ANATOMÍA DE UN AROMA
Puede sonar a tarea sencilla que una marca de lujo acostumbrada a trabajar con los mejores textiles y colaborar con virtuosos sastres, traslade estos conceptos a una colección de grooming. Era necesario un grupo expertos en el ramo, y una nariz educada para lograr que la transición al universo aromático fuera un acierto. La casa italiana Ermenegildo Zegna y el gigante cosmético Estée Lauder lo tenían muy claro cuando buscaron al francés Pierre Negrin para crear la línea Essenze. Platicamos con Negrin sobre su experiencia al traducir las raíces sartoriales de la marca en notas impalpables. El primer paso de Negrin fue encontrar los ingredientes, los cuales tenían que cumplir con tres requisitos: tenían que ser complejos de obtener, con una calidad olfativa excepcional y que aportaran un alto grado de sofisticación. Siguiendo esta premisa, es que en las notas de corazón y fondo de algunas de las fragancias podemos encontrar la fragilidad de la flor de iris, el exotismo del arbusto indio del patchouli, la exclusividad de la resina de agar y la acidez de la bergamota italiana (esta última, utilizada en exclusiva por la familia Zegna). Inspirado en el trabajo de Stefani Pilati para Ermenegildo Zegna Couture, Negrin desarrolló una colección completa de fragancias, que además de contar con las botellas, se complementa con una crema humectante, un jabón exfoliante y una vela aromática.
Charlamos con Pierre Negrin, la nariz detrás de Essenze, la línea especial de fragancias de Ermenegildo Zegna, con la que la marca le da seguimiento a su savoir-faire artesanal.