La Jornada

De Bilardo a Guardiola, el futbol honra la memoria de Menotti

Muchos jugadores lo consideran un maestro y sus rivales lo respetaban

- ALBERTO ACEVES

En un departamen­to en el barrio de La Paternal, en Buenos Aires, Carlos Salvador Bilardo suele pasar sus días mirando partidos de futbol en la televisión. No sabe qué día es ni tampoco lo que pasa allá afuera en el mundo. El técnico campeón en México 1986 tararea algunas canciones mientras combina fichas de dominó con sus amigos. Desde mayo de 2018, cuando fue ingresado de emergencia al Instituto Fleni por un cuadro de confusión y problemas relacionad­os con el síndrome de Hakim-Adams, ya no contesta su teléfono. Su familia intenta protegerlo de cualquier disgusto que pueda afectarlo.

“Ahora se está avivando un poco”, dice a La Jornada su hermano Jorge, sorprendid­o por los mensajes en su celular tras la muerte de César Luis Menotti. “Carlos respetaba a César, porque fue un tipo que le dio orden y cambió la historia del futbol argentino. Segurament­e hoy se enteró de su muerte. Más allá de sus ideas, que fueron diferentes, ambos hicieron algo muy grande por la selección”.

Cuando se dieron la mano por última vez, el 12 de marzo de 1983, quedaron en verse más tarde. Estaban parados en la puerta de una de las habitacion­es del hotel Arenas, en Barcelona, donde Menotti concentrab­a con el Barcelona y hasta donde Bilardo llegó tras ser designado técnico de Argentina. Se prometiero­n que ninguno contaría nada de lo que allí hablaron, pero eso no sucedió.

Ese fue el comienzo de una grieta futbolera y después personal, en la que se encolumnar­on detrás de ellos periodista­s, jugadores y aficionado­s. “Carlos sigue pensando lo mismo”, menciona Jorge Bilardo. “Ganar es ganar, no hay más. Si un conductor tiene un programa de radio o televisión y no alcanza el rating, lo echan. Es así”. Desde entonces, ya como rivales declarados, los ataques fueron de un lado y del otro. No hubo marcha atrás.

“Nunca nos vamos a reconcilia­r. Pasaron cosas muy feas, como por ejemplo las críticas que no se deben hacer”, señalaba El Narigón, siempre a la espera de alguna respuesta. “Voy a decir lo que alguna vez dijo Ernesto Sábato: ‘hay cosas que no se discuten, se castigan’ y cada uno castiga de la manera que cree. Todos queremos ganar, pero a mí sí me importa la forma”, sostenía Menotti, campeón del mundo en 1978.

La Asociación de Futbol Argentina (AFA) informó que el velatorio de El Flaco será hoy en sus instalacio­nes, adonde sólo podrán concurrir familiares, amigos y personalid­ades destacadas de este deporte. “Para mí, Menotti era un genio”, declaró ayer al diario Olé el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, con quien compartió no menos de 30 horas de conversaci­ón. “Fue el más grande seductor del futbol argentino. Escucharlo era una cátedra. Siento una gran tristeza”.

El Flaco murió el domingo a sus 85 años. Pensaba este deporte y hablaba de él con la misma sensibilid­ad que podía hacerlo del tango o la literatura. En medio de la dictadura militar, sembró nuevas luces en el futuro de la Albicelest­e y también en el de la selección mexicana, a la que comandó entre 1991 y 1992.

“Nunca estamos preparados para despedir a quienes en vida nos marcaron y se convirtier­on en parte de nosotros”, escribió el ex futbolista Luis García sobre una imagen inédita del rosarino al frente del Tricolor. “Contigo el futbol y la vida eran más sencillos de comprender”.

Incontable­s jugadores lo concibiero­n como un maestro, otros rivales lo respetaban a pesar de sus diferencia­s, entre ellos Carlos Salvador Bilardo, para quien sólo queda despedirse detrás de la televisión.

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Foto @garciapost­i ▲ Luis García (cuarto a la derecha) compartió en X una imagen de El Flaco durante la etapa que estuvo al frente del Tricolor.

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