Life and Style (México)

ENTRE CUERDAS ELECTRICAS

La guitarra parece una extensión de Lenny Kravitz, quien nos habló sobre sus instrument­os más especiales.

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A principios de la década de 1970, Lenny Kravitz era un niño que guardaba en su habitación un catálogo de guitarras Fender. Era su máximo tesoro. Durante horas admiraba los instrument­os que aparecían en esas páginas. Si había desarrolla­do esta obsesión, los responsabl­es eran The Jackson 5. Uno de los recuerdos más vívidos de su infancia es cuando sus padres —la actriz Roxie Roker y el productor de noticieros Sy Kravitz— lo llevaron al Madison Square Garden para ver a la agrupación del futuro Rey del Pop. Le tocó sentarse a unos metros de la cantante Aretha Franklin, quien, previo al show, era literalmen­te una presencia luminosa por las decenas de fotógrafos que apuntaban sus cámaras y flashes hacia ella. Al recordar ese concierto, Lenny no encuentra una mejor palabra que “electrizan­te”, para describir esa noche en la que tuvo la certeza de que la música sería su camino, y la guitarra, su compañera eterna.

Tras esa experienci­a, le insistiría a sus padres que quería una guitarra eléctrica, pero ellos se negaron durante varios meses y sólo se la obsequiaro­n cuando cumplió nueve años. La primera canción que aprendió a tocar fue “Take Me Home, Country Roads”, de John Denver. Él no lo sabía, pero de sus dedos sobre las cuerdas emanaría un sonido particular que lograría fusionar géneros que van desde el soul y el blues hasta el rock y el folk. De su guitarra también se desprender­ían unos riffs anacrónico­s (“It Ain’t Over Til It’s Over”) y otros tan potentes (“Are You Gonna Go My Way”) que, al oír su música por primera vez, daba la impresión de que se escuchaba un clásico de los 70 que, simplement­e, no lograbas recordar.

Existen artistas cuyo nombre y estética están intrínseca­mente ligados a un instrument­o. En el caso de Lenny Kravitz —aunque también se caracteriz­a por tocar teclados, bajo y batería en la grabación de prácticame­nte todos sus discos, como el recién editado Raise Vibration—, la guitarra es una extensión de sí mismo. Por eso hablamos con él de sus instrument­os más especiales y la historia detrás de ellos.

La primera guitarra siempre es importante, ¿cuál es la historia detrás de la tuya y cómo la conseguist­e?

Yo quería que la primera fuera eléctrica, pero vivíamos en Nueva York, en un departamen­to muy pequeño y, como teníamos muchos vecinos cerca que se molestaban con el más mínimo ruido, no me permitían tener un amplificad­or ruidoso.

¿Y cómo te saliste con la tuya?

Fui muy insistente y aproveché que mi cumpleaños se acercaba (risas). Pero cuando por fin convencí a mis papás de que me la obsequiara­n, me dieron una Yamaha acústica. No me quedé del todo contento porque yo aún quería una eléctrica. Sentía que ésa que me habían regalado no sonaba como imaginaba mi música en mi cabeza. Sin embargo, la tuve durante toda mi niñez y la quise mucho, porque con ella aprendí a tocar.

Suena a que ya no la tienes, ¿qué pasó con ella?

Cuando tenía 16 años, ya tenía varias guitarras eléctricas y estaba componiend­o y aprendiend­o música. Justo en esa época, un amigo mío me la pidió prestada… y le perdí la pista. Por fin lo reencontré unos años después y le pregunté: “Hey, man, ¿dónde está mi guitarra? Me gustaría que me la regresaras porque, para mí, es como un miembro de mi familia”. Entonces me confesó que la había perdido y que, por la pena, me había dejado de hablar.

Ahora tienes decenas, ¿cuál es tu favorita?

Sabes… la mayoría de mis instrument­os han llegado de maneras interesant­es, pero ahora que pienso en eso recuerdo mi Gibson Les Paul: tiene un color raro, porque en la parte superior es dorada y hacia la parte baja del instrument­o se desvanece casi en un tono verdoso. Es una guitarra vieja, pero, para mí, es la número uno de mi colección. Es, de hecho, la que siempre uso en el estudio en la grabación de todos mis discos, desde que la tengo. Con ella he grabado todo desde el álbum Mama Said (1991).

Pero más allá de la estética y el sonido, ¿qué la hace tan especial para ti?

Lo que pasa es que llegó a mí de una manera muy triste. Se la compré a un pobre hombre en apuros. Mientras yo estaba de gira, él se acercó a mí porque enfrentaba serios problemas legales y tenía la necesidad de vender todos sus instrument­os, para poder pagar un abogado. Recuerdo que llegó al backstage y me dijo: ‘Mira, tengo esto, esto y esto’. Cuando la compré, nunca imaginé que sería la guitarra con el mejor sonido que jamás tendría. Por el valor emocional y musical que ahora tiene para mí, debo decir que la compré por un precio muy bajo. Cuando la toco, a veces pienso en ese sujeto y en lo que tuvo que sacrificar. Para no hacer esta historia larga, la conclusión es que mi mejor guitarra llegó a través del sacrificio de un pobre hombre que evitaba ir a la cárcel.

 ??  ?? ROCK CRÍTICO Raise Vibration, lanzado el 7 de septiembre, es el 11º álbum en su trayectori­a. Con una fusión de rock, funk, blues y soul, este disco es una crítica al estado actual del mundo, pues aborda temas como el racismo, la guerra y la destrucció­n del medioambie­nte.
ROCK CRÍTICO Raise Vibration, lanzado el 7 de septiembre, es el 11º álbum en su trayectori­a. Con una fusión de rock, funk, blues y soul, este disco es una crítica al estado actual del mundo, pues aborda temas como el racismo, la guerra y la destrucció­n del medioambie­nte.

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