EL PODER DE UN CLASICO´

Jean-Christophe Babin, de Bvlgari, le imprime modernidad a la firma sin sacrificar el brillo de su legado.

De la misma manera en la que Marco Polo describió, desde su experiencia, ciudades fantásticas al rey Kublai Khan en el libro Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, nosotros podríamos narrar grandes historias sobre las asombrosas piezas y la influencia de Bvlgari en el mundo del lujo. Desde el Octo al Serpenti, pasando por el Papillon, hasta una pieza de alta joyería o un hotel, llevan en su ADN el trabajo de artesanos y diseñadores italianos que trabajan durante meses para traducir el legado de Bvlgari en cada una de sus divisiones y sus piezas.

Para Babin, CEO de Bvlgari y responsable de darle dinamismo al universo de la casa italiana, es prioridad hablar del futuro sin dejar el pasado en el olvido, punto clave si se considera que la marca tiene más de 130 años en el mercado. “Definitivamente, puedo decir que en Bvlgari tenemos una obsesión por innovar, pero lo hacemos combinando diseños vanguardistas con el expertise suizo. Para mí, esas son las reglas clave de la relojería de nuestra marca”, apunta, mientras sostiene en sus manos un Octo Finissimo, durante nuestra cita en las oficinas de la 5a Avenida de Nueva York.

Hablamos de la estrategia de emular lo más tradicional de la cultura italiana, y de cómo traducirla en un objeto actual y fresco. “No se trata de reproducir piezas de archivo, sino de agregarles nuevas tecnologías”, menciona refiriéndose al Bvl-