LA EMOCIÓN ES LA CLAVE
En el diseño nunca hay una decisión correcta o equivocada, más bien tienes que creer en lo que haces y seguir adelante. En el caso de Montblanc, donde soy director creativo, siempre estamos al tanto de las tendencias, pero tratamos de encontrar expresiones que garanticen perdurabilidad y añadan valor a la marca. Por eso debemos pensar las cosas a fondo, ser mucho más precisos y seguros de nosotros mismos, enfocarnos más y mejor. Como diseñador es un reto muy interesante, porque tu investigación y convicción tienen que ser más sólidas.
Cuando acepté este empleo, la firma giraba alrededor de los instrumentos de escritura, aunque ya fabricaba relojes, artículos de piel y accesorios. Por eso he procurado que estos pilares sean iguales. Si tienes una maison que hace estos productos en sus propias manufacturas, con su propio expertise y equipo de investigación y desarrollo, ¿por qué no casarlos? Por ejemplo, hace unos años presentamos la piel Sfumato en las bolsas y nos dimos cuenta de que podíamos usarla en las correas de algunos relojes. Tuvimos que desarrollar el proceso y asegurarnos de que funcionara, pero fue muy rápido gracias a la pasión y el deseo de trabajar juntos.
Algo similar ocurre con nuestro lenguaje estético. Cuando un cliente entra en una de nuestras boutiques tiene que percibir que existe un hilo conductor entre las colecciones. Cada septiembre propongo un tema a partir de macro y microtendencias, materiales, colores, acabados y otros factores, y le pido a los tres equipos de diseño que desarrollen sus propuestas. Pero no lo forzamos. Si les digo que para la siguiente temporada me gustaría usar el rojo un poco más, no significa que tienen que hacer instrumentos de escritura rojos, relojes con carátulas rojas o mochilas rojas, sino que se abre la posibilidad de incluir ese color de diferentes maneras. Tratamos de encontrar conexiones entre todas las líneas de producto, vincularlas sutilmente y apoyarnos en el conocimiento de las diferentes categorías.
El caso de los relojes es especial. Cada vez que voy a nuestra manufactura Minerva en Villeret (Suiza), me asombra lo que podemos lograr con el conocimiento, la experiencia y la forma de trabajar de ese taller fundado en 1858. Como equipo de diseño es muy importante que recordemos que se nos ha dado la oportunidad de trabajar con los mejores en el campo de la relojería, lo que nos permite superarnos.
El archivo que tenemos en Minerva es increíble, abres un cajón y te encuentras con cientos de carátulas de guardatiempos antiguas que sirven de inspiración para nuestras piezas actuales. La pregunta es cómo retomamos esos elementos y los transformamos para esta época. La gente dice que la relojería de Montblanc se inscribe en la tendencia vintage, pero para mí es una expresión que surge de nosotros mismos. La reinterpretación de nuestro archivo no nos impide ser modernos.
La relojería mecánica nunca se fue. El asunto es cómo conseguimos mantenerla y fortalecerla, y cómo logramos que la gente entienda que los relojes mecánicos son objetos muy personales. Hay que derribar la barrera de los tecnicismos y acercarlos a los consumidores de una forma emocional. Soy un romántico incurable y siempre pienso en términos poéticos. Cuando creamos un guardatiempo nuevo, lo primero que hacemos es ir a la manufactura con los especialistas en movimientos para entender el funcionamiento. Al principio el enfoque es muy técnico, pero luego es en la esfera donde ocurre la magia. Cuando diseñamos la carátula decidimos cuál es la narrativa y la emocionalidad del reloj. Esa es la superficie con la que capturamos la atención.
Algo que la industria de la moda puede aprender de la relojería es la importancia de la longevidad, porque cuando compras un reloj, lo conservas durante mucho tiempo. Me da gusto que varias marcas de alta gama están regresando a sus archivos y al trabajo artesanal, porque la moda no es solo cuestión de estilo, sino de calidad y acabados. La sociedad en general quiere cosas que duren más.
LO QUE LA MODA PUEDE APRENDER DE LA ALTA RELOJERÍA ES LA LONGEVIDAD Y EL TRABAJO ARTESANAL QUE IMPLICA.
De origen paquistaní y con una amplia carrera en el mundo de la moda, Zaim Kamal es el director creativo de la marca alemana Montblanc desde 2013. Este texto se basa en una entrevista con él.