LA PIEZA CLAVE PARA LAS AUTOMOTRICES ES JUÁREZ
Por sus características, esta frontera un sitio indispensable para las armadoras
Ciudad Juárez –donde el 70 por ciento de la manufactura está dedicada a las autopartes– ha contribuido al crecimiento del sector automotriz del país, pues el trabajo hecho en esta frontera figura en la mayoría de los vehículos enviados a Estados Unidos y en una buena parte de los ensamblados en el lado norte de la frontera.
Y es que, de acuerdo con los analistas, el avance en el sector local y nacional se debe a que las trasnacionales siguen hallando a México como un punto estratégico para la manufactura, donde hay mano de obra calificada y barata, y existe una disposición por parte del trabajador para realizar todo tipo de tarea.
En los últimos años, la industria automotriz mexicana se ha consolidado como uno de los pilares más importantes en la producción de vehículos destinados al mercado estadounidense, debido a que el 77 por ciento de los vehículos producidos en México son exportados a Estados Unidos.
Pero en el contexto actual, los posibles cambios en las políticas de comercio exterior de Estados Unidos implican retos para las firmas automotrices, debido a los embates que el presidente Donald Trump ha lanzado contra las empresas automotrices que tienen operaciones en este país.
POSICIÓN GEOGRÁFICA, COSTO DE MANO DE OBRA Y CAPACIDADES ADQUIRIDAS HACEN DE ESTA FRONTERA UN SITIO INDISPENSABLE PARA LAS FABRICANTES DE AUTOS
Los analistas afirman que las condiciones de competitividad que México ofrece impedirán que las empresas dejen de lado sus intereses económicos para someterse a las amenazas del nuevo mandatario.
Quienes decidan migrar parte de sus operaciones al país vecino entrarán a un contexto de incompetencia (personal limitado y mano de obra cara) que los orillará a automatizar algunas operaciones para ahorrar los gastos de producción.
UN POCO DE JUÁREZ EN CADA AUTO
En las últimas décadas, la mano de obra juarense se ha especializado tanto en el sector automotriz, que actualmente 7 de cada 10 plantas manufactureras de la ciudad se dedican a la fabricación de alguna autoparte.
Ensambladoras de casi todas las marcas, desde la estadounidense Ford hasta la nipona Toyota, integran asientos de piel, tableros eléctricos, sistemas de aire acondicionado bocinas, sistemas de frenos, sistemas hidráulicos para volantes, arneses, computadoras del motor, entre muchos otros productos.
En Ciudad Juárez, los mayores fabricantes de autopartes son Delphi, Lear, Bosch, Cummins, Siemens, Valeo, Stoneridge, Strattec, Continental, Eagle Otawa, entre otras trasnacionales que hacen llegar sus artículos a las plantas de ensamblaje de la República Mexicana.
Guillermo Gutiérrez Morquecho, ex director de la Asociación de Maquiladoras Asociación Civil (AMAC-INDEX Juárez) y un ex directivo de Delphi con más de 30 años de carrera en la industria automotriz afirma que el nivel manufacturero al que ha llegado Juárez es gracias al talento y la disposición de la mano de obra de los fronterizos, que actualmente está compuesta por 65 mil 683 trabajadores de los 288 mil 333 ocupados en la industria.
El experto señala que la mano de obra y el conocimiento adquirido por los juarenses han sido los principales factores por los cuales el sector automotriz de la localidad ha ido evolucionando y se ha especializado en la fabricación de autopartes más que en otros sectores fabriles.
Gutiérrez Morquecho cree que a lo largo de varias décadas, los trabajadores de las plantas ubicadas en esta urbe han obtenido un alto grado de experiencia y conocimientos, que los ha llevado a exportar talento a otros países, entre ellos Estados Unidos. Desde Juárez, los ingenieros especializados viajan para montar y echar a andar líneas de producción en cualquier rincón del planeta.
El interés de las firmas extranjeras se puede ver en la Inversión Extranjera Directa (IED) del estado de Chihuahua: el 38.56 por ciento de los mil 285 millones 500 mil dólares que llegaron entre enero y septiembre del 2016 está enfocado a la producción de toda clase de autopartes.
Es decir, en ese período, en la entidad se destinaron 495 millones 800 mil dólares a instalar líneas de producción y naves para hacer desde asientos y equipo eléctrico, hasta parte del sistema de la trasmisión de los vehículos.
