MAESTRIA´ ITALIANA
No es sólo el motor turbo con 280 hp. Es el cuidado exagerado a cada uno de los detalles y el ADN de Alfa Romeo lo que hacen de Stelvio una obra maestra.
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo antes de morir”, así inicia una de las joyas literarias más importantes en nuestro idioma, y auténtica obra cumbre de la literatura. Yo, en cambio, fui a Comala para poner a prueba otra creación que competiría, en su terreno, con la prosa de Rulfo: el Stelvio, de Alfa Romeo.
Y es que los caminos rumbo a esta población ofrecen un zigzagueo que emula el que ha hecho famoso el Paso Stelvio, el camino pavimentado de montaña de mayor elevación en los Alpes italianos, lugar que presta su nombre para el primer y único SUV de la firma milanesa. Paso Stelvio es una de las etapas más devastadoras del Giro de Italia, la legendaria prueba ciclista europea. Cada curva es un reto, un obstáculo que le recuerda al hombre la grandeza de la naturaleza, y Stelvio lo enfrenta gracias a los adelantos tecnológicos que ha conseguido la casa
italiana. Su primer SUV llega a nuestro país en la versión Ti, con un motor turbo 2.0 litros, cuatro cilindros, con 280 hp y 306 libras-pie de torque, y más allá de la fuente de poder, lo relevante es la comodidad y el balance que brinda en estas condiciones.
Conducir Stelvio Ti es enfocarse en aspectos que tenemos olvidados, como disfrutar de la melodía de un motor perfecto, abusar de una dirección que obedecerá en todo momento y dejar de lado que se trata de un SUV, al tener un manejo deportivo. Y eso comprobé en esos caminos que describía Rulfo como de ‘sube y baja’, pues “para el que va, sube; para el que viene, baja”.