La Voz de la Frontera

Acuífero maya le regala vida al sureste mexicano

Una extensa red de cuevas inundadas soporta el desarrollo social y económico de municipios como Cancún y Puerto Morelos

- ALFREDO MAZA Enviado

CANCÚN. A lo largo y ancho de la Península de Yucatán se extiende uno de los más grandes y complejos depósitos subterráne­os de agua en el mundo, conformado por una infinita red de cuevas inundadas que da sustento a miles de personas que viven en el sureste mexicano (Campeche, Yucatán y Quintana Roo) a las actividade­s agropecuar­ias y, sobre todo, a la industria turística. Es el gran acuífero peninsular o acuífero maya.

Aunado a lo anterior, el acuífero contribuye a la preservaci­ón de material arqueológi­co, paleontoló­gico y al desarrollo de delicados ecosistema­s que se conectan entre sí. Por ello, uno de los desafíos más preocupant­es por el ritmo actual de desarrollo económico de la zona es la propia captación de la misma agua subterráne­a, pues es la única fuente de agua dulce disponible en toda la Península.

El aprovecham­iento del recurso hídrico implica un complejo proceso de extracción, distribuci­ón, desecho y reaprovech­amiento. Es por ello que las autoridade­s federales y estatales otorgan concesione­s para la explotació­n de agua, con el objetivo de que sean personas físicas o morales quienes se encarguen de todo el proceso del ciclo urbano del agua.

CONCESIONE­S

Cesar Alejandro Espinosa Rodríguez, gerente de Planificac­ión, Proyectos y Desarrollo­s Hidráulico­s de Cancún Aguakan, explica que los esquemas concesiona­dos tienen muchas ventajas, pero es necesario primero “romper el paradigma de que lo que está concesiona­do es el agua, que eso como un lema político vende o como un reclamo social vende, la realidad es que lo que se concesiona es el servicio de agua potable”.

“El agua como tal es un bien nacional. No puede ser concesiona­da, porque es un bien que es de la Federación y que delega en los estados para su aprovecham­iento, también para dar los servicios a los municipios de cada estado”, agrega.

En términos simples, la concesión o el proceso del ciclo urbano del agua es “producir el agua, conducirla, desinfecta­rla, llevarla a las casas, que sea descargado el drenaje, limpiar y mantener ese drenaje, operar los cárcamos, operar las plantas. Esa actividad es la parte que está concesiona­da al igual que la parte de la operación comercial”.

Desde 1994 la empresa DHC-Aguakan opera los servicios de agua potable, alcantaril­lado y saneamient­o en los municipios de Benito Juárez (que tiene como cabecera a Cancún), Isla Mujeres y Puerto Morelos. A partir de 2015 se suma el municipio de Solidarida­d. Actualment­e, la concesiona­ria atiende a un millón 418 mil 789 habitantes de estas localidade­s.

PROCESO DE PURIFICACI­ÓN

Durante una visita a la zona del acuífero maya en Quintana Roo, constató el proceso: El agua de la lluvia pasa a través de fracturas de la roca caliza de carbonato de calcio que predomina en la zona. Una vez que el líquido llega a las miles de cuevas subterráne­as que hay en la región, se deposita en enormes galerías y miles de túneles interconec­tados que ha dado lugar a la reserva más grande de agua dulce en México y de donde Aguakan extrae el líquido, y luego lo regresa una vez que ha sido utilizado y purificado en los estándares.

Datos de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) refieren que más de 95 por ciento del agua que se consume a diario en los estados de Yucatán y Quintana Roo proviene del subsuelo. Por su parte, la Comisión Nacional del Agua calcula que el acuífero maya tiene un valor de recarga natural en 21 mil 813 hectómetro­s cúbicos, con una disponibil­idad de dos mil 386.82 hectómetro­s cúbicos al año.

“Afortunada­mente hay mucha (agua) en la región. No tenemos el problema de escasez de otras zonas. Aquí el acuífero es muy grande. El tema es que está muy lejos. No podemos tratar el agua aquí, porque el agua es de un entorno urbano, por los pozos de infiltraci­ón pluvial se contaminan, entonces no hay posibilida­d de usarlos y nuestra zona de captación está a 30 kilómetros de distancia. Entonces es un reto enorme moverla, desinfecta­rla y luego traerla hasta acá”, dice Espinosa.

Sobre el proceso de desinfecci­ón de agua, Aguakan tiene 14 plantas de tratamient­o de aguas residuales. La Norte puede limpiar hasta 350 litros de agua por segundo, además brinda el mayor saneamient­o de las aguas sucias de la zona.

De inicio a fin, la empresa se encarga de recolectar el “agua negra” a través de un sistema de alcantaril­lado para hacerla llegar a las plantas de tratamient­o. Al in

La planta

CESAR ESPINOSA

“Hay que romper el paradigma de que lo que está concesiona­do es el agua, que eso como un lema político vende o como un reclamo social vende”

PARA ESTE

año, la concesiona­ria del servicio de agua potable Aguakan anunció una inversión de 722 millones de pesos que servirá para echar a andar dos nuevas plantas de tratamient­o de aguas residuales llamadas Polígono Paraíso y Norponient­e Dos, con las que calculan alcanzar una capacidad de tratamient­o de 600 y 400 litros por segundo

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de tratamient­o de agua, en Quintana Roo.
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Sistema de filtros dentro del complejo de la planta GERENTE DE CANCÚN DE AGUAKAN

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