El verdadero cambio viene del interior
Pensar que la masculinidad es un concepto asociado a una sola realidad es una idea equivocada. Hay tantas realidades como mentes sobre el planeta. Nuestra idea de lo masculino dependerá del lugar del mundo en el que vivimos, del sector de la sociedad al que pertenecemos –si hiciéramos esta pregunta en Siria, Europa o la Ciudad de México tendríamos respuestas muy diferentes– y hasta de las distintas regiones de un mismo país. En México, la respuesta dependerá de si estamos en un pueblo, donde las ideas suelen ser más arraigadas, o en una ciudad más vanguardista.
El interesante documental The Mask You Live In explora el concepto de masculinidad desde diferentes ámbitos, pero un dato destaca sobre los demás: en el mundo, la mayor cantidad de suicidios se da entre hombres adolescentes, menos capacitados para gestionar sus emociones.
En el patriarcado tradicional a los hombres no les está permitido sentir. En mi comunidad, esto es, mi realidad, la masculinidad es un concepto que ha evolucionado. Tengo la impresión de que estamos aprendiendo a entender la importancia de integrar lo femenino y lo masculino; es decir, tenemos que derribar el patriarcado, ese sistema de normas que nos rige y que nos dice cómo relacionarnos y cómo vivir en sociedad en el que hemos sido educados, y abrirnos como hombres para sentir y expresar nuestras emociones. Por otro lado, también veo que las mujeres, tradicionalmente responsables de la educación de los hijos, se muestran mucho más abiertas a permitir que sus hijos exploren sus sentimientos y, por qué no, su lado femenino.
Históricamente, a los hombres se nos ha enseñado que nuestro poder está directamente relacionado con nuestra virilidad y no con nuestro corazón. La idealización del superhéroe como personaje invulnerable siempre ha estado presente en la cultura popular a través de series, cómics y películas; sin embargo, a lo largo de los años también ha habido hombres que han bajado información desde el corazón. Mi familia es judía-árabe y tengo muchas referencias del sufismo. Mis consentidos son Rumi y Hafiz, dos hombres que vivieron desde el corazón y que lograron alcanzar este equilibrio entre lo masculino y lo femenino, transformándolo en conceptos filosóficos hermosos.
Si queremos generar una nueva masculinidad, tenemos que transformarnos desde dentro. Es una responsabilidad de cada uno de nosotros transformar el mundo y elegir qué tipo de célula queremos ser para la humanidad.