ARTE OBLIGADO
No hay visita a Suecia que valga sin ir a Artipelag, un espacio que funge como albergue cultural en un gran homenaje a la nueva estética sueca.
Al este de la costa del impronunciable Baggensfjärden, a 40 minutos de Estocolmo, escondido entre el bosque y un lago, se encuentra el oasis llamado Artipelag, un imponente edificio de piedra negra alquitranada. Sin alterar la armonía y la postal paradisiaca de la zona, el empresario Björn Jakobson y su esposa Lillemor, en colaboración con el arquitecto Johan Nyrén, previeron esta majestuosa construcción que se funde como un elemento más de la naturaleza. El propósito de los creativos fue desarrollar un lugar donde el arte, el diseño, la cultura y el buen comer convivieran con el archipiélago sueco. Durante nuestra visita pudimos apreciar Land Meets Water, una recopilación fotográfica de paisaje europeo y americano, de 1860 a la actualidad. Curada por Peter Galassi, comprendía obras del genial Andreas Gursky, entre otros. Al terminar, probamos la oferta gastronómica de su cafetería al aire libre, seguida de una visita al espacio escultórico y al jardín botánico. El menú incluía delicias suecas como köttbullar (albóndigas), gravad lax (salmón curado) y sill (arenque en escabeche). Diría que Artipelag es el equivalente al neoyorquino Dia:Beacon en Escandinavia.