Life and Style (México)

GENERACIÓN TRAINSPOTT­ING

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EWAN MCGREGOR, ACTOR, 45 AÑOS ‘RENTON’ Y LOS SUYOS ESTÁN DE REGRESO PARA ENSEÑAR A UN NUEVO EJÉRCITO DE FANS CÓMO ESCRIBIR SUS PROPIAS REGLAS.

A lo largo de su impresiona­nte carrera ha formado parte del mundo de Star Wars como Obi-Wen Kenobi, bailó y cantó junto a Nicole Kidman en

Moulin Rouge!, ha sido un rockero glam en Velvet Goldmine y vivió un romance apasionado con Jim Carrey en I Love You Phillip Morris. Por supuesto, ha trabajado para Woody Allen, Roman Polanski, Ridley Scott y Steven Soderbergh, sin olvidar, claro, a J. A. Bayona. Además, ha encontrado la forma de rodar sin interrupci­ón, recorrer el mundo en su motociclet­a y mantener una sólida vida familiar junto a su esposa de toda la vida, Eve Mavrakis, con quien tiene cuatro hijas. Y, sin embargo, cuando uno consulta la filmografí­a de Ewan McGregor en imdb.com, el popular sitio de internet que guarda la informació­n de todas las películas jamás filmadas, su nombre sigue apareciend­o junto al de aquella cinta estrenada dos décadas atrás, la misma que lo catapultó a la escena internacio­nal, Trainspott­ing.

Por eso no sorprende que, aunque en los últimos meses haya tenido una presencia muy fuerte en las carteleras estadounid­enses con el filme con el que ha debutado como director, American Pasto

ral, y con el que lo ha hecho su colega Don Cheadle, Miles Ahead, las expectativ­as por volverlo a ver encarnando a Renton, aquel inolvidabl­e adicto a la heroína, en la secuela que marca el reencuentr­o de todo el reparto original —director incluido—, son sencillame­nte enormes.

“La filmamos entre mayo y agosto en Edimburgo y fue una experienci­a extraordin­aria”, cuenta el actor escocés. Y agrega: “Fue maravillos­o volver a compartir un set con Danny Boyle. Extrañaba mucho trabajar con él y me da pena todo el tiempo que pasó sin que lo hiciéramos. Disfrutaba mucho filmar bajo sus órdenes cuando era joven y por eso me la pasé tan bien este verano. Pero, por otro lado, fue un verdadero desafío volver a meterme en la piel de este personaje. Confieso que la idea me daba mucho miedo, porque me ponía nervioso saber que podía no llegar a estar a la altura de las expectativ­as. Es un personaje que yo creé, y que fue escrito por Irvine Welsh y John Hodge en la década de los 90, pero, aun así, temía no poder volver a interpreta­rlo. Es que me siento muy distinto ahora que cuando tenía veintipico. Pero, obviamente, enseguida me di cuenta de que los años también han pasado para Renton. Cuando me relajé, disfruté mucho de interpreta­rlo porque fue como reencontra­rme con un viejo amigo. Además, fue fabuloso volver a actuar con Jonny Lee Miller, Ewan Bremmer y Bobby Carlyle. Volver a hacer escenas con Sick Boy, Begbie y Spud es algo que agradezco mucho”.

SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS

Ewan, que el año pasado también encarnó al villano que aterroriza a Natalie Portman en Jane Got a Gun y al protagonis­ta de Our Kind of

Traitor, admite que el momento para volver a visitar al personaje fue el apropiado. “Si me hubieran propuesto hacer esta película 10 años atrás, hubiese dicho que no”, afirma sin dudar. Y explica: “Es que yo cuidaba mucho la reputación de Trainspott­ing. Sentía que el peligro de hacer una secuela era desilusion­ar a la audiencia. No quería hacer nada que pudiera manchar el filme original, porque yo creo que una mala secuela puede quitarle prestigio a la película que la origina y eso es algo que no podía permitir que le pasara a un trabajo tan especial para mí”.

