HOLLYWOOD A LA VISTA
galas de etiqueta rigurosa en el Festival de Cannes. “Iba en la combi, en la 30-30, de regreso a mi casa, cuando la asistente de Gael me habló para decirme que nos íbamos a Francia. ‘Órale, me voy a Cannes, ¿qué chingados es eso?’ Tenía una idea, pero no dimensionaba realmente la magnitud de todo”.
Tenoch, quien le pidió prestado 5,000 pesos a su padre para poder ir a ese viaje, describe la experiencia como divertida y reveladora. “Me sentí como un mochilero que se coló a las fiestas de Cannes. Me la pasé muy bien y pensaba: ‘Si ya no vuelvo a venir, pues ya lo viví. Ya estoy aquí: chingue a su madre, lo voy a disfrutar’. Ahora sé que eso que sentía era el síndrome del impostor, que es algo que hasta la fecha sigo teniendo, aunque en menor grado”, dice. También confiesa que por fin se sintió legitimado como actor cuando ganó el Ariel por su protagónico en Días de gracia (2012).
Así es la vida de Tenoch. Se mueve en el mundo del arte, las reflexiones psicológicas sobre los personajes y los retratos cinematográficos que pretenden capturar el estado de una sociedad, pero también en la feria de las vanidades que pueden ser los festivales de cine y las alfombras rojas de las premieres. No obstante, a sus 39 años, dice tener bien claras las diferencias y lo que realmente importa. “Me veo a mí mismo como dos personajes: el actor y el mediático. Este último es una versión mejorada y más estructurada de mí, y para eso me sirve haber estudiado periodismo”, explica.
Tiene sentido: los diarios, las revistas y la televisión, pero sobre todo su cuenta de Twitter —cargada de pensamientos y denuncias sociales y políticas que dividen tanto como gustan— son sus plataformas más activas para su discurso. “El foco mediático es el que empleo como mi trinchera. Ahí, y no en el cine, es en donde abro la boca para hablar de las cosas urgentes que a mí me mueven. Yo me salgo del canon del actor que evita hablar de temas difíciles para no dividir. Pero lo hago porque lo que siento es más fuerte que yo. No puedo quedarme callado. Si algo no me gusta simplemente voy y lo digo porque para mí la conciencia de clase, saber de dónde vienes, es muy importante”.
Ser frontal y la facilidad para volver una idea masiva y perdurable a través de las redes sociales conllevan riesgos que ha asumido. A principios de agosto, ocupó el primer puesto en los trending topics de Twitter por escribir: “Que los fusilen de espalda y los entierren boca abajo. O que los dejen libres media hora en un Zócalo a reventar de gente”. Se refería a Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex, actualmente en proceso judicial por presunta corrupción, y el resto de personas involucradas en este caso. Horas después borró el tuit, ofreció disculpas y dijo que no está a favor de la pena de muerte.
En una segunda entrevista para hablar específicamente sobre este episodio, Tenoch explicó que fue una broma que no midió, pero que no por eso deja de asumir las consecuencias de sus actos. “Borré el comentario porque si bien era una broma, era de mal gusto y entendí que podía tener alcances negativos y ofensivos para mucha gente, por eso lo bajé”, asegura. “Pero dije que lo bajaba en 10 minutos para que tomaran la captura de la pantalla, porque me hago responsable de lo que dije. La cagué: yo dije esto en este contexto por estas razones y me hago cargo de lo que dije”.
Nunca hay buen momento para una pandemia, pero en términos profesionales, que se declarara la crisis sanitaria global por el coronavirus a mediados de marzo fue un pésimo timing para Tenoch.
El día de la primera entrevista y sesión fotográfica con Life and Style, a finales de febrero, el actor lucía una sonrisa más grande de lo común. Se debía a dos razones. La primera era que en verano se estrenaría The Forever Purge, una nueva entrega de la saga distópica de culto que significaría su primer protagónico en Hollywood. “Yo no fui a tocar la puerta de Hollywood para después salirme”, dice Tenoch sobre su planes de triunfar en la Meca del Cine. “No voy a mentir ni a caer en la falsa modestia de que hacer cine allá no me importa. Claaaro que me interesa: si aprendí inglés y conseguí un agente allá es porque lo deseo. La idea de trabajar en Hollywood la tengo desde el día en que me hice actor, pero hace un año conseguí un manager”.
Es, además, el inicio de un nuevo ciclo que tiene un paralelismo interesante con el arranque de su carrera, pues The Forever Purge —aún sin fecha de estreno— es dirigida por Everardo Gout, quien apostó por Tenoch para estelarizar el drama que obtuvo nueve premios Ariel. “Everardo se la jugó conmigo, porque en Días de gracia varias veces los productores amenazaron con retirarle el presupuesto si no cambiaba al actor principal, y él dijo que sin mí no se hacía la película”, recuerda Tenoch, quien para la construcción de su personaje se inscribió de incógnito en la academia de policía y se graduó. “Lo que pasó es que en aquel entonces, la mayoría de los que tenían la posibilidad de invertir en el cine mexicano, poseían una cultura muy pobre, con alcances sociales e ideológicos limitadísimos. Para ellos si no eres el famoso que sale en las revistas, no te toman en cuenta”.
La otra razón que lo hacía sonreír en silencio en febrero —literal— es que estaba a pocos días de irse a filmar Mexica, título tentativo de la ambiciosa serie de Amazon Prime Video en la que dará vida al emperador Moctezuma II. Esta es coprotagonizada por Javier Bardem (Hernán Cortés) y coproducida por esa plataforma de streaming y La Corriente del Golfo, de Diego Luna y Gael García. “Perdona, en serio no puedo hablar nada de eso ahora”, dice con una sonrisa.