Las lecciones del Heuer Carrera
Apareció en 1963 como un cronógrafo de diseño puro y legible. Hoy es un icono de la relojería y el protagonista del 160o aniversario de TAG Heuer.
Un icono de la relojería protagoniza el 160º aniversario de TAG Heuer.
El Carrera está en el centro de la celebración del 160º aniversario de TAG Heuer, como lo demuestran los nuevos modelos y las ediciones especiales que la marca ha presentado durante 2020. Es un lugar más que merecido para un reloj que desde su lanzamiento en 1963 ha superado todas las expectativas. “Gracias a la visión de Jack Heuer, el Carrera todavía impulsa la imagen de la maison y es un símbolo de toda la industria. Por ello, en este aniversario quisimos rendirle homenaje a nuestra estrella y regresamos a sus raíces, su espíritu y su diseño originales”, afirma Catherine Eberlé-Devaux, directora de patrimonio de TAG Heuer, en entrevista con Life and Style.
La anécdota de cómo uno de los cronógrafos esenciales en la historia de la relojería suiza se llama Carrera es más interesante si la cuenta el propio Jack Heuer. En 1961, cuando tenía 28 años, Jack se convirtió en accionista mayoritario de Heuer, la empresa antecesora de TAG Heuer que su bisabuelo Edouard fundó en 1860. La marca prosperó bajo su liderazgo, impulsada por su idea de vincularla con el automovilismo, al que era muy aficionado. En 1962, Jack acudió a las 12 Horas de Sebring, en Florida, donde ocurrió el siguiente episodio que narra en su autobiografía The Times of My Life.
“Ahí pasé un buen rato en los pits de Ferrari con los padres de los hermanos Rodríguez. Me dijeron que tenían suerte de que sus hijos fueran tan jóvenes –Pedro tenía 21 años y Ricardo 19–, porque si hubieran nacido unos años antes sin duda habrían participado en la Carrera Panamericana que se corría en México. En ese entonces era el evento de automovilismo más peligroso del mundo, y en un periodo de cinco años se había cobrado más de 30 víctimas. La cancelaron en 1955 por razones de seguridad (…). Así que fue en Sebring donde escuché por primera vez la palabra castellana ‘carrera’. Me encantó no solo por su sonido sexy, sino por sus múltiples significados, que incluyen camino, competición, trayectoria y profesión. ¡Todos dentro del territorio de Heuer!”.
Jack escribe que después de aquel encuentro corrió a registrar el nombre ‘Heuer Carrera’ en cuanto regresó a Suiza. “Como accionista mayoritario de la empresa –y con su futuro en mis manos–, tenía el compromiso de desarrollar productos nuevos y decidí que el siguiente reloj que hiciera se llamaría ‘Carrera’”.
“Fue la primera vez que una creación de Heuer tuvo nombre antes de que se diseñara, y la primera pieza que bautizó Jack. Un año después, en 1963, el primer cronógrafo Heuer Carrera salió de la fábrica”, relata Catherine.
El éxito de ese reloj de acero entre pilotos y amantes del automovilismo fue contundente. Aquel Carrera, la referencia 2447, medía 36 milímetros de diámetro y tenía mecanismo de cuerda manual. El Carrera gozó de una gran fama, acrecentada por el acuerdo de patrocinio que Jack logró en los años 70 con la escudería Ferrari de Fórmula 1 para que sus bóli
dos llevaran el logotipo de Heuer y sus pilotos –leyendas como Clay Regazzoni, Niki Lauda y Ayrton Senna– usaran sus cronógrafos. Surgieron modelos Carrera con nuevas funciones y se les equipó con mecanismos automáticos.
Como cualquier héroe que se precie de serlo, el Carrera también padeció infortunios. Su producción se suspendió alrededor de 1985, en la época de la fusión de Heuer con TAG.
“Fueron tiempos desafiantes para toda la industria y se tomaron decisiones de negocios drásticas”, explica Catherine. “Fue entonces cuando se lanzó la colección Formula 1 y relojes de cuarzo nuevos para generar dinámicas de crecimiento. El Carrera regresó apenas 10 años después, mientras la marca florecía de nuevo, y se pensó como un tributo a los éxitos del pasado llevándolo al futuro. De hecho, fue el primer proyecto de la marca enfocado en su legado. Tuvo un recibimiento espectacular y se integró a las colecciones permanentes. Los clientes y coleccionistas lo valoraron como el icono relojero que era y aún es”.
“El Carrera, más que ningún otro modelo, abarca todas nuestras paradojas como marca: es elegante pero deportivo, nació del automovilismo pero es apto para cualquier estilo de vida, y es peculiar pero clásico”, añade.
Desde un principio, el impacto del Carrera se debió a su diseño, que apostaba por la facilidad de lectura que debía tener un cronógrafo para que los pilotos lo consultaran al manejar. No fue una decisión fortuita. Jack Heuer era un entusiasta del diseño industrial y seguidor de arquitectos como Le Corbusier, Charles Eames, Eero Saarinen y Oscar Niemeyer.
“El Carrera de 1963 estaba impregnado de un atrevido espíritu racing y expresaba los principios de diseño de Jack: legibilidad, modernidad y elegancia, que siguen siendo nuestros códigos rectores. Como amante del diseño moderno y limpio, él quería que la estética del Carrera fuera pura y proporcionada. Por su fiabilidad y elegancia, se convirtió en el instrumento preferido de pilotos legendarios dentro y fuera de la pista”, dice Catherine.
Los cuatro modelos nuevos del TAG Heuer Carrera que presentamos aquí se inspiran en el estilo depurado del reloj original. La firma subraya el estilizado bisel de acero diseñado sin escala taquimétrica para conservar la estética del cronógrafo de 1963. Se prioriza la legibilidad con índices aplicados y manecillas esbeltas similares a las del primer Carrera. Los contadores de minutos y de horas, a las 3 y las 9, tienen efecto “azurage”, y en el pequeño segundero, a las 6, hay una discreta ventanilla de fecha.
La caja mide 42 milímetros de diámetro y es de acero inoxidable. En los modelos con esfera negra y azul, el brazalete también es de acero. La versión con esfera color antracita y la bicolor con esfera plateada y manecillas chapadas en oro rosa tienen correa de piel de cocodrilo marrón. Todas las carátulas tienen un elegante acabado cepillado y rayos de sol.
Su mecanismo es el movimiento de manufactura Calibre Heuer 02 desarrollado y fabricado por la marca. Es de cuerda automática y garantiza 80 horas de reserva de marcha.
“Puedes apreciar la forma de las asas, el reborde usado para imprimir la escala del cronógrafo, la forma de los pulsadores. Estos detalles se inspiran en el Carrera de 1963. Pienso que el espíritu de Jack Heuer está presente y se le honra”, asegura Catherine. “El tiempo dirá, pero creo que estos relojes han tocado una fibra sensible entre los coleccionistas y fans de Heuer, pues ofrecen un puente fantástico entre la relojería vintage y contemporánea. Son símbolos poderosos de una nueva dirección de la marca, más enfocada y conectada con su ADN”.
Además, entre las ediciones limitadas que la firma ha dado a conocer este año está el TAG Heuer Carrera 160 Years Montreal Limited Edition, que combina la estética de la colección Montreal de los años 70 con la del Carrera actual. Y hay un cronógrafo TAG Heuer Carrera Sport que reinterpreta el histórico modelo Heuer Carrera “Dato 45” de 1965, el primer cronógrafo Heuer de pulsera en contar con un disco de fecha giratorio. Son las lecciones que deja un reloj inimitable.