SALTO DE GENIALIDAD
Del golf al cine, la música y el boliche, Original Penguin ha dejado huella. Adam Weir, su director creativo, explica por qué en esta entrevista.
“EL NÚCLEO DE LA CREATIVIDAD, PARA MÍ, ES LA HABILIDAD PARA DISEÑAR FUERA DE LA ZONA DE CONFORT”. —ADAM WEIR
La originalidad es un atributo que muy pocos tienen e, incluso, algunos ni siquiera son conscientes de ello. No obstante, la chispa de autenticidad se logra a partir de una actitud interior que sale a la luz de la forma más sorpresiva posible. Así, Original Penguin ha forjado su esencia con base en las peculiaridades que nos hacen únicos.
Pete, el símbolo de la firma, nació en una noche de copas en 1955, mientras Abbot Pederson, vendedor de la marca de ropa de golf Munsingwear, visitaba Nueva York. En su tour por los bares de la ciudad, entró en una tienda de taxidermia, compró un pingüino disecado y, en el avión de regreso, una azafata le puso su corbatín y sugirió, en broma, que el ave debería ser inmortalizada... en una camisa. Así fue como este animal se convirtió en la génesis y el ícono de Original Penguin.
Desde entonces, la insignia de Pete se ha visto en las camisas de famosos, como Arnold Palmer, Frank Sinatra, Clint Eastwood y Dean Martin. De este modo, se convirtieron en objetos de culto, como prendas cómodas pero distinguidas. Su popularidad se acrecentó rápidamente. “En los años 70, hubo un jugador de bolos llamado Earl ‘The Pearl’ Anthony, que solía usar Original Penguin. Su seriedad era subestimada por la forma en que se vestía, siempre con un aire fresco y divertido que atraía las miradas. Earl era un verdadero original”, menciona en entrevista Adam Weir, vicepresidente de Diseño de la firma desde 2015.
La personalidad de ‘The Pearl’ fue redescubierta por Weir en la colección Roll With It. “La marca tiene un rico legado en el boliche, que data de hace 50 años. Hemos patrocinado a muchos deportistas a través de los años, entre ellos, al propio Earl Anthony, el primer jugador de bolos valuado en un millón de dólares”, explica con orgullo.
Desde Jack Nicholson hasta los Beastie Boys, Original Penguin ha tocado el corazón de los rebeldes y hoy sigue con esta convicción. Weir busca reflejar la actitud relajada y simple que nos hace amar la vida. “Quiero que nuestros clientes disfruten lo que hacemos y se enamoren de la marca con la misma intensidad que yo”, concluye.