Relojería
El Monaco de TAG Heuer celebra cinco décadas de vida. El primer cronógrafo automático cuadrado se convirtió en un ícono de estilo gracias a Steve McQueen y un golpe de suerte.
50 años del Monaco.
Desde su lanzamiento en 1969, el Monaco tenía asegurado un lugar en la historia de la relojería suiza, al tratarse del primer cronógrafo automático cuadrado y resistente al agua. Pero una serie de circunstancias afortunadas lo vincularon, para siempre, con uno de los hombres más stylish de los últimos tiempos.
Siempre imitado, pero jamás igualado y menos superado, Steve McQueen será “The King of Cool” por los siglos de los siglos. Los actores de hoy y mañana seguirán intentando parecerse a él, y los moodboards de las marcas de lujo seguirán incluyendo sus fotos cuando busquen inspiración para el desarrollo de un producto vintage. Sin embargo, sólo TAG Heuer seguirá teniendo esa imagen publicitaria en la que McQueen luce un overol blanco con el logotipo de Heuer y un Monaco en su muñeca derecha.
La fotografía corresponde a la película LeMans, de 1971, en la que el actor interpreta a Michael Delaney, un piloto que compite en las 24 horas de Le Mans a bordo de un Porsche 917 del equipo Gulf. En su autobiografía The
TimesofMyLife, Jack Heuer, bisnieto del fundador de la marca, cuenta que él había contratado a Don Nunley para que lo ayudara en sus primeros esfuerzos de productplacement en filmes de Hollywood. Fue Nunley quien consiguió que todo tipo de cronógrafos Heuer aparecieran en esa cinta.
Los productores habían fichado al piloto Jo Siffert, quien tenía contrato con Heuer, para que le enseñara a McQueen a conducir el Porsche 917. Ambos se cayeron muy bien. El día antes de empezar el rodaje, alguien le preguntó al actor qué overol quería usar y él señaló a Siffert, para indicar que deseaba vestirse como su amigo. Al escoger un reloj, se inclinó por el Monaco, con el visto bueno del departamento de continuidad, ya que combinaba con el vestuario. En realidad, Nunley le ofreció el Monaco porque era el único del que tenía tres ejemplares, como pedía la producción: uno para las tomas de carreras, otro para la foto fija y el tercero por si los otros se dañaban.