HERENCIA Y PASION
Rogelio López es el piloto más ganador de la historia de Nascar México Series. Su pasión: un Camaro, que le recuerda su personalidad.
“Si fuera un auto, seguramente sería un Camaro”, dice Rogelio López, el piloto más ganador en la historia de Nascar México Series, un auténtico hombre récord. “Además es un auto muy importante para quienes formamos parte de Nascar. Está ligado a los más grandes pilotos de todos los tiempos: Dale Earnhardt, Jimmie Johnson, Jeff Gordon, ahora Chase Elliot y Austin Dillon… siempre han sido los máximos ganadores de Nascar”.
López es uno de los pilares de la serie de autos stock en México, un hombre que cumplió 20 años en las pistas en 2017 y que mantiene el hambre de triunfo en cada carrera.
‘Roger’ obtuvo la pasión del automovilismo por herencia. Su padre, Rogelio López II, corría autos turismo en su natal Aguascalientes para después competir en las series nacionales. “Fundó Rolcar Motorsports, un equipo con el cual participaba en la Copa McCormick, que fue cuando lo convencí, como piloto, para que me diera la primera oportunidad”, recuerda el excampeón de Nascar México.
Cuando la serie cambió a los Stock V8 que hoy dan vida a Nascar México, la transición fue natural. “Ya tenía la pasión en el corazón, no había forma de no seguir”. Pasó su adolescencia viendo a su padre en el taller y los autódromos, compartiendo el conocimiento, aprendiendo.
“Cada auto tiene una personalidad distinta y eso, más que verlo, lo sientes. No es lo mismo lo que siento
al subirme a un auto de calle, que a uno de competencia”, dice mientras clava la mirada en el nuevo Chevrolet Camaro 2019, una poderosa máquina que también es dueña de una herencia ganadora en las pistas.
“¿Qué es lo que más te gusta de Camaro?”, pregunto de golpe, al darme cuenta de que ha comenzado cierta comunicación con el vehículo. Sin despegar la vista de los faros, contesta sin pensarlo. “Es fuerza, poder, carácter, velocidad, potencia, con una identidad propia muy fuerte”. Antes de que suelte la siguiente pregunta, Rogelio remata: “Soy muy parecido a un Camaro en cuanto a personalidad, impulsivo, de mucho torque, es un auto con brío, sus líneas son muy marcadas, como músculos que brindan una gran aerodinámica”.
Entonces nace otro recuerdo de su padre. “Él tuvo un [Chevrolet] SS, azul, con líneas doradas”. Quizá fue a bordo de ese auto que
“LOS MEJORES HAN ESTADO CON CHEVROLET. NOMBRES COMO EARNHARDT, JOHNSON, GORDON. PARA NOSOTROS, CAMARO ES LEGADO”.
recibió un consejo. “Tienes que escuchar al auto, sentirlo, saber cómo se comporta, cómo va a responder, cómo va a frenar y hasta cómo te va a ver la gente desde afuera”.
Ese amor por los autos le llevó a convertirse en el primer piloto no nacido en Estados Unidos o Canadá en ganar una carrera de óvalo en una serie de Nascar USA. Emigró a esas pistas para formar parte de Nascar Grand National Division, en 2007, y triunfó en el óvalo de Nashville en la Music City 150, lo que le permitió ser parte del All-Star Showdown, una carrera con los mejores pilotos de la especialidad.
Luego de una carrera deportiva exitosa, Rogelio reflexiona sobre el camino que eligió. “Es una herencia que se lleva en las venas, pero, a fin de cuentas, cada quien tiene su elección. A esa pasión yo la veo como una vela que está en el interior, y cuando la prendes se convierte en un cirio. Una vez que la enciendes no hay cómo apagarla”. Y tal vez por eso se refleja en la poderosa máquina roja.