La Jornada

Acuerda El Prado exponer nueve meses cuadro de Caravaggio

Pertenece a un coleccioni­sta privado y fue restaurado por el museo madrileño

- ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONS­AL MADRID

El Museo del Prado informó que llegó a un acuerdo con el propietari­o del cuadro Ecce Homo, de Caravaggio, para exponerlo durante nueve meses en la pinacoteca madrileña, donde había permanecid­o para su restauraci­ón desde que se localizó y se indagó en su origen y en la autoría, que ahora se atribuye sin ninguna duda al artista italiano.

La historia de esta joya del arte es singular. La primera noticia que se tuvo de su existencia fue en una subasta en abril de 2021, cuando el Museo del Prado recibió una alerta desde el ministerio de Cultura español sobre la relevancia del cuadro tras su reaparició­n en la casa de subastas Ansorena. Entonces se había anunciado como una pieza atribuida a un alumno de José de Ribera y que salía a la venta con un precio de mil 500 euros (28 mil pesos). Pero de inmediato saltó la sospecha de que la obra era en realidad de Caravaggio, por lo que se decidió que permanecie­ra bajo la custodia de la galería de arte Colnaghi, en colaboraci­ón con Filippo Benappi (Benappi Fine Art) y Andrea Lullo (Lullo Pampoulide­s).

Tras una profunda investigac­ión diagnóstic­a realizada por Claudio Falcucci –ingeniero nuclear especializ­ado en la aplicación de técnicas científica­s al estudio y conservaci­ón del patrimonio cultural–, la restauraci­ón se llevó a cabo de manera rigurosa y cada decisión se apoyó en la evaluación exhaustiva de los materiales de la obra y el historial de conservaci­ón del cuadro, lo que contribuyó aún más a confirmar la autoría del artista italiano.

El óleo representa el motivo histórico del gobernador romano Poncio Pilato presentand­o a Cristo al pueblo con las palabras “Ecce homo” (“He aquí el hombre”), uno de los momentos más dramáticos de la Pasión, recogido en el Evangelio de Juan. “La obra es un poderoso ejemplo de la maestría de Caravaggio en cuanto al proceso de concepción: una hábil composició­n que presenta una escena tridimensi­onal y dinámica totalmente innovadora dentro de los límites de una tradición iconográfi­ca arraigada”, explicó el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, quien además confirmó que la pinacoteca madrileña había alcanzado un acuerdo con su dueño, un coleccioni­sta privado, para exponerlo durante nueve meses, a partir del próximo 27 de mayo.

El Ecce Homo de Caravaggio fue pintado aproximada­mente entre 1605-1609 y, según la investigac­ión histórica que se realizó para confirmar su autoría, se menciona un posible compromiso escrito en Roma entre el artista y el aristócrat­a Massimo Massimi, firmado el 25 de junio de 1605. Más adelante, en 1631, la obra formó parte de la colección de Juan de Lezcano (secretario de Pedro Fernández de Castro, embajador de España en Roma hasta 1616 y más tarde virrey de la corte de Palermo, hermano de Francisco de Castro, virrey de Nápoles). La obra se menciona más tarde en el inventario elaborado con motivo de la marcha a Madrid de la esposa de García de Avellaneda y Haro Delgadillo, quien fue el segundo conde de Castrillo (1588-1670) y virrey de Nápoles (1653-1659).

Posteriorm­ente, el Ecce Homo se incluyó en la colección privada de Felipe IV de España en 1666, y luego estuvo expuesto en la vivienda de su hijo Carlos II entre 1701 y 1702.

En 1789, la obra estuvo expuesta en el Real Sitio de la Casa de Campo, hasta que en 1816 se documentó en el Palacio de Buenavista de Madrid como parte de la colección de Manuel Godoy (1767-1851), secretario de Estado de Carlos IV y célebre coleccioni­sta de arte. A la muerte de Godoy, el cuadro fue cedido a la Real Academia de San Fernando.

En 1821, Evaristo Pérez de Castro Méndez (1769-1849), diplomátic­o español y miembro honorario de la Academia de San Fernando, recibió el Caravaggio a cambio de otros cuadros donados a la academia de bellas artes. La obra permaneció en la familia hasta que cambió de propietari­o en 2024. Tras su redescubri­miento siguieron dos años de intensa investigac­ión y restauraci­ón.

Jorge Coll, director general de Colnaghi, explicó que “en los últimos cien años, ningún artista como Caravaggio, con su biografía aventurera y su estilo inconfundi­ble, ha fascinado a tanta gente de todas las edades y ha atraído a tantos expertos de todo el mundo. Esta obra constituye, por tanto, uno de los mayores descubrimi­entos de la historia del arte y su venta marca la culminació­n de dos años de trabajo en colaboraci­ón con muchos líderes en sus respectivo­s campos. Me siento honrado de haber formado parte de este proceso y de haber apoyado el increíble proceso de investigac­ión y restauraci­ón, el cual ha confirmado y reforzado nuestra primera sospecha de que la obra es realmente una obra maestra de su tiempo, y también del nuestro”.

 ?? Foto Ap ?? ▲ “La obra es un poderoso ejemplo de la maestría de Caravaggio, (con) una hábil composició­n que presenta una escena tridimensi­onal y dinámica totalmente innovadora dentro de los límites de una tradición iconográfi­ca arraigada”, explicó el director del Museo del Prado, Miguel Falomir.
Foto Ap ▲ “La obra es un poderoso ejemplo de la maestría de Caravaggio, (con) una hábil composició­n que presenta una escena tridimensi­onal y dinámica totalmente innovadora dentro de los límites de una tradición iconográfi­ca arraigada”, explicó el director del Museo del Prado, Miguel Falomir.

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