Orgullo azteca
Montblanc dedica una de sus colecciones de instrumentos de escritura más exclusivas al rey Moctezuma I, con un resultado que enchina la piel.
Montblanc dedica una de sus colecciones de instrumentos de escritura más exclusivas al rey Moctezuma I.
En la manufactura de Hamburgo donde nacen los famosos instrumentos de escritura de Montblanc hay un taller más especial que los demás. Es el Artisan Atelier, un espacio de más de 1,000 m2 donde los mejores diseñadores técnicos, ingenieros de precisión, orfebres, engastadores y otros artesanos crean los productos más exclusivos de la firma.
Durante los últimos tres años, ese equipo de élite elaboró la colección Patron of Art Homage to Moctezuma I en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. El resultado son cuatro ediciones limitadas de plumas a las que es justo considerar obras de arte, repletas de referencias a la cultura azteca que revelan el respeto que hubo desde el principio del proyecto, como explica Alessandra Elia, directora de la categoría de instrumentos de escritura de la marca.
“Un día encontramos un catálogo de la exposición Moctezuma: Aztec Ruler, que tuvo lugar en el Museo Británico [en 2009] como parte de una serie de exposiciones sobre grandes gobernantes”, recuerda Alessandra. “Simplemente nos fascinó. Era un universo que no se parecía a nada de lo que habíamos hecho antes. Los equipos de instrumentos de escritura y diseño sentimos que teníamos que crear algo para emular esa estética excepcional. A primera vista, lo que nos atrajo fueron los colores, los patrones y los materiales que usaban, pero obviamente, también la riqueza de los simbolismos”.
Los diseñadores consultaron libros y visitaron exposiciones para entender lo mejor posible la creatividad azteca. La figura de Moctezuma I siempre aparecía en un lugar preponderante. En este proceso, que duró unos tres meses, se involucraron otros departamentos, como el de patrimonio, y a partir de él surgieron las primeras ideas sobre cómo contar la historia y los elementos que querían usar.
“Poco después empezamos a definir la forma de los instrumentos de escritura, inspirada en la emblemática átlatl (un arma de proyección que se usaba para impulsar lanzas o dardos a grandes distancias), y entonces comenzó el verdadero desarrollo del diseño y la colección”, dice Alessandra.
“LOS AZTECAS LOGRARON MILAGROS DESDE EL PUNTO DE VISTA ARTÍSTICO Y ARQUITECTÓNICO”. –Alessandra Elia
Montblanc le presentó la colección al INAH cuando tuvieron una propuesta clara. “Queríamos estar seguros de que nuestro homenaje a la cultura azteca fuera lo más auténtico posible”, agrega. “Siempre nos esforzamos por colaborar con las instituciones nacionales. Como Montblanc es una marca con reputación global y raíces en el campo del arte y la cultura, tiene el compromiso real de valorar todas las culturas y rendir un tributo respetuoso mediante la investigación rigurosa y el uso de información sólida y legítima”.
El origen del concepto Patron of Art se remonta a 1992, cuando la firma alemana creó el premio Montblanc de la Culture Arts Patronage, que se otorga a mecenas modernos de varios países, entre ellos México. Son personas comprometidas a apoyar el talento artístico, pero que prefieren hacerlo alejadas de los reflectores. A partir de entonces, en abril de cada año se presenta una colección de plumas fuente de edición limitada basada en el legado de un mecenas histórico del arte.
Moctezuma I –conocido como Moctezuma El Viejo o Moctezuma Ilhuicamina– fue electo gobernante del imperio azteca en 1440 y reinó casi 30 años, por lo que fue el tlatoani que más tiempo duró en el cargo y quien “estableció las bases para el despegue definitivo y la consolidación de Tenochtitlán como el poder hegemónico de Mesoamérica”, según la revista Arqueología mexicana. Lo que sedujo a Montblanc fue que, bajo su reinado, la ciudad floreció con la construcción de nuevas edificaciones, esculturas y jardines botánicos, y que impulsó la ampliación del majestuoso Templo Mayor.
Cada elemento de las plumas es una alusión a la vida y la época de Moctezuma I. La más exclusiva, limitada a ocho ejemplares, refleja su ascensión al trono como quinto rey de Tenochtitlán, cuando se le otorgó el manto real de color turquesa con bordes rojos (xiuhtilmatli) y una diadema de oro. El cuerpo está hecho con jaspe rojo oscuro e incrustaciones de oro sólido en tono champaña, una referencia a los rituales de sacrificio azteca. El capuchón también es de oro sólido en tono champaña y está engastado con diamantes, granates, tsavoritas verdes y zafiros de varios colores. Está decorada con un grabado a mano del dios Huitzilopochtli.
En el caso de la edición limitada a 87 piezas, el mosaico turquesa al estilo azteca del capuchón está hecho a mano y refinado con incrustaciones de oro sólido en tono champaña, engastadas con “cabochon” de jade y un motivo central azteca que simboliza el mito de la creación de los cinco soles. El cuerpo está elaborado a partir de cocobolo, una madera preciosa centroamericana, que es una referencia al material utilizado en el átlatl tradicional y al árbol El Sargento, ubicado en la Ciudad de México y plantado durante el reinado de Moctezuma I.
Las otras dos ediciones, limitadas a 888 y 4,810 ejemplares, también son extraordinarias. Los colores de la primera, rojo carmín y turquesa, se utilizaban en los vestidos de la realeza azteca, y los grabados en el capuchón de plata esterlina representan armas y cráneos, así como ornamentos tradicionales aztecas. El capuchón de la segunda tiene un diseño en plaqué de oro, inspirado en las empuñaduras recubiertas de hilos. El azul petróleo y rojo carmín de la laca del capuchón y el cuerpo evocan los colores de la cultura azteca y el man– to real. El patrón en el manto de Moctezuma I, símbolo de su alto rango, se representa en el capuchón, debajo de la laca traslúcida.