ALESSANDRO SARTORI
La revolución no siempre tiene que ser ruidosa ni inmediata. Hay algunas que suceden poco a poco, en silencio, hasta que maduran y explotan delante de nuestros ojos. Así es el cambio que lidera el director creativo de Ermenegildo Zegna.
Alessandro Sartori ingresó a las filas de la histórica empresa italiana muy joven, hasta llegar a liderar su marca más sport, Z Zegna. Su talento no pasó inadvertido y fue llamado, personalmente, por Bernard Arnault, propietario de LVMH, para que se mudara a París y convirtiera a Berluti, una firma de calzado, en una de estilo de vida. La misión fue cumplida con éxito, al triplicar las cifras de rendimiento. Fue entonces cuando la casa que lo vio crecer lo llamó de vuelta a Milán, con una propuesta que no pudo rechazar: convertirse en director artístico de Ermenegildo Zegna y tener a su cargo la supervisión de todas las colecciones.
Los enormes desafíos de su nuevo puesto se pueden resumir en una pregunta: ¿cómo transformar un legado de lujo italiano con más de 100 años de trayectoria? En sólo cuatro temporadas, Alessandro ha dejado clara su visión acerca de lo que la elegancia significa hoy en día. Ha superado la sobriedad y la rigidez de la sastrería tradicional, y ha propuesto, de manera sutil, una nueva forma de imaginar lo que un hombre de éxito podría traer puesto.
La corbata se convierte en una opción y no en una imposición, los zapatos formales son reemplazados por sneakers manufacturados con el mismo detalle que un bolso de lujo, y la sastrería suaviza sus formas para priorizar la comodidad. Sin olvidar quién es su cliente, ha sabido conquistar la atención de un público joven, interesado en la sastrería auténtica. Es precisamente la manera en la que los jóvenes juegan con las piezas formales lo que interesa a Sartori, un observador nato que cree que la elegancia verdadera es natural y sin pretensiones.
En tiempos en los que el streetwear se ha apoderado de las pasarelas, este creativo sigue su camino mediante la construcción de una estética que revoluciona lentamente la manera en la que la elegancia es concebida, sin dejarse seducir por las tendencias pasajeras y la gratificación inmediata. Este cambio puede apreciarse por las calles de las grandes capitales del mundo, en los hombres que han reemplazado la camisa por un cuello de cisne o que asisten a un evento con un traje de dos piezas y sneakers. El concepto de éxito dejó de estar ligado solamente a la formalidad de una oficina de alto nivel. Alessandro también diseña para un CEO de Silicon Valley o para un empresario que pasa buena parte de su tiempo en los aeropuertos.
Para celebrar su regreso a la firma, Sartori creó la línea Couture. Es el equivalente de la alta costura para hombres en la que los materiales más exclusivos toman forma no sólo en trajes formales de dos piezas, sino también en piezas más casuales, como chamarras deportivas y prendas de punto. Todo esto diferenciado con el nuevo logo
Triple X: tres taches que recuerdan la manera en la que un sastre termina un traje hecho a mano.
Su visión no podría avanzar sin el apoyo de la familia fundadora. Gildo Zegna, CEO de la compañía italiana, ve en Alessandro al líder que la firma necesita para enfrentar el futuro, y ha dado carta abierta en todos los aspectos para que su director artístico pueda expresar su visión a 360 grados. Suena fácil, pero no lo es tanto, sobre todo si se considera la responsabilidad de llevar una firma que está presente en más de 80 países y tiene una facturación de más de 1,183 millones de euros anuales. Este pequeño gran factor, lo convierte en el diseñador de moda masculina más importante del mundo.