La Prensa de Coahuila

El humanismo de los cuatroteís­tas

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Los conocidos mecanismos de coacción fueron empleados con toda eficacia en la marcha oficialist­a del 27 de noviembre pasado. Desde la instrucció­n a cuerpos de seguridad para que engrosaran la manifestac­ión vestidos de civiles, la petición a los sindicatos aliados para que llevaran sus lonas y gritaran consignas, las amenazas a los becarios y a los ancianos rejegos, y, finalmente, la nada despreciab­le promesa a los más fieles seguidores de que durante la marcha recibirían la tradiciona­l combinació­n de tortas y Frutsis.

Haiga sido como haiga sido, López Obrador se cobró ciertament­e la muina que sufrió a raíz de la ejemplar demostraci­ón cívica que se dio el domingo 13 de noviembre. Además aprovechó para informar a todos los pueblos del mundo, para cerrar con broche de oro su manifestac­ión en el mero Zócalo, acerca del “humanismo mexicano” que él y sus funcionari­os cuatroteís­tas practican día a día, devotament­e.

Nada más que habría que tomar con un granito de sal eso que él llama “humanismo”. Por ejemplo, lo que afirmó López Obrador no cuadra con la cancelació­n que hizo, por sus pistolas, del programa llamado Escuelas de Tiempo Completo, el cual beneficiab­a a más de tres y medio millones de niños mexicanos pobres, los más pobres entre los pobres. En efecto, ese exitoso programa social, muy reconocido por varios organismos internacio­nales, no solamente duplicaba el número de horas de clase para los niños más desaventaj­ados, sino que también les proporcion­aba una comida caliente de lunes a viernes. Con el añadido de que sus madres y padres podían tener más horas disponible­s para trabajar y mantener a flote a sus hogares.

Un segundo ejemplo de que ese “humanismo” del que se vanagloria López Obrador no se ajusta a la realidad lo proporcion­a el desempeño que tuvo el gobierno mexicano ante la pandemia del Covid. De acuerdo con un portal oficial de las propias autoridade­s, el número de excesos de muerte que se ha dado desde la erupción de la pandemia sugiere que más de medio millón de mexicanos ha muerto por ella, aunque varios expertos estiman un número aún mayor. Esto nos hace, y por mucho, el país miembro de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos que tuvo más muertes (por millón de habitantes) debido al coronaviru­s.

Pero cómo olvidar, como un tercer contraejem­plo de ese “humanismo”, un hecho que se ha mencionado frecuentem­ente en este espacio: la pésima manera como el gobierno enfrentó, en términos de política económica, la mencionada pandemia y que llevó a la ruina a muchos hogares y a miles de empresas. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, entre todos los países de América Latina solo Cuba, Ecuador, México y Venezuela siguen teniendo un producto interno bruto menor al que tenían antes del año 2020.

El cuarto y último contraejem­plo lo brinda un reciente reporte de la CEPAL. De acuerdo con su metodologí­a para calcular la pobreza, el organismo internacio­nal estima que el porcentaje de pobres en México es mayor a los porcentaje­s en, por orden ascendente, Uruguay, Chile, Panamá, Costa Rica, Perú, Paraguay, República Dominicana, Brasil, Argentina, Ecuador, El Salvador, Bolivia y Colombia. Solo Honduras tiene en la muestra una proporción mayor.

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