QUE LA DEMOCRACIA NO SEA UNA VÍCTIMA MÁS
El próximo año nuestro sistema democrático pasará por una de las pruebas más importantes de su historia debido a la emergencia sanitaria. “El gran desafío que tenemos es que la democracia no se convierta en una víctima más de esta pandemia”, señaló en agosto el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, cuando los procesos electorales de Hidalgo y Coahuila estaban parados.
Ya pasaron cuatro meses desde esa declaración, tiempo en el que autoridades y ciudadanía se unieron para organizar los primeros comicios en medio de la crisis sanitaria por Covid-19. Fue un reto complejo y no visto antes en nuestro país y ahora es un referente para planear el proceso electoral del año entrante.
“Nosotros teníamos una incertidumbre ¿qué va a pasar cuando el funcionario llegue a las casas? Es una situación para la cual nadie estaba preparado”, platica Itzel Aguilar Ambrocio, vocal de Capacitación Electoral del INE en Coahuila.
El 21 de marzo, el Consejo General del INE decretó el aplazamiento del proceso electoral en Hidalgo y Coahuila. Las condiciones sanitarias hacían imposible no sólo las campañas, sino el trabajo de campo para capacitar a los funcionarios de casilla, pero el proceso nunca paró.
Entre marzo y el 21 de agosto, fecha en la que el Consejo General del INE, con autorización de la Secretaría de Salud, dio luz verde para reanudar el proceso electoral, se preparó a los capacitadores y supervisores para lo que sería la nueva normalidad democrática, explica Aguilar Ambrocio.
En el INE desarrollaron capacitaciones virtuales primero para su personal de campo. Esta incluyó el protocolo MIAS (Modelo Integral de Atención Sanitaria) que obligaba al uso de cubrebocas, careta y gel antibacterial al momento de las visitas a los ciudadanos en su casa, todo para brindarles la confianza de que el día de la jornada electoral estarían a salvo de cualquier riesgo de contagio.
Durante los ensayos previos a la elección, se instruyó a los funcionarios de casilla sobre cómo organizar la jornada electoral en tiempos de pandemia. Les mostraron cómo mantener la sana distancia en las filas de espera, impedir que ingresaran más de dos votantes a la casilla al mismo tiempo, revisar la credencial y marcarla sin tener contacto directo con el plástico y dar preferencia a los adultos mayores para ingresar a las urnas. El resultado fue positivo, dicen las autoridades electorales.
Para el 6 de junio del año próximo está programada la elección más grande de la historia del país
LORENZO CÓRDOVA PRESIDENTE DEL INE El gran desafío que tenemos es que la democracia no se convierta en una víctima más de esta pandemia”
LABORATORIO PARA 2021
Al momento de escribir este texto, el Gobierno federal espera que al menos la vacuna de Pfizer comience su distribución a mediados de diciembre. Lo que aún no queda claro es para cuándo estará vacunada la mayoría de la población. Lo que sí es un hecho es que para el 6 de junio de 2021 está programada la elección más grande de la historia del país, incluso mayor que la de 2018. Para ese día se espera que 94.9 millones de mexicanos estén en posibilidades de votar.
Como preparativos, el INE tendrá que entrenar a 48 mil personas que fungirán como capacitadores y supervisores. Ellos serán los encargados de preparar a 1.4 millones de funcionarios de casilla que serán sorteados en enero próximo.
Por eso era tan importante la elección de octubre, que resultó un laboratorio de cara a junio de 2021. Laboratorio, que según Itzel Aguilar, cumplió con las expectativas de las autoridades y cuyos protocolos replicarán para evitar contagios.
Como dijo Lorenzo Córdova, la democracia sigue en riesgo de ser víctima de la pandemia, la pregunta es ¿podremos defenderla sin salir enfermos en el intento?