Life and Style (México)

Primera vez

El escritor español José Ovejero recuerda algunos de sus primeros objetos y la historia íntima detrás de ellos.

- Entrevista: Salvador Cisneros

José Ovejero la recuerda.

Mi primera computador­a. Fue una Amstrad CPC de finales de los 80. Si digo que me cambió la vida puede sonar melodramát­ico, pero desde luego cambió mi proceso de escritura. No sólo la parte mecánica —no tener que copiar, lo fácil que era tachar, etcétera—, también la forma de pensar la escritura; la computador­a me permitía jugar más con la libre asociación, olvidarme de la estructura hasta una fase avanzada de la escritura; me sirvió para dar rienda suelta a ese casi trance en el que escribo a veces. Mi primer reproducto­r portátil. Fue un tocadiscos que me volvió muy popular. No me costó mucho tiempo descubrir que no me invitaban por mi simpatía o mi atractivo, sino por mi tocadiscos. Supongo que me sirvió para entender que ese tipo de amistades no merecen la pena.

Mi primer celular. Fueunousad­oque me pasó mi hermano. Nunca he sido alguien ávido de tener la última novedad electrónic­a. Suelo dejar pasar un tiempo hasta que la tecnología se ha asentado y así no tengo que pelear con todas sus imperfecci­ones de las primeras etapas. Mi primera cámara fotográfic­a. Era una Zeiss Ikon, modelo Nettar, una cámara de fuelle, ya anticuada cuando yo era joven, que compré en un rastrillo en Alemania. Para medir la luz usaba un fotómetro. Luego revelaba yo mismo las fotografía­s. Me sentía muy especial con ella; como cualquier joven, quería definirme, diferencia­rme, y esa máquina declaraba que yo era alguien más interesado en la belleza del objeto que en lo práctico, más en el placer del proceso que en el éxito. Me sigo viendo así. Mi primer reproducto­r digital. Esta serie de preguntas es un poco deprimente. Me hace sentir cuánto tiempo hace de casi todas mis primeras veces. Lo que cuento suena a otra era. Por ejemplo, tengo que decir que mi primer reproducto­r portátil digital fue un compact disc, y supongo que muchos ni siquiera sabrán lo que es. De cualquier manera, recuerdo el placer de poder llevar mi música conmigo a todas partes.

Mi primera moto. Era una Montesa, año 74 o 75. Yo provenía de un barrio obrero y a los 16 mi familia se mudó a un barrio más burgués, de casitas con jardín. Y allí, donde todo estaba tan lejos de todo, una moto era casi necesaria. No me duró mucho: tuve un accidente y mi padre me la quitó. Me aficioné, por fuerza, a la bicicleta. Hoy en día, viviendo en Madrid, como siento gran apego por mi vida, voy a pie o en transporte público. José Ovejero (Madrid, 1958) ganó el Premio Alfaguara por La invención del amor, y el Anagrama de Ensayo por La ética de la crueldad. Ha publicado cuentos, poemas y crónicas de viaje. En marzo edita La añoranza del héroe.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico