EL ORIGEN DE L A CREATIVIDAD
Al igual que cuando lanzó el reloj Santos, en 1904, C ar ti er da otra lección de innovación en la industria relojera con The Social Lab, un generador de ideas y conversación.
El primer reloj de muñeca de la era moderna fue el Santos, de Cartier. Nació por inspiración de una de las mentes más inquietas del siglo XX, Alberto Santos Dumont, el osado piloto brasileño que requería un reloj funcional para controlar el tiempo de vuelo durante sus primeras —y temerarias— aventuras. La innovación fue el eje de esta nueva pieza: su forma cuadrada y los tornillos a la vista rompían con todos los códigos estéticos de la época. Fue una revolución en todos los sentidos.
Este año, tras presentar en enero la nueva versión del Santos durante el Salon International de la Haute Horlogerie, Cartier decidió dejarse guiar, nuevamente, por la audacia y la creatividad. Esta vez, su propuesta llevó el nombre de The Social Lab, un concepto que define la arquitectura del Santos actual. Durante tres días, el Pier 48 de San Francisco se convirtió en un espacio de interacción entre mentes audaces, estimuladas por conversaciones en las que el confort, la funcionalidad y el diseño tuvieron un papel protagonista.
EPICENTRO DE INSPIRACIÓN
“Todos tenemos que reinventarnos... lo que sea necesario para salirnos con la nuestra”, afirma Larry Jackson, jefe de Contenido de Apple Music. Está sentado en medio de una sala de audio construida con la mejor tecnología musical disponible. Al fondo se escucha una playlist creada por Chaz Bear, el talentoso músico detrás del proyecto Toro y Moi, que busca explicar, a través de los sonidos, por qué San Francisco ha sido una ciudad marcada históricamente por la creatividad. Larry explica que estamos en un hub social, cultural y tecnológico. “San Francisco es tan diverso que de
aquí han surgido bandas tan diversas como icónicas, como Grateful Dead, Metallica o Green Day”, asegura. Más tarde, se unió a la conversación Es Devlin, una de las más reconocidas diseñadoras de escenarios para conciertos, que ha colaborado con Beyoncé, Kanye West y Adele, así como fashion shows, óperas en el Met y La Scala, además de obras de teatro con Benedict Cumberbatch y Carey Mulligan. La conversación no tenía un tema definido, pero sí un eje en común: la creatividad.
Otra de las pláticas, titulada “Diseñando sueños”, fue una lección de cómo enfrentar los retos en las industrias creativas. Ahí participaron la propia Devlin, junto con el actor Idris Elba y la directora/artista inglesa Sam Taylor-Johnson. Durante el intercambio de ideas, los valores detrás del renovado reloj de Cartier salieron a relucir: quedó claro que los términos bold and fearless —“atrevido” e “intrépido”—, en los que se basa el mensaje de la maison para el Santos, aplican para distintas industrias y son clave para los líderes de éstas. “Cuando concentras tu mente en algo, suceden cosas increíbles”, dijo el actor.
El line-up de celebridades, modelos, artistas, diseñadores, arquitectos y demás que presentó The Social Lab mandó un mensaje claro a la industria relojera: el ADN de Cartier nunca dejará de innovar y marcar el ritmo en el mundo del lujo.
Fueron dos días de aprendizajes y experiencias que reflejaron la filosofía detrás del Santos. Conversaciones que no sabíamos de qué iban, pero que nos dejaron con el mejor sabor de boca, en un ambiente activo, diseñado para disfrutarse.
Finalmente, un acierto de este laboratorio fue que todos los protagonistas mostraban apertura a nuevas ideas y a interactuar con los asistentes. Las preguntas y respuestas fluyeron en ambos sentidos porque, al fin y al cabo, las grandes ideas y las conversaciones son icónicas y atemporales, como la nueva versión del Santos, de Cartier.