LENTE DE ALTA VELOCIDAD
Joshua Paul es un fotógrafo que, desde hace tres años, realiza el ejercicio de documentar la Fórmula 1 con una cámara Graflex de 1913. Su intención es retratar el universo de esta gran competencia mundial, que vive de la evolución y se sostiene cada temporada mediante la modernización.
“La velocidad no es nada sin el sonido. Desde muy pequeño, el ruido desató la adrenalina”.
Joshua busca las palabras para responder a la primera pregunta. Para explicar el concepto de velocidad, entendido desde el ejercicio que lleva tres años realizando: fotografiar el mundo alrededor de la Fórmula 1 desde el pasado... desde una Graflex de 1913 que pretende matizar el presente de un deporte que vive de la evolución y que se sostiene sólo modernizándose temporada tras temporada.
“Creo que los fanáticos de la F1 siguen yendo días enteros a las carreras por ese pequeño juego en el que el sonido es el mayor índice de la velocidad”, concluye Paul al primer cuestionamiento sobre por qué, a lo Baz Luhrman, apostó su renovación como fotógrafo a traer el pasado al presente.
¿Qué tanto ha cambiado tu percepción del automovilismo con el resultado de tu proyecto?
Debo empezar diciéndote que yo nací en el siglo equivocado. Lo mío era el siglo XIX o comienzos del XX. Ahí, en la revolución industrial, me imagino viendo crecer esos impactantes edificios por primera vez o descubriendo qué es un automóvil o un avión. Todo era nuevo y debe haber sido im-
pactante estar ahí, viendo cómo iniciaba todo. Creo que hoy veo la velocidad en esos términos. Más en torno a la eficiencia que al placer de ir rápido y desde ahí entiendo el automovilismo como algo que nació con el primer vehículo y esa esencia es la que trato de percibir.
El proyecto impacta en la percepción actual de la F1, ¿qué intentas demostrar al usar la Graflex en el automovilismo?
Traje mi Graflex de 1913 por primera vez a las pistas del Gran Premio de Mónaco, en 2014. Intentaba mantener mi interés por ser fotógrafo de la F1. Además, pensaba que podía rendirle un homenaje a la carrera más antigua y tradicional del calendario, así que creí que era un buen momento para empezar. Los primeros intentos fueron complicados hasta que entendí que, a diferencia de las fotografías digitales, yo tenía que concentrarme en la estética y en tomar buenas imágenes y no en documentar la carrera desde el ángulo deportivo. Las primeras fotografías eran muy nostálgicas y comenzaban a quitarle toda esa percepción publicitaria a los autos. Simplemente eran coches de carrera y eso me cautivó. Y desde ese punto, el mayor cumplido que me han hecho es de gente que no le gusta el automovilismo, que fueron atrapados por mis fotos.
Por muchos años has sido un espectador privilegiado de la F1, ¿qué tanto cambió el objetivo de tus fotografías tras el proyecto?
Estamos acostumbrados a ver números: el velocímetro, los caballos de fuerza, la vuelta más rápida... vivimos la carrera a través del piloto. Queremos su valentía y nos excita cómo juegan en el límite. Ahora, pierdo de vista completamente los números.
¿Cómo llegó a tus manos la Graflex y por qué la elegiste?
Me la dio, en 1997, mi maestro del Art Center, James Fee. La usé muchas veces antes para hacer retratos y fotos de viaje, incluyendo el día después del 11 de septiembre, en el WTC. No tiene mucha complicación su mecanismo, pero si tienes que tomar con calma cada uno de los cinco procesos que involucra una sola fotografía. Y tienes que tener la paciencia del revelado y del cuidado del material para que la cámara no sufra daños. Hasta la fecha he tomado cerca de 3,500 fotos con ella y sigue marchando a la perfección.
Si pudieras llevar el ejercicio a otros deportes, ¿cuál sería tu siguiente elección y que te gustaría poner a prueba en esa disciplina?
Te va a parecer extraño, pero la verdad es gracioso. No soy un fanático de las actividades deportivas o de los deportes en sí. A veces, ocasionalmente, miro un partido de futbol y con menos frecuencia me siento a ver un Gran Slam en el tenis. Creo que hoy estoy más interesado en ciertos eventos por su valor cultural y social que por su impacto deportivo. Por ejemplo, sigo el Tour de Francia, el rally de Dakar, Le Mans y la Copa Americana. Ahí me veo haciendo algo, aunque desde hace algún tiempo, he mantenido bastantes conversaciones con un equipo de ciclismo para hacerme cargo de registrar su proceso de entrenamiento en el norte de España, en diciembre. Creo que ahí comenzaré mi siguiente proyecto en torno al deporte y mi Graflex.
¿A dónde quieres que te lleve el proyecto?¿Cuál es el siguiente paso?
Me gustaría pronto exponer en una galería y que se pueda percibir en su totalidad lo que he venido registrando desde hace algunos años. Estoy en ese proceso, La realidad es que es un trabajo que es desgastante a nivel físico y que necesita un financiamiento para poder continuar, pero que me parece el más romántico de todos los que he realizado. He logrado bastantes objetivos desde que comencé, incluyendo mi acreditación permanente a la F1, pero sé que los resultados no se reflejarán inmediatamente. La idea es continuar mirando desde otro ángulo.