CARTA DEL ED ITOR
ARoger Federer lo hemos jubilado varias veces por su edad y porque parece inconcebible que alguien sea tan dominante en un deporte durante tantos años. Esto engrandece sus hazañas y lo reafirma como un hombre poderoso al que muchos admiran. Me parece que lo más inspirador de él es el lenguaje verbal y corporal que usa para expresar su poder. Seguro de sí mismo y de sus habilidades, pero humilde sin exagerar. Respetuoso en las victorias y las derrotas. Amable con sus seguidores y profesional con sus patrocinadores y la prensa. Con espíritu solidario para mantener una fundación que apoya la educación en África. En la entrevista que incluimos en este número, el propio Federer sintetiza todo lo anterior en una palabra con la que muchos lo identifican: elegancia.
Éste es el tipo de hombres de poder que preferimos y varios que cumplen con el perfil aparecen en nuestra sección especial de este mes. Los encabeza Diego Luna, un polifacético incomparable: actor, productor y director de teatro y cine, y empresario. Lo hemos visto consolidar una carrera que no deja dudas sobre su talento y disciplina. Además, en el último año ha asumido una responsabilidad social del tamaño de su fama, con iniciativas de ayuda a víctimas del terremoto del 19S y el llamado a una reconciliación tras la elección presidencial. ¿No es este el tipo de liderazgo y compromiso que le exigimos a las figuras públicas? ¿Qué sería de México si los poderosos del arte, el deporte, la política o la economía aprendieran de Diego?
Desde esta edición me integro a Grupo Expansión como editor general de Life and Style. Me entusiasma este reto, sobre todo por la oportunidad de volver a trabajar con Alejandro Ortiz, quien ha convertido a esta revista en un referente del estilo de vida masculino. Gracias por la confianza y aquí vamos.