LA MÚSICA COMO OXÍGENO
Da igual el sonido que se le ocurra a Ryūichi Sakamoto, siempre lo reproduce en el piano. Pionero de la música electrónica, a sus 66 años sigue siendo un meticuloso e incansable compositor, con una obra tan amplia que incluye música incidental de filmes como El último emperador (1987) o The Revenant (2015). Asentado por razones prácticas en Nueva York desde hace más de 20 años, el músico y activista japonés echa a andar async, su décimo sexto álbum de estudio.
Cuáles fueron los retos a los que
te enfrentaste en async? —Mi álbum anterior es de 2009, así que transcurrió casi una década entre uno y otro. Tuve tiempo para hacer lo que quisiera, pero la parte más difícil fue darme cuenta de que no sabía lo que quería hacer... ¡y fue fantástico! Investigar, intentar tantas cosas y sentirme tan perdido fue una buena experiencia, porque, en realidad, yo no quería tener un plan de lo que debería ser la música. Quería hacer algo que estuviera más allá de mi imaginación, que fuera algo anormal en mí, pero que, al mismo tiempo, proviniera de muy adentro. —Tras superar el cáncer, crees que tienes un nuevo sentido de la urgencia? —Después de pasar por esa enfermedad tan seria (cáncer de orofaringe), siento más real la limitación del tiempo, así que mi sentido de la urgencia se ha hecho más palpable. He hecho tantas cosas tan innecesarias, como actuar en películas o ser modelo, pero la música es lo más importante. Me siento afortunado porque aún dentro de mí sigo sintiendo un gran deseo de hacer más música. Quiero más, más y más. —¿El concepto desarrollado en async te abre a otras posibilidades?
—El concepto de async se basa en la “asincronización”, y posee muchos potenciales. Desde la publicación del álbum también he estado realizando instalaciones en Tokio con la esperanza de que éste sea otro nuevo camino de async. Quería que la música se generase de manera tridimensional, que el sonido proviniera de diferentes direcciones, y la instalación viene a ser la forma ideal para representar el concepto del álbum. —¿Te gusta ser una inspiración para tantas personas? —Una de las razones por las que aún hago música es para poder compartirla. De otra manera, sería componer solamente para mí. Abrigo la esperanza de que mi música pueda estimular e inspirar a la gente.