EL DANÉS INQUIETO
El año que viene es clave para Martin, nuestro anfitrión durante el vuelo. Planea extender su negocio y establecerse como el líder en la industria de helicópteros en Copenhague. Con aeronaves modernas y seguras, ofrecerá servicios como traslados ejecutivos, filmación de comerciales y eventos, recorridos turísticos, entre muchos otros. Más información en man@ madman.dk Hamptons, sin embargo, no eran más que las casas regulares de la clase media danesa. Bajamos en el castillo de Kronborg, inmortalizado como Elsinore en Hamlet, la célebre obra de Shakespeare. Hicimos escala para desayunar, entre una centena de curiosos que se acercó a ver quién era la celebridad que descendía de los helicópteros. Debo confesar que los decepcionamos.
El recorrido continuó por otros impresionantes castillos, como el Frederiksborg y el Fredensborg —la tercera foto de este artículo—, además de marinas llenas de veleros de lujo y kilómetros interminables de paisajes naturales dignos de las fantasías de Hans Christian Andersen. La belleza me distrajo de mi teoría inicial, pero era imposible encontrar algo negativo entre tantos atractivos.
Pocas veces me he sentido como en una película de acción, en un helicóptero sin puertas con un par de amigos volando en perfecta sincronía a unos metros de mí. Sobrevolamos Tivoli, Christiania, Nyhavn, Legoland e, incluso, el AC Hotel Bella Sky, de Marriott, un edificio de arquitectura modernista donde nos hospedamos durante nuestra estancia en Copenhague.
Ni fábricas contaminantes, deshuesaderos de autos ni lagunas con desechos tóxicos, sino todo lo contrario: muchas áreas verdes, limpieza absoluta, arquitectura impecable, aguas limpias, cielo despejado y mucha adrenalina. Contacten a Martin, responderá feliz a cada uno de sus mails.