EL BONAPARTISMO DE PUTIN
Vladimir Putin acaba de ser reelecto por un sexenio más con 87% de votos. En 2030 habrá cumplido treinta años al mando de Rusia –más que Stalin, un poco menos que Catalina la Grande y Pedro el Grande, respectivamente—, pero nada impide que empate o supere a estos zares de Rusia, con quienes mide su prolongado poder.
Mucho se discute en las ciencias políticas En Napoleón III encontraron Marx y Trotski contemporáneas qué tipo de refutación de la esa paralela necesidad de guerra y plebiscito democracia se está produciendo en el siglo que marca el liderazgo de Putin, sobre todo, XXI. Los adjetivos se superponen: iliberales, desde la anexión de Crimea en 2014. autocráticos, autoritarios, totalitarios… Existe, La articulación de ambas dimensiones la sin embargo, un término más viejo, bonapartismo, observó Trotski, también, en la concentración que utilizaron, sobre todo Marx y Trotski del poder de Stalin a partir de la Constitución para referirse a diversas dictaduras. de 1936. Percibía Trotski un creciente militarismo
El término se ajusta bien al tipo de sistema que, con independencia del Pacto Molotov-Ribbentrop político que ha construido Putin en Rusia. dos años después, conduciría Dos elementos de ese sistema son el consenso al choque militar con los otros imperialismos. interno basado en la amenaza externa y Y percibía, a la vez, que ese reforzamiento militar la puesta a prueba de la hegemonía con una transitaba por una ruta extraparlamentaria, competencia controlada. Se dirá que ambas es decir, cada vez más despótica. son características de toda dictadura, pero lo Lo que sólo en apariencia podía faltar al stalinismo cierto es que no todos los despotismos necesitan para ser plenamente un bonapartismo, de la guerra para reproducirse ni se según Trotski, se resolvía tolerando un reformismo arriesgan a disponer de manera permanente desangelado que, en la práctica, renegaba de mecanismos plebiscitarios. de las ideas bolcheviques. Además de la
Ambas cosas están en la definición de guerra como mecanismo plebiscitario, Trotski bonapartismo que utilizaron Marx y Trotski agregaba un tercer elemento distintivo del bonapartismo para referirse no al régimen del primero de stalinista y nazi: la burocracia leal. los Bonaparte, sino al tercero, a Luis Napoleón, Hemos visto en estos días a un ejército presidente de la república entre 1848 y 1852 y de burócratas rusos organizar una contienda luego emperador de los franceses hasta 1870. enorme a favor de la reelección de Putin. El engranaje de todos esos elementos se pone en evidencia al asociar directamente la invasión a Ucrania con el respaldo popular a Putin. De manera inevitable los rivales de Putin, como Navalny, Minyalko o Nadeshdin, acaban colocados detrás de una franja de objetores de la guerra.
El candidato comunista Nicolai Jaritonov y otro más liberal, Vladislav Davankov, estarían más cerca de una oposición leal, que no se opone a la invasión rusa y ésa es la razón por la que han podido contender. La guerra se convierte, así, en el hilo conductor de la política rusa, como en tiempo de Napoleón III y Bismarck a fines del siglo XIX y como en los de Hitler y Stalin a mediados del XX.
De acuerdo con sondeos de fines del año pasado, la invasión a Ucrania comenzaba a perder popularidad entre los rusos, aunque Putin mantenía altos índices de aprobación. Con la reelección, Putin transfiere algo de su propia simpatía entre los rusos a su escalada militar en el país vecino. La operación produce una complementariedad ventajosa para el Kremlin.
La centralidad de la guerra en el liderazgo de Putin hace crecer, a su vez, la antipatía por Volodimir Zelenski y el nacionalismo ucraniano, que en la nueva lengua política rusa se identifica con el nazismo. El bonapartismo putinista se vuelve remedo de imperialismos decimonónicos que deben más su identidad al pleito con vecinos cercanos que con rivales distantes.