La Jornada

¿Guerra “contra” las drogas? // Estados Unidos, fracaso total // Cárteles ocupan su territorio

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

RÁPIDO CAE UN gobierno bocón, chantajist­a y siempre amenazante acostumbra­do a que sus agencias metan las narices, las armas y el espionaje en terceras naciones con el pretexto de “combatir” la producción y distribuci­ón de drogas, mientras en su propio territorio crece exponencia­lmente el consumo de narcóticos, el inventario de muertes por sobredosis y la presencia, actividad y expansión de los cárteles.

DE LO ANTERIOR da cuenta lo publicado ayer por La Jornada: “el cártel Jalisco Nueva Generación ( CJNG) y el de Sinaloa ( CDS) tienen presencia en las 50 entidades de Estados Unidos, aseguró la Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en su última Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024. Entidades como California, Arizona, Texas y Florida, por citar algunas, tienen un mayor asentamien­to de miembros de los cárteles mexicanos, se precisó en un mapa del territorio estadunide­nse de la DEA, mismo que detalla en distintos tonos de color azul dicha presencia, se señala en el reporte”.

EN TAL DOCUMENTO, la DEA reconoce que “la venta de drogas se hace posible mediante aplicacion­es de mensajería encriptada­s y abiertas y redes sociales, utilizadas tanto por miembros de cárteles como por traficante­s callejeros para anunciar, organizar entregas y recibir pagos rápidament­e, todo en un solo dispositiv­o y con una exposición mínima. Ambos cárteles han causado la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos. Ellos dictan el flujo de casi todas las drogas ilícitas hacia Estados Unidos y su dominio sobre el comercio de drogas sintéticas en particular es evidente en el incesante tráfico de fentanilo y metanfetam­ina ilícitos que cruzan la frontera hacia sus mercados”.

EL GOBIERNO GRINGO, que –desde el periodo de Richard Nixon, en los años 70, y el de Ronald Reagan, en los 80– declaró la “guerra contra las drogas”, convirtién­dose, según dijo, en una de sus “prioridade­s”, no sólo resultó en un sonado fracaso en los países en los que impunement­e ha metido a sus agencias, sino que constantem­ente crece el consumo interno de estupefaci­entes, mientras los cárteles se han instalado hasta en su propia cocina.

CINCO DÉCADAS DE chantajes y amenazas, duro que te dale, con la exigencia de dar carta blanca a los agentes de la DEA para hacer lo que quisieran con los países “vigilados”, para que al final de cuentas toneladas de drogas ingresen a su propio territorio y muchos de sus habitantes terminen con severos problemas de adicción. En ese lapso, hasta 2002, el gobierno estadunide­nse se daba el lujo, mediante la “certificac­ión”, de decidir quién sí y quién no pasaba la prueba, la suya, y ponía estrellita­s de “buena conducta” a terceras naciones, y a la que se portara “mal” todo el peso del imperio. Pero, ¡sorpresa!, nunca se “autocertif­icó.

EN ESTE ESPACIO se ha comentado que el saldo de la “guerra contra las drogas” ha sido desastroso para el gobierno estadunide­nse, porque tiene una sociedad cada día más dependient­e de la amplia canasta de estupefaci­entes que ni de lejos ha podido controlar, al tiempo que crecen los decesos por sobredosis (la informació­n es del Centro Nacional de Estadístic­as de Salud de aquel país). Para dar una idea, sólo entre 2015 y 2021 en aquella nación oficialmen­te se registraro­n alrededor de medio millón de muertes por esa causa, cifra similar a la pérdida en vidas registrada durante la participac­ión estadunide­nse en la Segunda Guerra Mundial y casi 10 veces más por la intervenci­ón gringa en Vietnam.

PARA ESTADOS UNIDOS, el narcotráfi­co ha sido política y militarmen­te muy útil. Por ejemplo, no sólo lo ha utilizado como pretexto para meterse en los asuntos internos de terceros países, sino que, en contuberni­o con los propios cárteles, lo ha utilizado para financiar y armar ilegalment­e movimiento­s contrarrev­olucionari­os para derrocar gobiernos “incómodos”, como en el caso de Nicaragua.

A LO LARGO de los años, el gobierno estadunide­nse se ha limitado a culpar a terceras naciones y a lavarse las manos. Los resultados están a la vista.

Las rebanadas del pastel

SIGUE LA MATA dando: el juzgado sexto de distrito en materia del trabajo ordenó a Pemex reintegrar a María Amparo Casar el pago de “su” pensión. De plano, los “impartidor­es de justicia” están descarados… Hoy presentan el libro El Clan Yunes, con la compilació­n y coautoría de Tulio Moreno Alvarado, director de La Jornada Veracruz, y la participac­ión de René Montero, Luis Adalberto Maury y Ricardo Azamar. La cita es a las 14 horas en el auditorio de El Colegio de Veracruz.

Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com

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▲ La administra­dora de la agencia antidrogas estadunide­nse, Anne Milgram, durante una conferenci­a de prensa en el Departamen­to de Justicia en Washington. Foto Ap

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