PARA MEXICANIZAR LA MAQUILA…
Si algunas empresas se van por la presión de EU, sus naves y trabajadores son una oportunidad para inversionistas locales
Mientras que especialistas señalan que existe un riesgo real de que algunas maquiladoras sí se tengan que ir de la ciudad por el factor Trump, empresarios locales dicen que es una oportunidad para convertir a esas plantas en empresas mexicanas, aprovechando todo el talento, logística e infraestructura que ya existe.
La industria maquiladora, motor económico de Juárez y otras regiones de la frontera norte del país, se encuentra ante uno de los peores escenarios que se planteó cuando Donald Trump se postuló como aspirante a la candidatura del partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos.
Ahora, ya como presidente, Trump ha venido tomando acciones para tratar de repatriar el empleo que las empresas han sacado a otros países como México o China, en donde han encontrado mayor competitividad y menores costos.
Aunque todavía no formaliza el impuesto de hasta 35 por ciento a las importaciones con el que amenazó, Trump ha estado presionando a las empresas más grandes para lograr que regresen los puestos laborales e inversiones a Estados Unidos, y en algunos casos como el de Carrier y el de Ford, ya ha tenido éxito. Al menos eso ha parecido.
Érika Donjuán Callejo, economista y directora de la Agencia Estadística de Mercados, indicó que es evidente que si se impone un arancel del 20 ó 35 por ciento como el que ha marcado el presidente estadounidense, seguramente muchas empresas saldrán de competencia.
Explicó que hay maquiladoras, sobre todo las de niveles más básicos como ensambles simples, arneses o textiles, que trabajan con márgenes de ganancia muy pequeños.
Esas firmas, aseguró Donjuán Callejo, no podrían enfrentar un arancel tan grande como el que ha planteado el presidente de Estados Unidos.
La infraestructura y los trabajadores de las plantas puedan irse ante los embates del presidente Trump representan una oportunidad para inversionistas locales
Añadió que aún falta ver exactamente qué arancel se fija, y para qué tipo de empresas, pues por ahora se ha centrado sobre todo en las automotrices.
María Teresa Delgado Zárate, presidenta de la Asociación de Maquiladoras Asociación Civil (AMAC Index-juárez), dijo que las empresas de la ciudad están a la espera de una resolución formal por parte del presidente estadounidense, para poder hacer números y determinar si es factible seguir fabricando desde México o si tienen que retirarse.
Eduardo de León, gerente de recursos humanos de Tecma, una empresa de shelter, indicó que bajo el panorama actual, con la sombra de Trump, no han podido planear nuevas inversiones, porque no se puede hacer una corrida de costos.
Explicó que a las empresas que tratan de invertir en Juárez, hay que demostrarles cuánto les va a costar producir aquí con pesos y centavos y que dada la incertidumbre actual no se ha podido hacer ese tipo de cálculos. Esta situación priva desde noviembre pasado, cuando Trump ganó las elecciones.
Héctor Núñez Polanco, presidente de Desarrollo Económico del Norte Asociación Civil (DENAC), indicó que si bien, la maquiladora ha sido buena para Ciudad Juárez, la retirada de algunas plantas se puede ver como una oportunidad.
Explicó que algo que la maquiladora ha dejado en la ciudad es miles de personas que han aprendido todos sus procesos.
Las empresas que tengan que irse, agregó Núñez Polanco, deberán dejar atrás sus naves e incluso hasta cierta maquinaria, y todo el conocimiento que han inculcado a los juarenses para hacer miles de productos.
Afirmó que tanto el conocimiento como la infraestructura de las empresas que decidan irse, pueden aprovecharse. Una opción es buscar quien quiera invertir en una planta similar, y la otra es buscar una sociedad con esos corporativos para convertir a la maquiladora en una compañía nacional, con inversión y socios mexicanos, para así esquivar el arancel de Trump.
El especialista indicó que los corporativos que compran lo que se fabrica en las maquiladoras no podrán soportar los costos elevados que implican los trabajadores de Estados Unidos y se les puede ofrecer mejores precios manufacturando aquí con capital y personal mexicano.
“Es una forma para aumentar la proveeduría, algo que siempre hemos buscado”, dijo el líder industrial.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Jorge Bermúdez Espinoza, coincidió con la oportunidad que plantea el retiro de determinadas plantas y fue más allá al señalar la necesidad de un esquema fiscal especial que permita a este tipo de empresas arrancar.
Indicó que si se facilita el pago de impuestos a la nueva industria nacional, será más fácil arrancar este tipo de negocios.
“Si Hacienda nos puede otorgar algo como un esquema de pago de impuestos más sencillo, de 10 por ciento sobre utilidades, o algo parecido, que no sea complicado, vamos a ver muchas empresas arrancando”, indicó.
La secretaria de Innovación y Desarrollo Económico, Alejandra de la Vega Arizpe, coincidió en que es una oportunidad para cambiar el modelo económico del estado.
Señaló que se están buscando esquemas para ayudar a las pequeñas y medianas empresas y no descartó la posibilidad de buscar una fórmula fiscal especial, ya que el presidente Enrique Peña Nieto había hecho un ofrecimiento de revisarlo, cuando se le solicitó una zona franca.
Uno de los fundadores de la industria, Jaime Bermúdez Cuarón, afirmó que la situación que vive actualmente la ciudad requiere de un nuevo enfoque, como la prioridad sobre el desarrollo de proveeduría.
Pero para ello, señaló, se requiere que el gobierno y la iniciativa privada asuman la misma actitud que tomaron cuando lograron el esquema maquilador.
Entonces, recordó, se hicieron infinitos viajes a la Ciudad de México y se luchó contra la cerrazón de los funcionarios de Hacienda hasta que se logró un esquema fiscal especial, justo como lo que se necesita ahora.