YO, PILOTO
El año pasado, México participó por primera vez en la GT Academy, el programa de preparación de pilotos de Gran Turismo y Nissan, y ganó. Ricardo Sánchez, el vencedor de la final internacional, nos cuenta cómo logró el triunfo.
Hijo de una familia que por tres generaciones ha trabajado en agencias de coches, Ricardo Sánchez (Toluca, 1990) empezó a soñar con convertirse en piloto de carreras a los 12 años. En aquel entonces, su padre le compró un go-kart y le apoyó en su camino hasta el campeonato nacional, que ganó a los 18 años en la categoría de shifter 80. Después de aquello, Sánchez le dijo a su padre que, tras la prepara- toria, no iba a seguir estudiando. Su meta era ser piloto y por eso se empeñó en buscar patrocinio para conseguirlo. Pero en 2008 estalló la crisis mundial y su sueño se vio truncado: nadie apostó por él. Entristecido, decidió cursar ingeniería mecánica y abandonar las carreras.
“Me estaba preparando para estudiar mi maestría en Alemania cuando, al pasear con mi padre en un centro comercial, descubrimos un stand promocional de la GT Academy y PlayStation”, recuerda Ricardo, sonriente. “Corrí en el simulador y fui bastante rápido, aunque lo que decía el anuncio no parecía real”.
Al llegar a casa, Ricardo se informó sobre la GT Academy y descubrió que no sólo era real, sino que era la oportunidad de su vida: Nissan y los creadores del exitoso videojuego Gran Turismo idearon, en 2008, un programa para descubrir pilotos a lo largo del mundo mediante