Llegando a hueso
GILBERTO D’ESTRABAU
Como una cuerda tendida entre dos abismos -las catástrofes naturales y las elecciones en los países miembros-, las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte han cerrado su primera ronda de negociaciones con escasos resultados, tan escasos como el interés que despiertan en la opinión pública y los medios.
Los empresarios mexicanos, cooptados por el Gobierno para ser parte medular del proceso de reconstrucción nacional y por el otro entre espantados y esperanzados porque la reforma fiscal gringa fijó en 20% el Impuesto Sobre la Renta para empresas - aproximadamente la mitad de lo que se paga en México- con lo que se puede desatar un desplome en la inversión extranjera directa, a cuyo lado las anteriores agresiones trumpianas parecerán amables palmaditas de espalda- pese a que en el TLCAN les va la vida, simplemente no lo han pelado.
Y al Gabinete, comisionado en las tareas de rescate institucional luego de la tragedia, hasta se le ha olvidado que en 90 días deberá salir de entre sus filas un candidato presidencial cuyas oportunidades de triunfo se han elevado exponencialmente gracias la recuperación de la imagen presidencial en la atención a las víctimas de huracanes y sismos. Ni siquiera la declaración de Ildefonso Guajardo, el único ministro sin terremoto, de que las PYMES mexicanas “habían ganado” la tercera ronda en Canadá, provocó comentarios privados u oficiales.
Pero lo pelen o no, la renegociación del TLCAN sigue su agitado curso y los temas más espinosos, como el déficit comercial de los Estados Unidos, las condiciones laborales y las reglas de origen, siguen sin aparecer sobre una mesa a la que se supone se le quitará el mantel a más tardar el 31 de diciembre próximo.
“Esta es la última (ronda) en la que no hay heridos y dicen ‘estamos de acuerdo y contentos con los resultados.’ De aquí en adelante creo que es cuesta arriba”, vaticinó Manuel Valencia, académico del Tecnológico de Monterrey. En esto pareció coincidir el secretario Guajardo cuando dijo -refiriéndose a la cuarta ronda que se llevará a cabo en Washington del 11 al 15 de octubre-: “Va a ser una cuarta ronda complicada, porque estamos llegando a hueso”.
Pero advirtió: “Debe quedar claro que México tiene la firme decisión de incrementar nuestra competitividad y crear nuevas oportunidades de negocios e inversiones para nuestros ciudadanos”… En fin, dentro de 12 días se escuchará la voz washingtoniana y washingtonante. A ver si ahora sí le ponen más atención acá.
La renegociación del TLCAN sigue su agitado curso y los temas más espinosos siguen sin aparecer…