INNOVACIÓN PARA PRESUMIR
Giovanni Angelucci y Pirwi se alían con el objetivo de dar forma al primer avión de madera construido en México, una hazaña sustentable, funcional y estética.
En el marco de la Design Week México, el Museo Tamayo fue escenario de una presentación sin igual en el último medio siglo en México: la de un avión diseñado y construido en su totalidad en nuestro país. Y no se trata de una aeronave cualquiera. Ideado por el italomexicano Giovanni Angelucci, cofundador de Horizontec, y construido en colaboración con Pirwi, la famosa y reconocida internacionalmente firma mexicana creadora de muebles del más alto nivel, se trata de un avión de madera. Sí, has oído bien, de madera.
Apoyado por el Fondo de Innovación Tecnológica por parte del Conacyt, la Secretaría de Economía y la Universidad Aeronáutica de Querétaro durante tres años, este proyecto reactiva, por primera vez desde el año 1950, la industria aeronáutica nacional con la construcción de una aeronave completa (sólo se estaban fabricando partes). El objetivo final de sus creadores es desarrollar un producto para los mexicanos de excelencia, innovador y eficiente que incentive una cultura turística aeronáutica inexistente hasta ahora en nuestro país.
Pensado para el uso deportivo, recreativo, en escuelas o para vigilancia territorial, el avión satisface las normativas necesarias para entrar en la categoría LSA (Light Sport Aircraft), con 600 kg de peso de despegue, dos plazas, ala baja, tren de aterrizaje fijo, capacidad de alcanzar los 300 km/h y un peso vacío de 300 kg.
Todas estas características las consigue usando materiales sustentables, naturales y resistentes, como la madera maciza de abeto y el triplay de alta resistencia, hecho de abedul. Una combinación que da como resultado una materia prima más ligera que el aluminio y la fibra de carbono. Su perfecto diseño aerodinámico, además, permite a la aeronave volar a una velocidad de crucero de 250 km/h y generar un gasto de tan sólo 15 litros de combustible por hora.
La hazaña de este avión es, por tanto, una suma de hazañas. En términos de diseño. En términos estructurales. En términos funcionales. Y, lo más importante por ser uno de los pilares que movieron a ambas partes a unirse a este proyecto, en términos ambientales. Como sabemos, el reto de la sustentabilidad no se reduce sólo al consumo o a las emisiones del producto finalizado, sino que atañe también a todo el proceso de fabricación. Algo que en este caso, como ya es habitual cuando hablamos del trabajo de Pirwi, se ha vuelto a conseguir.