EL FALSO PODER FEMENINO
Históricamente, la palabra “poder” ha sido asociada con el género masculino. Sobre todo en culturas y países como México, donde los roles permanecen aún tan arraigados y el rezago y la exclusión de las mujeres en la toma de decisiones son más notorios y determinantes.
Es por eso que, constantemente, me veo frente a preguntas como: “Mayra, ¿cómo te desenvuelves en una industria dominada por hombres?” o “¿a qué retos te enfrentas, desde el género femenino, para tomar decisiones?”, “¿qué se siente ser la primera mujer con poder en una empresa transnacional como Nissan?”, “¿cómo equilibras tu vida profesional con ser mamá y esposa?”. Cuestionamientos que reflejan la cantidad de prejuicios relacionados con el género que seguimos imponiendo como sociedad, ya sea de forma directa o indirecta.
Etiquetas que, justificadas en la condición de mujeres, limitan la destreza, las habilidades y, por qué no decirlo, también los defectos y errores que, al final, nos colocan a mí –y a muchas más– en posiciones de liderazgo, como en la que me encuentro hoy.
Pienso en el día en que mi historia y la de todas aquellas mujeres admirables y talentosas, en lugares estratégicos dentro de compañías e instituciones, dejen de ser noticia sólo por el hecho de pertenecer al “sexo débil”, y que, en su lugar, fijemos los reflectores para realzarlas por sus capacidades innegables, su destreza, creatividad e inteligencia. Que una mujer empoderada, liderando, sea pronto un común denominador. Tan común, que dejemos de atribuirle relevancia.
Es incluso desde el momento en que usamos términos como “mujeres empoderadas”, que utilizamos el concepto de forma errónea, porque no en todas las situaciones “se nos da el poder”. El poder siempre lo hemos tenido, simplemente no lo habíamos ejercido como tal.
Vale resaltar que la participación femenina en los negocios es cada vez mayor, y eso habla de progreso en temas de género y diversidad. Nissan Mexicana se enorgullece de contribuir con soluciones que fomentan estas prácticas a través de políticas para toda la organización y el incremento de mujeres en el comité directivo.
La pluralidad corporativa aún tiene mucho potencial. Es necesario seguir derribando estereotipos y hábitos discriminatorios que hacen más difícil el desarrollo integral de los individuos. Debemos aprovechar el valioso talento y el ingenio de todos para aportar a las comunidades donde vivimos y trabajamos.
Uno de nuestros mayores retos está en cerrar la brecha y terminar con las ideas y conductas que impiden a cualquier mujer aspirar a una posición de liderazgo. Pero igual de importante es hacerles saber que son capaces de ocupar dichos puestos, en cualquier ámbito en que se desenvuelvan, ya sea social, científico, político o económico.
Inculcar desde el hogar una mentalidad de inclusión, que facilite creer en uno mismo. Sabernos con el poder de ser y lograr todo aquello que soñamos, sin que el género represente un obstáculo para alcanzarlo.
De manera personal, creo que uno de los objetivos de mi posición es el de inspirar a muchas personas, no sólo a mujeres y niñas, sino a todos aquellos que alguna vez han sentido que el mundo está hecho de barreras imposibles de vencer. Saber que todo se puede si hay voluntad, disciplina y un sentido claro de dirección. Egresada del IPADE Business School Ciudad de México, Mayra es, desde 2016, la presidenta y directora general de Nissan Mexicana. Este puesto la convirtió en la primera mujer mexicana, en 83 años de operación de Nissan Motor Company, en dirigir la operación de un país.
USAMOS EL TÉRMINO DE “MUJERES EMPODERADAS” DE FORMA ERRÓNEA. EL PODER LO HEMOS TENIDO SIEMPRE, SIMPLEMENTE NO LO HABÍAMOS EJERCIDO COMO TAL.