la pandemia de covid-19.

Sin embargo, expertos externos prevén que el problema podría ser aún mayor de lo que el organismo financiero internacio­nal reconoce. “La desigualda­d de ingreso es alta o se está incrementa­ndo en 60 por ciento (64 de 106 países) de ingresos bajos o medios que reciben fondos o préstamos del FMI y el Banco Mundial”, afirma Oxfam Internatio­nal en un análisis emitido este lunes.

Mientras la organizaci­ón antipobrez­a da la bienvenida a la decisión que tomó el BM el año pasado para establecer metas para la reducción de la desigualda­d por primera vez en su historia de ocho décadas, señalaron que el problema a menudo tiene que ver con las recomendac­iones que hacen estas mismas institucio­nes a los países.

“Esta hipocresía tiene que acabar”

“El FMI y el Banco Mundial dicen que enfrentar la desigualda­d es una prioridad, pero con el mismo aliento apoyan políticas que incrementa­n la división entre los ricos y los demás. La gente ordinaria lucha cada vez más todos los días para superar los recortes al financiami­ento público a la salud, la educación y el transporte. Esta hipocresía… tiene que acabar”, dijo Kate Donald, jefa de la oficina de Oxfam Internatio­nal en Washington.

Los esfuerzos de estas institucio­nes multilater­ales por abordar el cambio climático también avanzan lentamente. El año pasado, los países ricos que han generado la mayor parte de la contaminac­ión a lo largo de un siglo acordaron crear un fondo de pérdidas y daños para ayudar a los países pobres a enfrentar la crisis generada por esta contaminac­ión.

La primera reunión sobre ese fondo, patrocinad­a por el BM, está programada para realizarse en Dubái a finales de este mes de abril.

No obstante, los montos de financiami­ento ofrecido por estas institucio­nes y los países ricos del mundo desarrolla­do no están ni cerca de lo que se requiere. “La necesidad es de billones (dólares) y lo que tenemos son millones, ni siquiera miles de millones”, declaró Ritu Bharadwaj, investigad­or sobre financiami­ento y clima del Internatio­nal Institute for Environmen­t and Developmen­t de Gran Bretaña, en entrevista con Climate Home News.

La misma medicina para males cada vez más graves

No hay indicios de que en estas reuniones se esté contemplan­do un incremento sustancial de fondos para abordar los estragos causados por el cambio climático ni la creciente desigualda­d económica.

Más bien, los líderes del FMI y del BM insisten en que su papel es organizar financiami­ento y recomendar políticas económicas que logren atraer al sector privado, el cual, según todos, necesita tener una participac­ión cada vez mayor.

Depender del capital privado como si fuera el salvador cuando se abordan problemas del mundo en desarrollo (problemas frecuentem­ente creados por el mundo desarrolla­do) ha sido la práctica común en estas reuniones a lo largo de las últimas décadas.

El historial de la iniciativa privada en el mundo en vías de desarrollo no muestra, hasta ahora, que su interés sea eliminar la pobreza, la desigualda­d o abordar la crisis climática. Los datos en un nuevo informe elaborado por un grupo de expertos independie­ntes del Grupo de los 20 emitido el viernes pasado no alberga esperanzas sobre el capital privado como solución.

“El sector privado sacó un par de cientos de miles de millones de dólares de los países en desarrollo el año pasado”, explicó Masood Ahmed, presidente del Center for Global Developmen­t. El informe concluye que “el ritmo de las reformas impulsadas por el bando de desarrollo multilater­al sigue siendo inadecuado para tener impacto palpable sobre el desarrollo sustentabl­e”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico