Músicos ordinarios

Weezer no encajó en el molde del rock. Gracias a ello y tras una carrera de 25 años, son fuera de serie. “ES DIFÍCIL ACEPTAR QUE UNA COMPUTADORA SABE MEJOR QUE TÚ QUÉ QUIERES ESCUCHAR”.

Entrevista a Weezer.

Ser normal es resistir. En un mundo en el que todos deben ser “extraordinarios”, no entrar en el juego de la popularidad requiere más valor. Esto en Weezer no es nuevo. “En 1994 éramos una especie de contraparte de la escena grunge; no éramos drogadictos, leíamos libros y hablábamos de Jack Kerouac. No es nada nuevo, se necesita valor para ser diferente”, afirma el guitarrista Brian Bell.

Desde entonces y sin desearlo, esta banda de Los Ángeles se convirtió en un icono de lo promedio; Demostró que ser ordinario está bien, que no se necesitan excesos, enojo, ni quitarse los lentes de pasta para hacer rock. “Nunca buscamos ser cool”.

En 25 años, la banda ha cambiado poco. “Después de tanto tiempo seguimos juntos y grabando discos. Eso habla mucho de cómo somos. Hace poco terminamos otro álbum y creo que es uno de los mejores que hemos hecho. Personalmente, es mi favorito”, dice el integrante de Weezer, también conformada por Patrick Wilson (batería) y Scott Shriner (bajo).

Lo que sí cambió fue la forma de crear su música. Para la producción de The Black Album y The Teal Album —ambos publicados en 2019—, el vocalista Rivers Cuomo echó mano del análisis de datos para componer canciones, así como concebir los setlists de sus conciertos.

El uso del big data y software de análisis es parte de la evolución de la industria, lo cual no es malo por sí mismo, siempre y cuando no sustituya el proceso creativo, opina Bell. “Si el mundo está cambiando, quiero ser parte de eso. No me asusta la tecnología, pero me gusta el lado orgánico de la música. Aún creo que los humanos deben crear la música”.

Weezer se presentará el 16 de noviembre en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, como uno de los headliners del Festival Corona Capital 2019.