El arte del buen viajar
Treinta años después de la llegada de Louis Vuitton a México, una exposición revive el esplendor de su pasado, evidencia la belleza de su evolución y refuerza los códigos estéticos del viajero sofisticado.
Afinales del siglo XIX, el lujo viajaba por el mundo en tren o en barco, dentro de vagones y camarotes ornamentados, envueltos en música en vivo y nublados por el humo del cigarro. En esa época, viajar era la actividad favorita de la alta sociedad y Louis Vuitton se posicionaba como el equipaje perfecto que compartía cada itinerario. Sus baúles, innovadores y funcionales, se convirtieron en objetos de deseo, y adoptaron una estética clásica que rápidamente dejó un legado que, desde entonces, ha sido el punto de partida en sus colecciones.
A medida que los medios de transporte evolucionaron, también se perfeccionaron las piezas de la marca, que logró anticiparse siempre a las nuevas necesidades, sin olvidar los valores artesanales y funcionales que la representan. Hoy, a 165 años de su primera creación, las maletas de origen parisino conservan la esencia de esas primeras travesías y mantienen vivo el lenguaje del viajero sofisticado.
En México, la llegada oficial de la maison sucedió hace 30 años. Para conmemorar una fecha tan especial, las piezas icónicas de la firma harán un nuevo viaje transatlántico. Del 24 de mayo al 16 de junio, El Palacio de Hierro Polanco, en la Ciudad de México, será sede de la exposición itinerante Time Capsule, que para entonces contará con 14 destinos en su bitácora. Su primera parada fue en Hong Kong y de ahí ha visitado ciudades como Bangkok, Berlín, Singapur, Dubái, Shanghái, Melbourne, Madrid, Osaka, Los Ángeles y Toronto, entre otras. Después de México, partirá hacia Washington DC y Brasil.
Creando una línea de tiempo visual, la muestra no sólo repasa la historia de la casa de moda, sino que analiza la evolución de sus pilares estéticos de una época a otra. Entre las piezas emblemáticas que incluye está De Brazza’s Trunk, un baúl que contiene una cama plegable en su interior y guarda una curiosa historia de
cajones escondidos y reportes secretos que surgieron de una exploración al Congo. También se encuentra el Hermetic Zinc Trunk, diseñado en 1899, a raíz del auge de los viajes en barco. Este baúl metálico, resistente al agua, fue una respuesta a la necesidad urgente de proteger los artículos de valor por las duras condiciones que suponían las largas travesías.
El viaje cronológico continúa hasta 1930, con el Desk Trunk que acompañaría al compositor Leopold Stokowski en sus viajes internacionales. Fue diseñado con repisas para resguardar libros y cajones para clasificar partituras, además de un espacio para la máquina de escribir y una mesa expandible. El exterior del baúl lleva el clásico monograma.
Otro salto en el tiempo lleva a la colección de The Darjeeling Limited. Elaborado para formar parte de la cinta emblemática de Wes Anderson, el set de 11 maletas supuso un diseño desafiante para el director creativo, con colores vivos y motivos de animales salvajes que respetaran los códigos de Louis Vuitton, como el uso de componentes metálicos para proteger las esquinas y el tratamiento a mano.
Las obras de Time Capsule logran plasmar los ideales estéticos y funcionales de cada era, al tiempo que revelan la fuerza del lenguaje visual de Louis Vuitton. Es mucho más que una exposición de una firma que ha logrado marcar el paso en la evolución del estilo de vida global: se trata de una declaración a favor de lo artesanal, de la creatividad y del arte de viajar. Para enriquecer la experiencia de la muestra más grande en su tipo que ha visto el país, Time Capsule Mexico City incluirá tres piezas hechas para clientes nacionales, como un baúl decorado con la imagen del Ángel de la Independencia y una creación que resguarda los sombreros de un famoso cantante. Además, un artesano demostrará, en tiempo real, cómo se trabajan los productos más emblemáticos de la marca. Es un viaje que nadie se debe perder. Una de las piezas más especiales de la colección es este baúl que guarda un saco de box. Diseñado por Karl Lagerfeld, formó parte de la colección Iconos e iconoclastas.