Jonah Hill Toma la silla de director.
Tras actuar bajo las órdenes de los mejores cineastas, Jonah Hill debuta como director con Mid90s.
¿Por qué decidiste que tu ópera prima como director tratara sobre la historia de un grupo de adolescentes en patineta?
La primera película de muchos cineastas es precisamente sobre la transición a la madurez. Es como el primer álbum de una banda. Me crié en Los Ángeles, donde crecí influido por la cultura del skateboarding, que me sacó de la burbuja socioeconómica y racial. En ese sentido pensé que el skateboarding a mediados de los años 90 era algo muy específico para mí; solo que, entre más específico, más universal. Empecé escribiendo las cosas que recordaba sobre la etapa cuando estaba creciendo, las que imaginaba, lo que les gustaba a mis amigos y las cosas que vi de niño, cosas que me pasaron, que ahora considero interesantes y siempre quise ver en una película.
Has trabajado con cineastas como Martin Scorsese, Gus Van Sant o los hermanos Coen. ¿Qué cosas trajiste de ellos a tu filme?
He aprendido mucho de todos los cineastas con los que he trabajado. Estoy convencido de que estar cerca de esas personas es la mejor forma de absorber sus habilidades, así como verlos juntar todos los elementos. Pedí algunos consejos y todos fueron muy generosos con sus opiniones, lo cual fue de una ayuda increíble. Crecí con un póster de Martin Scorsese en la pared de mi cuarto, sin duda es mi héroe cinematográfico.
¿Los 90 fueron una época mejor?
No sé si fue mejor, pero sí distinta. Una cosa positiva de no tener redes sociales ni celulares es que la gente estaba mucho más presente, pero también creo que una generación anterior habría dicho que cualquier cosa que nosotros teníamos nos hacía estar menos presentes porque ellos no la tuvieron. No creo que esto sea blanco o negro, pero definitivamente situé la película en los años 90 porque la gente no tenía celulares.
Tu debut coincide con un momento en el que, como has dicho, estás siendo tú mismo. De cierta forma, también coincide con la temática de tu poema favorito, “Ítaca”, del griego Constantino Cavafis.
No leía mucha poesía, pero ese poema me lo dio un amigo y creo que “Ítaca” es la mejor versión sobre el viaje y no el destino. Me representa y funcionó muy bien para que pudiera entender ese concepto. Al pensar en cómo soy y que mi vida es un largo viaje, me di cuenta de que estaba aceptando quién era en ese momento, sabiendo que no es permanente y permitiéndome ser quien soy.