McGregor revela que el proceso para llegar a una segunda parte fue desarrollá­ndose a lo largo de los años y, poco a poco, fue cambiando de idea. “Las ganas de volver a trabajar con Danny fueron más fuertes. Pasaron muchos años desde que hice con él A Life Less

Ordinary. Mi hija tenía ocho meses y ahora tiene 20 años. Él me dirigió primero en Shallow Grave, y los tres filmes que hice con él fueron los más importante­s para mí, porque formé parte de un equipo. Él me definió como actor. Yo era el fetiche de Danny Boyle. Cuando esa etapa se terminó, fue muy doloroso y muy difícil. Fue una pena porque nos llevábamos muy bien y creo que él logró obtener de mí algunos de mis mejores trabajos. El haberme acostumbra­do a cola-

borar con él hizo que mis expectativ­as cuando trabajaba con otros directores fueran (y sean) muy altas. Y, bueno, muchas veces los demás no están a su altura...”.

El actor, de 45 años, confiesa que en su primera película como director, en la que también actúa junto a Elle Fanning y Jennifer Connelly, usó muchas de sus experienci­as en los sets de Boyle. “Él me enseñó mucho, por eso, en mi primera experienci­a detrás de las cámaras, utilicé muchas de las técnicas que lo vi emplear, como los largos ensayos con los actores, y la preparació­n del set antes de que comience el rodaje. Como, para mí, la forma en que él dirige es la mejor manera de hacerlo, yo quería seguir su ejemplo en mi primera aventura como director”.

Si bien Ewan no quiere dar más pistas sobre el argumento del nuevo filme, más allá de que relata lo que ocurre cuando Renton regresa a Escocia, y que está basado, vagamente, en la novela Porno, secuela literaria también escrita por Irvine Welsh, afirma que dejará satisfecho a quienes vayan a verla. “Si el guión no hubiese sido extraordin­ario, ninguno de nosotros hubiese querido participar. Como ya he dicho, no nos interesaba arruinar la reputación del primer filme. Pero lo que John Hodge escribió es sencillame­nte deslumbran­te. Eso fue lo que nos convenció”, sostiene.

DON’T DO DRUGS

Si bien muchos pueden tener la impresión de que tanto Boyle como McGregor se hicieron famosos internacio­nalmente gracias a Trainspott­ing, en realidad ese mérito le correspond­ió a Shallow Gra

ve, primera colaboraci­ón entre los dos y el salto del ganador del Oscar a mejor director por Slumdog Millionair­e al cine después de un fructífero paso por la televisión local. Por su lado, quien pronto será visto en la tercera temporada de la celebrada serie Fargo, reconoce que nun- ca mira demasiado para atrás, ni revisita aquellos tiempos de tempranos éxitos poco después de llegar a Londres, a los 18 años, para continuar sus estudios de teatro.

“Siento que sigo estando en el mismo camino que entonces”, confiesa Ewan. “No veo un antes y un después en mi carrera. Es todo parte del mismo viaje. Me veo a mí mismo como la misma persona. No encaro mis papeles de una forma distinta. Para mí, lo más importante sigue siendo el trabajo en sí mismo. Es cierto que cuando eres joven es difícil diferencia­r la labor del actor de la fama que ésta trae, de las fiestas y del beber de más. Pero llega un momento en el que te das cuenta de que todas esas cosas son las que te distraen. Si hay alguna diferencia entre este Ewan McGregor y el de aquellos tiempos, diría que es ésa. Yo siempre le he prestado mucha atención al trabajo, y también a mi familia, por supuesto. Le he dado un cien por ciento a cada papel. Lo que he dejado atrás es el glamour de la fama”.

Claro que, ahora que es padre, su opinión sobre las drogas, sin duda el elemento más conmociona­nte de Trainspott­ing, ha cambiado un poco. “Es verdad que creo que hay una relación entre las adicciones y el genio creativo, aunque no me parece que tenga que ver con lo que se está creando. Lo que opino es que no es fácil ser un

“SI E L G U I ÓN NO H U B I E - S E S I DO E XTRAORDINA­R I O, N I NGUNO D E NOSOT ROS H U B I E SE QUE R I DO PART I C I PAR. N O N OS I NT E R E SABA A R RUINA R L A R E PUTACIÓN D E L F I L ME ”.

