LO QUE PASA EN LA MESA
En Pan y circo, líderes de opinión reflexionan sobre temas tan urgentes como complejos.
Diego Luna huye de la inmediatez y la superficialidad como si fueran un virus. Cree que el culto a ambas, sobre todo en las redes sociales, no aporta al progreso de temas urgentes. “Hoy hay un culto a la inmediatez y a la superficialidad: si doy mi opinión antes, tiene más valor, no importa si tiene o no fundamentos. Ojalá aprendiéramos a entender que en la profundidad está lo esencial y el valor de las cosas”, afirma Diego.
Otra certeza que tiene el actor es que una mesa con comida y bebida es el mejor lugar y la mejor forma para encontrar puntos en común. “Si te relajas, te tomas un cervecita y comienzas a platicar, te sale una cosa que no te habías atrevido a decir o, por lo menos, a formular de esa manera”.
Por eso creó Pan y circo, serie de debates en la que líderes de opinión –políticos, científicos, representantes de religiones, escritores, periodistas, actores y activistas– reflexionan sobre las problemáticas más polarizantes de México y el mundo: migración, feminismo, violencia y equidad de género, identidad, discriminación, aborto, cambio climático y despenalización de la marihuana.
“Pan y circo hace que aunque tú conozcas a estos personajes, los escuches hablar de una manera en que probablemente no lo habían hecho. El programa nace de mi interés por la cocina, pues soy un glotón compulsivo y siempre he disfrutado no solo de comer, sino de lo que pasa alrededor de la comida en la mesa”, explica el también cineasta y productor. “Pero esta serie se trata sobre poner atención a lo que quieren los otros en relación con tu realidad para dejarte influir por los demás y estar abiertos a escuchar. Y creo que en ningún lugar se escucha mejor que en la mesa”.
El concepto del programa es que personajes como el expresidente colombiano Juan Manuel Santos, el periodista salvadoreño Carlos Martínez D’Aubuisson, la secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero y la periodista deportiva Marion Reimers, entre muchos otros, debatan de la forma más honesta posible asuntos prioritarios, durante una cena que elaboran reconocidos chefs, como Enrique Olvera y Elena Reygadas, creadores de los restaurantes Pujol y Rosetta. El moderador es el propio Diego Luna.
Al cuestionarlo sobre si no teme que la estética de la mesa –manteles largos y copas altas– más el menú de cocina de autor pudieran resultar elementos distractores que contrasten con lo que discuten, Diego responde que no. “No creo, porque hay un ejercicio para conocer nuestra realidad y la invitación es que a través de la cocina también podemos hablar de la diversidad de este país, de lo que culturalmente nos representa. Siento que la comida a veces es un gran vehículo. Pararme a comer en un lugar u otro me ha dado una perspectiva más amplia sobre el entorno”.
Diego es un ciudadano activo. Después del terremoto del 19 de septiembre de 2017, creó un exitoso centro de acopio de víveres para los damnificados, y en 2019 fundó El Día Después, una plataforma para dar visibilidad a problemáticas sociales, fomentar la acción ciudadana y contrarrestar el clima de polarización. Pan y circo, que estrenó en Amazon Prime Video en agosto, es una extensión de todo lo anterior.
“Estos debates, como ejercicios, valen la pena para recordar que así como somos capaces de señalar y denunciar y apuntar, también somos capaces de coincidir, de escuchar. El programa hace un énfasis en eso. Paremos un poquito de hablar, aprendamos a escuchar para después tener algo más inteligente que decir”, reflexiona.
Si los temas que se abordan en Pan y circo ya eran urgentes, la pandemia de Covid-19 ha venido a darles una dimensión aún mayor y también una nueva jerarquía, piensa Diego: “Lo que esta pandemia vino a hacer es mostrar en realidad quiénes somos y qué hemos dejado que suceda frente a nosotros como sociedad. Es una lupa que de alguna forma exalta nuestras virtudes, pero también todos nuestros errores. Ahora, por ejemplo, es más importante que nunca hablar sobre la violencia de género, porque quedarse en casa no significa lo mismo para una mujer que para un hombre”.
Aunque a veces el activismo ciudadano está a un paso de distancia de formar parte de la política institucional, Diego tiene claro de qué lado quiere estar. “La ciudadanía es mi forma de participar en la política, a mí me gusta esta trinchera, este lado”, explica. “Jamás habrá un Diego para presidente [de México]. Ima-gí-na-te. Claro que no. Fracasé en la primaria cuando intenté ser parte de la asamblea de alumnos. No pasé de escribano – me tocaba redactar las actas– y mi carrera política se truncó porque me gustaba el futbol”.
Olga Sánchez Cordero, Juan Manuel Santos, Emiliano Monge, Gael García, y Marion Reimers son algunos de los invitados a la serie de debates