Life and Style (México)

DRIES VAN NOTEN

El diseñador belga ha sido, por décadas, el favorito de los que prefieren una moda que susurra su presencia y no la grita.

- Texto: Salvador Cosio

Împosible pensar en el éxito de una marca hoy en día sin grandes cantidades de dólares invertidos en mercadotec­nia, sin el apoyo de una celebridad con millones de seguidores o sin una colección que se atreva a estar fuera de las tendencias que aseguran las ventas. Todos estos factores, que no figuran en la estrategia de Dries van Noten, lo han llevado al éxito de manera silenciosa.

Dries Van Noten forma parte del grupo de los “Antwerp 6”, seis personajes que se graduaron de la prestigios­a escuela de diseño belga, entre 1980 y 1981. Si lo lleváramos al terreno deportivo, esa generación sería algo tan relevante como el Dra del 83 en la NFL. La importanci­a e influencia de este grupo se entiende al mencionar a otros integrante­s: Ann Demeulemee­ster y Martin Margiela, nombres que hoy en día son venerados y se usan como adjetivos para definir un estilo.

Van Noten nació en Amberes hace 61 años. Ha creado un imperio que, hasta hace poco, manejaba en su totalidad. Los críticos y especialis­tas han definido su moda como intelectua­l, pero la realidad es que es difícil de encasillar. Se preocupa más por nutrir la mente de su cliente, que por crear algo que ponga en evidencia sus atributos físicos.

Su carta fuerte es el color y el trabajo artesanal. Ha sido el primero en proponer los colores intensos de la India cuando todos hacían blanco y negro en la era del minimalism­o, y

su sensibilid­ad cromática le ha pagado con creces. Existen “amarillo y morado Dries Van Noten” y, de nuevo, contar con estos adjetivos es un privilegio del que muy pocos gozan.

El camino hacia donde se dirige ha sido poco claro para algunos que no conciben cómo un diseñador tan aclamado no quiere aprovechar­se de la situación y hacer dinero de su prestigio. Aunque la marca no produce campañas ni invierte en anuncios, el hombre y la mujer Dries Van Noten tienen una identidad bien clara: la edad es indefinida (tiene fans entre los 20 y los 70 años), son entusiasta­s de los textiles lujosos y prefieren expresar su estilo de manera discreta y atemporal. Aunque sus coleccione­s cuelgan de los percheros de las tiendas más exclusivas del mundo, el público que las idolatra no tiene pinta de alguien que sea asiduo a una tienda departamen­tal.

Aun así, los números de la compañía fueron lo bastante atractivos para que el gigante del lujo español Puig hiciera una oferta para comprarla que ni el mismo Dries se atrevió a rechazar. Esta decisión causó polémica. Lo llamaron “el último mohicano” y lo señalaron como el último diseñador independie­nte que se dejaba seducir por los encantos de un corporativ­o gigante. “Solo así había oportunida­d de crecer sin sacrificar los precios de las prendas y desarrolla­r el comercio online”, explicó. Un verdadero visionario sabe cuando es tiempo de tomar estas decisiones.

Dries Van Noten, Amberes, Bélgica, 1958. En octubre de 2016, este diseñador ganó el premio Culture Award de la provincia de Amberes por su contribuci­ón a la cultura.

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