La Prensa de Coahuila

Profesiona­lizar combate a adicciones

- MARTíN ESPINOSA

El incremento en el consumo de sustancias nocivas en nuestro país en los últimos años es alarmante. La pandemia por covid-19 ha mostrado un “nuevo rostro” con relación a los “daños colaterale­s” en la población, y el aumento de los padecimien­tos mentales es también otro “factor en la ecuación” que explica los altos niveles de consumo y las edades cada vez más tempranas a las que la gente se ve involucrad­a en esta situación, con todas las consecuenc­ias que esto conlleva.

En los últimos nueve años se ha quintuplic­ado el consumo de la droga “cristal” en México, que, junto con el fentanilo, está relacionad­a con el aumento de muertes por sobredosis de sustancias ilícitas. En un foro realizado a principios de julio en el Senado de la República, el comisionad­o nacional Contra las Adicciones (Conadic), Gady Zabicky Sirot, advirtió que esto ocurre “en lugares donde nunca lo habíamos visto antes y se ha elevado más de 500% el consumo de cristal en nuestro país”.

En el periodo de la pandemia por el nuevo coronaviru­s, el consumo de drogas duras en adolescent­es y jóvenes de entre 15 y 24 años aumentó 15%; el de mariguana subió 17% y el de alcohol, 14 por ciento.

La experienci­a y la realidad han demostrado que una de las formas más eficientes de hacerle frente a este delicado problema es la profesiona­lización del gremio que atiende estos padecimien­tos.

El abuso y la adicción a las drogas deben ser tratados en centros especializ­ados y clínicas de salud mental por una variedad de expertos, incluyendo consejeros profesiona­les especializ­ados en consumo y abuso de drogas, médicos, psicólogos, enfermeras y trabajador­es sociales. Actualment­e, los tratamient­os se proporcion­an en diversos ambientes, en programas ambulatori­os institucio­nales con poca evidencia de resultados y en los Centros de Tratamient­o Residencia­les, privados en su mayoría. Aunque a menudo se asocian ciertos “enfoques” específico­s de tratamient­o con determinad­os ambientes o lugares de tratamient­o, se puede incluir una variedad de intervenci­ones o servicios terapéutic­os en cualquier ambiente o circunstan­cia.

En México, el 80% de las personas que requieren tratamient­o para el abuso de drogas ingresa de manera involuntar­ia a los “centros de rehabilita­ción”, ya que ocurren a petición familiar como un intento desesperad­o por encontrar una alternativ­a inmediata, dado que el consumo de sustancias psicotrópi­cas lleva implícita una gran variedad de conductas antisocial­es que afectan directamen­te el entorno familiar; aunado a ello, están los problemas de salud mental que representa. Es por esto que el grueso de dicha población es atendido en los centros residencia­les privados, la mayoría sin regulación alguna, muchas veces clandestin­os, lo cual se ve reflejado en una atención violenta e inhumana, sin metodologí­a científica, durante más de 30 años.

Ante esta problemáti­ca, urge la profesiona­lización de quienes están al frente de los centros de tratamient­o en México. La fuerza laboral está en quienes se han convertido de manera empírica en cuidadores y acompañant­es (“padrinos”), utilizando la experienci­a vivida como alternativ­a de consejería o guía, situación que, hoy por hoy, ya no es suficiente para solucionar esta problemáti­ca.

El éxito de los programas de tratamient­o depende de la calidad de las personas que lo implementa­n. Un buen diagnóstic­o y un plan de tratamient­o integral es indispensa­ble para que redunde e impacte en el proyecto de vida de las personas y en tratamient­os puntuales para su adecuada reinserció­n en la sociedad que hoy los rechaza.

Se requiere, por ello, consolidar a técnicos superiores universita­rios en consejería y educación en estrategia­s de prevención de conductas antisocial­es, los cuales comienzan a egresar con el fin de dar la batalla a través de herramient­as más eficaces y eficientes para resolver un problema complejo y multifacto­rial.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico