Life and Style (México)

HAY FANTASÍA PARA RATO

EMILIA CLARKE CONQUISTÓ EL MUNDO GRACIAS A LA SERIE DE CULTO GAME OF THRONES . AHORA, APUNTA AL UNIVERSO EN LA PELÍCULA SOLO: A STAR WARS STORY.

- TEXTO SALVADOR CISNEROS FOTOS EMMA SUMMERTON

Antes de que su personaje de Daenerys Targaryen de Game Of Thrones la supere como actriz, Emilia Clarke ha empezado a fortalecer su carrera al tomar otros papeles importante­s en la pantalla grande. El más relevante, hasta ahora, es su papel de Qi’ra en la precuela sobre la vida de Han Solo, Solo: A Star Wars Story.

Emilia Clarke tiene claro que aunque la suerte existe, no confía ni depende de ella. Escucharla decir esto resulta interesant­e, o cuando menos curioso, porque la actriz inglesa ha tenido razones suficiente­s para darle mucho más peso a la buena fortuna en su vida.

Cuando intentó ingresar a la reconocida Drama Centre London fue rechazada, pero, semanas después, la institució­n la contactó para ofrecerle el lugar de una estudiante que se había fracturado la pierna; algo parecido sucedió con Game of Thro

nes, porque la elegida para interpreta­r a Daenerys Targaryen en la serie de HBO había sido la inglesa Tamzin Merchant, pero después de filmado el piloto del programa, los productore­s decidieron —sin jamás dar explicació­n— que Clarke sería quien encarnaría a Khaleesi.

Tras su éxito como actriz, no sería descabella­do darle al menos un poco de crédito a la suerte; no sería ilógico creer que el talento se empalmó con la oportunida­d en el momento indicado, pero ella piensa que si todo esto ha sido posible es por su filosofía de vida. “Déjame decirte en qué creo”, dice Emilia, luego de tomarse unos segundos para reflexiona­r, una tarde lluviosa de abril en Nueva York. “Creo que si eres un persona abierta, si te quitas la armadura y abres los brazos cuanto más te sea posible (por esto me refiero a decir que ‘no’ la menor cantidad de veces), entonces la suerte te va encontrar porque estás más abierto a que ella llegue a ti. Si estás cerrado, la brecha para que la suerte llegue a tu vida es mucho más estrecha”.

El ascenso de Emilia, quien ya fue tres veces nominada al Emmy como mejor actriz de reparto por Game of Thrones, ha sido meteórico. Le bastó ser la “Madre de los Dragones” para obtener la fama mundial que a otros les tarda décadas. “Es un fenómeno, yo sé. Incluso cuando un niño de siete años me reconoce, pienso: ‘¿Pero por qué a tu edad sabes quién soy y lo que he hecho?’”, dice y después suelta una carcajada.

Su crossover al cine —cuyo primer papel importante tras el éxito de la serie fue dar vida a Sarah Connor en Terminator Genisys (2015)— también tiene la dirección y la potencia de un cohete que apunta al espacio… o, mejor dicho, del Halcón Milenario, ahora que protagoniz­a junto a Alden Ehrenreich Solo: A Star Wars Story, un película sobre los orígenes del mercenario galáctico que inmortaliz­ó Harrison Ford. “Al ser un filme mucho más familiar, creo que ahora sí todos los niños de siete años podrán conocerme”, bromea Emilia. En este filme, dirigido por Ron Howard y que estrena el 25 de mayo, interpreta a Qi’Ra, un personaje que, según ella, está a la altura de Solo. “En una historia como ésta, no puedes entender a Han sin tener un personaje femenino fuerte como el mío, porque él es un tipo imponente. Tiene tal carisma que sólo una mujer con carácter puede estar a su lado. Creo que los fans van a quedar complacido­s al ver cómo fue que todo empezó para Solo. Es una historia con misterio, drama, mucho humor y, claro, ¡un poquito de romance porque se trata de Han!”.

SOBRE EL EGO Y EL RECHAZO

Emilia, nacida hace 31 años en Berkshire, hija de un ingeniero de sonido teatral y la directora de una fundación, tuvo la certeza de que quería ser actriz a los tres años, cuando vio Show Boat, obra en el que trabajaba su padre. “Desde siempre supe que iba a actuar. No tenía duda de eso. Pero no sabía en qué medida podría tener éxito como actriz. Esperaba sólo que mi pasión me diera lo suficiente para vivir y así no tener que trabajar tanto como mesera”, confiesa entre risas.

“TIENES QUE CONFRONTAR, DE MANERA MUY BRUTAL, TU EGO Y, SIMPLEMENT­E, HACERLO A UN LADO”.

Lo que le encantó de la actuación fue que le dio la opción de explorar su personalid­ad y descubrir que tiene la fuerza suficiente para batallar por lo que quiere y aprender a lidiar con el rechazo. “Mira, sé que desde este sitio privilegia­do en el que me encuentro es difícil decir que descubrí que soy fuerte y he batallado mucho, pero cuando amas algo tanto y quieres que se haga realidad a toda costa, es muy difícil lidiar con el rechazo”, explica Emilia, seria. “Me tocó escuchar que me dieran las gracias en muchas audiciones y sentir que todo explotaba en mi cara porque no tenía ni para pagar la renta. Eso me tocó y no creo que sea algo exclusivo de los actores, todo aquel que se aventura a ser un trabajador independie­nte corre ese riesgo”.

Las negociacio­nes del backstage de la industria del entretenim­iento la fueron forjando y confrontan­do consigo misma. Y no fue fácil. “Al ser actor lidias con tu propio ego todo el tiempo: cuando entras a una habitación para querer ser parte de un nuevo proyecto, el producto que vas a vender no es esta taza que tengo en mis manos, sino tú mismo. Es a ti a quien rechazan, eres tú quien no le gustaste al productor, al crítico, al público... Tienes que confrontar, de manera muy brutal, tu ego y, simplement­e, hacerlo a un lado… al menos eso creo”.

SOBRE EL DUELO Y EL CONTROL

Para Emilia, 2016 fue un punto de inflexión en su vida que la obligó a madurar. Su padre, la razón por la que dedicó su vida a la actuación, falleció víctima del cáncer; sin embargo, de esa tragedia personal nació una nueva óptica sobre sí misma. “Cuando eso pasó, sentí que perdí mi red de seguridad y es jodidament­e aterrador. Pero cuando te das cuenta de que tu vida no es una caída libre y, sin ser cursi, que tienes la capacidad de salvarte a ti misma, entonces simplement­e creces. He madurado bastante. Perder a alguien que amas y afrontar esa realidad es, básicament­e, como hacer a un lado el polvo de un portarretr­ato para tener una imagen más clara de quién eres tú”.

Esa pérdida también le ayudó a asumir su futuro como actriz con menos presión y ansiedad. “Siempre he sido bastante fatalista con respecto a este trabajo… siento que es inevitable que un momento estés hasta arriba y el siguiente, en el suelo. Así que cuando eso pase sólo seguiré buscando el tipo de proyectos que a mí me gustan e inspiren y creo que todo lo demás se acomodará”.

Por eso Emilia, que está a punto de cerrar el ciclo de Game of Thrones porque está filmando la octava y última temporada de esta serie que concluirá en 2019, ya no piensa a futuro. “Sé que suena como una respuesta evasiva, pero supongo que no sabré qué haré o qué sentiré cuando termine la serie hasta que eso pase. Lo que aprendí es que no puedes predecir nada. Cuando me preguntan que haré el siguiente fin de semana y respondo que no sé, lo digo en serio. Hay mucha gente que tiene que tener una imagen muy clara de su vida, al menos a corto plazo, pero yo no soy así: aprendí a dejar de tratar de controlar todo aquello sobre lo que no tienes control”.

Una vez más, resulta interesant­e, o cuando menos curioso y hasta paradójico, que a la persona que interpreta a Danaerys —quien lucha por conquistar los Siete Reinos montada en dragones; es decir, en tener el control—, éste no le importe en su vida real. “Es que mientras más tiempo llevo en esta industria y veo que no se puede predecir qué va a ser un éxito (qué película va a hacer dinero, si a la gente le va a gustar); lo único que puedes hacer es, justamente, lo que crees que es correcto para ti en ese momento. Ésa es simplement­e la naturaleza de esta carrera. Mientras te mantengas leal y contento con tu trayectori­a, todo está bien. Más allá de eso, no hay un carajo que tú puedas hacer. ¿Entiendes lo que digo? Tienes que aceptar que no tienes control”. L&S

“SÓLO ESPERABA QUE MI PASIÓN ME DIERA PARA VIVIR Y ASÍ NO TENER QUE TRABAJAR TANTO COMO MESERA”.

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