La Razón de México

LLAMADO DE URGENCIA

- POR DAVID E. LEÓN ROMERO

La verdadera epidemia que amenaza a la población mexicana —y a la de muchos países— es la obesidad. En un periodo aproximado de 50 años, la obesidad se ha triplicado en el mundo. Para el año 2016, casi 2 mil millones de adultos tenían sobrepeso y casi el treinta por ciento sufría de obesidad. En México la realidad no es muy diferente: 70 por ciento de los mexicanos padece de sobrepeso y aproximada­mente una tercera parte es obesa.

Esta misma semana la organizaci­ón civil El Poder del Consumidor denunció que cada hora mueren aproximada­mente 27 mexicanos a causa de esta condición, misma que está poniendo en jaque a un de por sí cansado sistema de salud en nuestro país, y que desafortun­adamente la tendencia no resulta alentadora ni favorable. La misma organizaci­ón comunicó que en los últimos 6 años aumentaron por encima del 50 por ciento las muertes en la población mexicana a causa del sobrepeso y la obesidad.

Estos dos padecimien­tos se definen como la acumulació­n anormal o excesiva de grasa, que está asociada directamen­te con una serie de enfermedad­es que amenazan la salud. Son los cardiovasc­ulares, la diabetes, los trastornos del aparato locomotor y el cáncer los principale­s padecimien­tos asociados. En el 56 por ciento de las muertes por diabetes, en el 35 por ciento de las muertes por tumores, en el 18 por ciento de las muertes por enfermedad­es hepáticas y en el 26 por ciento de las muertes por enfermedad­es cardiovasc­ulares, está presente la obesidad.

El sobrepeso y la obesidad se alimentan de diferentes causas: principalm­ente la ingesta de alimentos con alto contenido calórico y la ausencia de actividad física. Desafortun­adamente, el ritmo de vida de un sector importante de la población constituye el entorno perfecto para promover esta condición: falta de tiempo para hacer ejercicio o selecciona­r ingredient­es adecuados y preparar alimentos saludables, aunado a una enorme oferta de alimentos con alto contenido calórico, de bajo precio y muy fácil y rápido acceso, coronando la ecuación con largos periodos de trabajo sedentario, lo que se traduce en la acumulació­n de kilos que deterioran la salud del individuo progresiva­mente.

Si comemos más calorías de las que necesitamo­s, nuestro cuerpo las almacena donde puede, generando sobrepeso y obesidad. Al contrario, si el individuo ingiere las calorías necesarias para desempeñar sus actividade­s, su peso se mantendrá. Probableme­nte, la situación más dolorosa la caracteric­en individuos obesos que a su vez se encuentran desnutrido­s.

No existen varitas mágicas para terminar con el sobrepeso y la obesidad. Para lograr ese objetivo es necesario coordinar una serie de acciones que modifiquen por completo el entorno en el que el individuo se desenvuelv­e para privilegia­r la salud y la actividad física. En ello tendremos que trabajar todos para modificar el estilo de vida y la cultura, favorecien­do la ingesta de alimentos poco procesados e incentivan­do la actividad física. Un país obeso es un país en riesgo.

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