La Secretaría de Economía que el 21 por ciento de la IED nacional la tiene Chihuahua –la entidad con más inversión en el sector–, y el 64 por ciento de ésta se dedica a la fabricación de autopartes: la especialidad de Juárez.
La presidenta de la Asociación de Maquiladoras y Exportadoras de Chihuahua, A.C. (AMEAC-INDEX Chihuahua), María Cristina Sánchez Chacón, aseguró que la entidad está en su punto más álgido de la competitividad. “Ahorita hablamos de una industria automotriz que ya tiene una integración vertical o que tiene a los proveedores alrededor de su planta”.
MÉXICO, UN PILAR PARA EU
Desde el norte hasta el centro del México, las armadoras y fábricas de autopartes han posicionado al país como el principal productor de automóviles en América (pasando por encima de Brasil y Argentina)
La industria automotriz mexicana cerró el 2016 con la producción de 3 millones 399 mil 076 vehículos, es decir, 2 por ciento más con respecto a los 3 millones 465 mil 615 fabricados en 2015.
También se convirtió en el 2016 en uno de los pilares del consumo estadunidense, debido a que el 77.1 por ciento de los automóviles producidos en territorio nacional –2 millones 133 mil 724 unidades– se comercializaron en EU.
Es por ello, que los analistas y dirigentes manufactureros consideran que la inversión de la industria automotriz y las operaciones no regresarán en un gran porcentaje a la Unión Americana, debido a que México ya es el lugar predilecto para ahorrarse costos y buscar encontrar talento.
La mano de obra, sus capacidades y su precio, es lo que ha orillado a firmas, como Volkswagen, Nissan, Ford Motors, General Motors, Fiat Chrysler Automobiles (FCA), Mazda y hasta BMW, a fabricar los vehículos en este país.
La organización The Conference Board reportó en las “Comparaciones Internacionales de Trabajo”–que analiza los salarios percibidos de 2010 con los de 2015– que la mano de obra para producción de un vehículo en México es 84.35 por ciento más barata que en Estados Unidos.
Mientras aquí pagan 5.9 dólares por hora en salario y todas las prestaciones, en el país vecino los corporativos tienen que pagar hasta 37.71 dólares por hora.
El reporte, además, indica que hubo un aumento en los pagos que reciben los estadunidenses del 8.1 por ciento, y en México se abarato hasta un 3.71 por ciento.
Como ejercicio, el Centro de Investigación Automotriz (CAR, por sus siglas en inglés) publicó que producir en la planta de Hermosillo, Sonora, un Ford Fusion destinado a Estados Unidos resulta mil 200 dólares más barato que si se produce en Michigan.
Así mismo, la brecha se amplía más cuando se trata de una unidad dirigida al mercado europeo, debido a que se presenta un ahorro de 4 mil 300 dólares al producirlo aquí versus territorio estadounidense.
Por el ahorro en la mano de obra, la calidad y la ubicación estratégica, es que las empresas alemanas y asiáticas han resistido las amenazas de aranceles altos –de hasta el 35 por ciento– del presidente estadounidense.
REPATRIACIÓN DE EMPRESAS
El presidente Donald Trump llegó con la intención de cambiar el esquema en el que funciona el comercio exterior entre México y Estados Unidos, y con ello, y lanzó varias amenazas para la industria automotriz estadounidense e internacional establecida en este país.
Sin embargo, el presidente de la Unión Americana –quien ha logrado repatriar algunas pocas operaciones de los Tres Grandes de Detroit– generará un efecto contraproducente a las empresas estadounidenses que tienen operaciones en la República Mexicana y afectará a los consumidores de su país.
Gutiérrez Morquecho dijo que al imponer un arancel o mover las operaciones a un lugar donde sale más caro producir, los costos de transporte, proveeduría, y empleos, repercutirán en
la venta de los automóviles. Además se presentará una inflación generalizada en los precios de todos los productos.
Una de las principales amenazas de Trump hacia las ensambladoras con operaciones México, es la imposición de un arancel de 20 ó 35 por ciento –anunciado pero no confirmado–, mismo que terminaría por encarecer las operaciones de firmas como Toyota, Nissan, Volkswagen, BMW (que llegará en 2019 a México) e incluso a las Tres Grandes.
