POR UN NUEVO BICENTENARIO
CIUDAD DE MÉXICO.200 años de relaciones entre Estados Unidos y México son apenas el principio, una oportunidad para hacer una retrospectiva de las altas y bajas, pero también para ver las oportunidades por delante de ambos países.
“El bienestar de cada país depende de encontrar las mejores formas posibles de resolver las diferencias y aprovechar las oportunidades de beneficio mutuo”, dijo a EL UNIVERSAL el exembajador de Estados Unidos en México, Earl Anthony Wayne.
Migración, seguridad, economía, cultura, cine y deporte están estrechamente vinculados. Lo que afecta a un lado de la frontera también impacta del otro lado.
México es, hoy por hoy, un socio comercial clave para Estados Unidos, con un intercambio bilateral de productos y servicios que supera los 1.2 millones de dólares cada minuto. Sólo el año pasado se alcanzó la cifra récord de 661 mil millones de dólares en comercio total entre los dos países. El T-MEC es actualmente la base en la que se asientan los negocios entre ambas naciones, pero a lo largo de estos dos siglos mexicanos y estadounidenses han encontrado distintas formas de forjar alianzas.
Estados Unidos es una nación de inmigrantes y los mexicanos son, en este rubro, un elemento clave. Del Programa Bracero a la reforma migratoria, pasando por los soñadores, los gobiernos mexicano y estadounidense han buscado formas de integrar a quienes llegan buscando una mejor calidad de vida, pero también han atravesado por momentos de tensión a la hora de aplicar medidas —del muro al Quédate en México— para contener el flujo irregular de personas. La llegada de mexicanos a Estados Unidos ha significado, a la vez, una mezcla de tradiciones, de culturas, de aficiones.
El otro factor que ha incidido y a veces se ha convertido en elemento de tensión es la seguridad. Con una frontera compartida de más de 3 mil 100 kilómetros, el tráfico de drogas, de armas y de personas se ha convertido en motivo de preocupación, tanto en México como en Estados Unidos.
Especialistas en seguridad consideran que la colaboración entre ambos países está en una etapa de estira y afloja.
A pesar de ser vecinos, la conciliación “no fue la perspectiva adoptada sistemáticamente por los líderes de ambos lados de la frontera durante gran parte de los 200 años de relaciones entre Estados Unidos y México. La cooperación entre gobiernos fue, con demasiada frecuencia, la excepción”, reconoció Wayne.
Rompimiento de relaciones, guerras, pérdida de territorios, han sido parte —dolorosa— de las relaciones.
IR A LA RAíZ
Sin embargo, hoy ambas administraciones están intentando ir a la raíz de cada uno de los problemas, con la certeza de que sólo con diálogo bilateral, con un esfuerzo conjunto, se podrá poner fin a las diferentes crisis.
México hoy busca hablar con Estados Unidos como un aliado con el que es posible disentir.