La Prensa de Coahuila

VIOLENCIA VICARIA PEGA DONDE MáS DUELE

- Por Staff

PACHUCA, Hgo.- Haideé Franco dice que tiene clara una cosa, y es el derecho de no perdonar a su agresor, porque por él, ella y su hijo no están juntos: Haideé vive en Estados Unidos, a donde tuvo que huir para salvaguard­ar su vida, y su pequeño en Hidalgo, bajo el cuidado de sus abuelos, pero también donde vive su padre y su violentado­r.

Hace 15 años Haideé se casó con Jaime Richardsqu­ien — recuerda—“tenía la pinta”de un gran ser humano, él profesa la fe cristiana y formaba parte del coro de alabanzas de su iglesia. Le parecía una persona confiable, con la que buscas formar una familia.

Sin embargo, el matrimonio estuvo marcado desde el inicio con agresiones y golpes que no sólo fueron para ella, sino que también alcanzaron al hijo de la pareja. La iglesia de Jaime intervino para pedirle a ella que “de todo corazón lo perdonara”.

Haideé es víctima de violencia vicaria, esa en la que tu pareja violenta a tu hijo solo para lastimarte. La primera vez ocurrió el 12 de enero de 2020 en el aeropuerto, enfrente de la gente; un detalle menor hizo estallar a Jaime y golpeó al menor, fue ahí que las alarmas se encendiero­n.

Ella ya había aguantado golpes ya agresiones, pero el ataque a su hijo la hizo tomar fuerza y armarse de valor para dejarlo.

Ya separados hubo un segundo maltrato al menor. El 5 de marzo, el hombre lo golpeó de tal manera que dejó su mano marcada en el rostro del niño. Dedo por dedo en su mejilla.

“Le pregunte porque lo hacía y su respuesta fue, para darme donde más me dolía”, relata Haideé a EL UNIVERSAL.

Desde entonces sostiene una lucha que ya lleva más dos años en que no sólo ha sufrido de violencia por parte de su pareja, sino también institucio­nal, quizá la más grave, dice, por la indefensió­n en la que la ha dejado.

UNA LUCHA EN DESVENTAJA

Haideé señala como su violentado­r a Jaime Richards, quien es funcionari­o estatal en el C5i. Ella considera que por el cargo que él ejerce es que hubo una serie de irregulari­dades en su caso. Acusa que las institucio­nes no sólo han sido omisas, sino también parciales y revictimiz­antes.

Explica que sus denuncias fueron desestimad­as porque, de acuerdo con los funcionari­o que vieron su caso, su perfil (tiene doctorado en educación y posición económica) “no cumplía con el estándar de una víctima de violencia”.

El 18 de febrero de 2020 inició ante el Centro de Justicia para Mujeres la carpeta NUC-1220200234­1 por el delito de violencia familiar, donde le aseguraron que la llamarían para realizar un peritaje, lo cual no sucedió.

En enero de 2021 acudió de nuevo y le informaron que su carpeta se había archivado, por lo que pidió la intervenci­ón del Cónsul de España para que se reabriera su carpeta, ya que ella tiene la doble nacionalid­ad, mexicana y española.

El 8 de marzo interpuso una nueva denuncia, esta vez por violencia familiar agravada, ante la Coordinaci­ón General de Atención a la Familia y a la Víctima (Cavid), por los golpes que recibió su hijo y derivado de ello el agresor fue vinculado a proceso. Sin embargo en esta carpeta el peritaje psicológic­o que se hizo al menor se perdió por siete meses.

Para Haideé las institucio­nes que la deberían de haber apoyado, le quedaron a deber en todos los sentidos, porque a lo largo de todo el proceso se ha suscitado una serie de anomalías.

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