genio creativo. Basta fijarse en cuántos de ellos han tenido muchos problemas y han llevado vidas difíciles. Por eso tengo la impresión de que tanto las drogas como el alcohol sirven como un calmante para el alma creativa, pero que no tienen que ver con los resultados. Estoy seguro de que la creación va a surgir con drogas o sin ellas. Es un grave error pensar que por consumir cierta droga vas a ser capaz de crear una hermosa pintura. Y, eso sin duda, tengo muy claro que nuestra misión como padres es decirle a nuestros hijos que no consuman drogas y explicarle­s lo peligrosas que son. No puedo entender a esos padres que fuman marihuana con sus hijos. Mi experienci­a personal, si te digo la verdad, es que las drogas y el alcohol limitan tu capacidad creativa. Que de todos modos sigues siendo capaz de crear, pero tus opciones son mucho más limitadas porque sólo puedes ver una forma de hacer las cosas. Cuando estás sobrio y estás limpio de drogas, tus opciones son mucho más amplias. Y eso es mucho mejor para tu creativida­d”, afirma, contundent­e.

DE ESCOCIA PARA EL MUNDO

Hijo de dos maestros, McGregor se crió en un hogar de clase media en Crieff, Escocia. Supo, desde muy joven, que su futuro estaba en el teatro y, por eso, en cuanto abandonó sus estudios, a los 16 años, se marchó a trabajar en la sala de repertorio de Perth, la ciudad donde nació, sin duda, influencia­do por sus tíos Dennis Lawson (que lo precedió en la saga de Star Wars) y Sheila Gish. Aunque en aquel entonces no soñaba con convertirs­e en director de cine, ésta fue, durante años, una idea muy tentadora que no se hizo realidad hasta que el proyecto que terminaría materializ­ándose en American Pastoral apareció en su camino.

“Me contrataro­n para que actuara en la película unos tres años antes de que la filmáramos. Leí el guion, me encantó y acepté, aunque todavía no había ningún director vinculado con el proyecto. Lake-shore, la compañía que la produjo, habló con unos cuantos candidatos, pero nunca contrató a nadie. Se suponía que la íbamos a filmar en 2014, pero no pasó, y luego, que la íbamos a hacer en marzo de 2015. Entonces, mientras yo trabajaba en Broadway en The

Real Thing, mi agente me llamó para decirme que la película no se iba a filmar porque no conseguían al director adecuado. Es una situación habitual. Te llaman para un proyecto, no se concreta y lo dejas pasar. Pero, en este caso, no me quise resignar a que la película no se filmara. Fue entonces cuando decidí que, tal vez, tenía que dirigirla yo mismo”, recuerda, visiblemen­te excitado. “Venía jugando con la idea de hacerlo desde hacía mucho tiempo, pero siempre pensaba que tenía que esperar hasta encontrar una historia que no me dejara respirar, una historia que me hiciera sentir que yo era la única persona que la podía contar. No me interesaba dirigir para ponerlo en mi currículum, la verdad. Recuerdo que, en una ocasión, me enamoré de una novela que se llamaba Silk, pero no tuve la valentía de perseguir los derechos y la adaptación fue dirigida por otra persona. Entonces pasó todo esto y quién sabe por qué me senté con el guión de American

Pastoral en las manos y comencé a imaginarme cada escena. No tardé mucho en llamar a la gente de Lakeshore para decirles que, si estaban de acuerdo, yo podía ser el director de la película. Por suerte les gustó la idea, quizá porque llevaban desde 1999 tratando de concretarl­a —ríe—. Les estoy muy agradecido­s porque ha sido una experienci­a transforma­dora para mí”.

No sabemos si la T2 Trainspott­ing cumplirá su promesa de no defraudar a los millones de fanáticos que siguen viendo, una y otra vez, en su casa la primera parte de esta historia de culto. La misión es difícil, todos sabemos que la crítica popular es, en estos tiempos digitales, más despiadada que nunca. Pero, pase lo que pase cuando se estrene el próximo mes en nuestro país, lo que tenemos claro es que Ewan McGregor tiene un lugar asegurado en la memoria de todos nosotros y va camino de reafirmarl­o en su papel de director. L&S

 ??  ?? ARGUMENTO. La película narra el regreso de Renton a Escocia tras varios años de ausencia y está levemente inspirada en la novela Porno, de Irvine Welsh.
ARGUMENTO. La película narra el regreso de Renton a Escocia tras varios años de ausencia y está levemente inspirada en la novela Porno, de Irvine Welsh.
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