El gravamen afectaría al consumidor estadounidense. Un Dodge Journey producido en México podría costar en Estados Unidos entre 25 mil 374 y 28 mil 545 dólares, es decir, hasta 7 mil 400 más que su valor actual de 21 mil 145.
El precio de un Ford Fusion pasará de costar 22 mil 120 a entre 26 mil 544 y 29 mil 862 dólares, dependiendo del arancel. Un Lincoln MKZ (de 35 mil 170 dólares) podría costar entre 42 mil 204 y 47 mil 479 si se consuma el importe.
ARMADORAS EN FUGA
A base de estas amenazas y la generación de condiciones amigables para repatriar capital a Estados Unidos –un plan de reducción de impuestos y recortes a las normativas de regulación–, los Tres Grandes regresaron algunas operaciones a Michigan y otros estados del país vecino.
Ford Motors fue la primera –el 4 de enero– en detener la inversión de mil 600 millones de dólares, debido a la presión de Trump y los intereses de la empresa de reenfocar la producción a automóviles eléctricos y autónomos.
Cinco días después, FCA (Fiatchrysler-dodge) informó que destinará mil millones de dólares en reequipar y modernizar dos plantas en la región central de Estados Unidos para fabricar la camioneta Ram que actualmente es producida en México.
También anunció la creación de más de 2 mil empleados relacionados con la producción de otros modelos del grupo automotriz.
El 17 de enero, tres días antes de que Trump asumiera el cargo el día 20, General Motors anunció una inversión de mil millones de dólares a Estados Unidos y la creación de 7 mil empleos nuevos empleos.
A pesar de estos movimientos estratégicos y políticos, los analistas automotrices e industriales señalan que los corporativos enfrentarán costos altos al dejar sus operaciones en México, que repercutirá en el consumo de los productos.
En el caso de Ford, tan solo la proveeduría será una de las que incrementará su costo debido a que algunos modelos, como el Fusion, MKZ y el Fiesta, integran entre un 45 y un 50 por ciento de partes y componentes hechos en México.
DARÁ EMPLEO… A ROBOTS
El economista y director de la consultoría Sólo Negocios, Alejandro Sandoval Murillo, comentó que el capital que se moverá a Estados Unidos dependiendo de su naturaleza y el grado de especialización.
Aseguró que la única opción que las automotrices tienen para ahorrar dinero al tiempo que se llevan sus operaciones de México es la automatización, una situación que revertiría las promesas de Trump de generar más empleo.
Aún y con las presiones del poder ejecutivo estadounidense, algunas de las firmas que tienen plantas de ensamblaje en México o que piensan traerlas, retaron a Trump y decidieron asumir el arancel. Aseguraron que EU no es su único mercado.
La empresa Toyota indicó, el 4 de enero, que la construcción de su nueva planta en Guanajuato sigue en marcha y continuará operando en Baja California. También comunicó oficialmente que la inversión que existe en México se complementa con la que se tiene desde hace 60 años en Estados Unidos.
Al día siguiente, Nissan descartó el cese de inversión en la planta de Aguascalientes, así como su alianza con Daimler (fabricantes de Mercedes-benz).
El 9 de enero, las compañías alemanas Audi, BMW y Volkwagen, informaron que seguirán sus operaciones en México.
NECESARIO PREVER Y ACTUAR
Las organizaciones industriales y los analistas económicos señalan que si un efecto negativo se registra en la ciudad será exponencial, por lo que se debe de trabajar desde ahora en un plan.
Sandoval Murillo, opinó que la inversión que ya está instalada en Ciudad Juárez difícilmente se moverá, pero no descartó que algunas compañías podrían regresar a Estados Unidos.
Afirmó que el Gobierno Federal debería de actuar de manera agresiva en términos fiscales, que por un lado incentive la operación e inversión extranjera y favorezca también a los inversionistas mexicanos.
La presidenta Asociación de Maquiladoras A.C. (AMAC-INDEX Juárez), María Teresa Delgado Zárate, dijo que una de las principales misiones que tienen actualmente es hacer que mejore la cadena de suministros nacionales, incluir más proveeduría nacional, de compañías que sean estables y competitivas.
Las fuentes consultadas coincidieron en que Juárez seguirá siendo un punto importante para la industria automotriz de México, e incluso para que pudiera ser repatriada a Estados Unidos, debido a que su inherencia con la cadena de producción de varios vehículos la hace imprescindible para algunas firmas.