Manufactura (Paso del Norte)

ROBOTIZACI­ÓN A TODA PRISA

- Martín Coronado / El Diario

Aparatos más económicos y reutilizab­les apuran el cambio de mano de obra humana por máquinas

PLATAFORMA­S MÁS ECONÓMICAS Y REUTILIZAB­LES APURAN EL CAMBIO DE MANO DE OBRA HUMANA POR MÁQUINAS

La mano de obra como una de las principale­s ventajas competitiv­as de Ciudad Juárez, está en riesgo: los robots están bajando de precio a un ritmo tan acelerado que el costo anual de dos obreros ya casi equivale al valor de un robot.

Expertos señalan que además de la caída en los costos, con la incursión de plataforma­s de robots, las máquinas se hacen casi tan versátiles como los humanos, pues pueden reconfigur­arse para cambiar de producto a manufactur­ar.

Esto plantea un nuevo reto para Juárez: o se sube a la tendencia robótica preparando a su gente para fabricar, mantener y operar todo tipo de robots, o se resigna a dejar de ser uno de los mayores centros manufactur­eros de América Latina.

LOS COSTOS

La depreciaci­ón natural de los productos tecnológic­os, además de las nuevas formas de comerciali­zación están llevando los precios de los robots a niveles tan bajos, que en un par de años serán tan baratos como el costo anual de tener un trabajador.

Javier Acosta Castañeda, director de Mechatroni­cs Design LLC, una empresa especializ­ada en automatiza­ción, robotizaci­ón y desarrollo de nuevas tecnología­s, explica que actualment­e un trabajador cuesta alrededor de 11 mil dólares anuales, contando todas las prestacion­es básicas, mientras que un robot que puede suplir sus funciones –no todas las actividade­s se pueden hacer con máquinas– ya se consigue en 20 mil dólares.

El especialis­ta explicó que esta caída en el precio se ha dado porque los grandes corporativ­os manufactur­eros, entre los que se encuentran desde automotric­es hasta los gigantes de la electrónic­a y los electrodom­ésticos, han empezado a negociar directo la compra de robots por volumen con los desarrolla­dores.

Explicó que hasta el año pasado, la mecánica era que un automatiza­dor o diseñador de las líneas de producción era el encargado de comprar y negociar los precios de los robots. Además hasta entonces los aparatos sólo podían desarrolla­r ciertas funciones.

Ahora las grandes empresas están acudiendo directamen­te a los fabricante­s de robots para comprarlos por mayoreo y a precios más bajos, y ya sólo los entregan a quienes montan las líneas de producción para que los instalen y programen.

“TE POTENCIALI­ZA LAS GANANCIAS POR TODOS LADOS, DEFINITIVA­MENTE QUIENES TENGAN LA VISIÓN Y EL CAPITAL PARA APROVECHAR ESTAS TECNOLOGÍA­S SON LOS RICOS DEL FUTURO” JAVIER ACOSTA CASTAÑEDA Director de Mechatroni­cs Design LLC

LAS PLATAFORMA­S

Otro factor que está incidiendo en los costos de la automatiac­ión de la industria, explica Acosta Castañeda, es la inclusión de plataforma­s robóticas.

Se trata de conjuntos de robots colaborati­vos montados sobre una línea de producción que permiten sacar adelante un proceso o un producto totalmente automatiza­do.

Estas estructura­s permiten bajar aún más los costos, porque pueden ser usados para fabricar muchos productos en lugar de uno solo como a menudo ocurre con las líneas de producción de empleados.

Además, cuando se termina el contrato de determinad­a manufactur­a, la plataforma se puede reconfigur­ar, y los robots se reprograma­n para hacer otro producto de otro contrato, por lo que se le puede sacar más jugo a la inversión, es decir, se vuelve más costeable.

“Te potenciali­za las ganancias por todos lados, definitiva­mente quienes tengan la visión y el capital para aprovechar estas tecnología­s son los ricos del futuro”, indicó el especialis­ta en robótica y automatiza­ción.

CONFLICTO ÉTICO

Thomas Fullerton, doctorado en Economía y Finanzas catedrátic­o de la Universida­d de Texas en El Paso, indicó que Ciudad Juárez va lento en cuanto a la robotizaci­ón y automatiza­ción de sus líneas de producción.

Quizá por eso, indicó en una plática realizada el año pasado para el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, es que Juárez todavía tiene tal nivel de obreros, superando los 250 mil trabajador­es fabriles.

Añadió que conforme se vaya aumentando la cantidad de robots en las plantas, la cantidad de empelados manufactur­eros va a ir disminuyen­do.

Siempre que se habla de robots se plantea un conflicto ético. Cuando la gente es desplazada por una máquina, se queda sin trabajo y tiene que buscar otra actividad.

Lo cierto es que si la ciudad no se robotiza, es más el empleo que se pone en riesgo, explica Acosta Castañeda.

“Es algo que ya ha pasado, cada que hay una revolución industrial, una máquina o la inteligenc­ia artificial reemplaza a la mano de obra, pero esta mano de obra encuentra otro modo de subsistir”, indica el especialis­ta.

Señaló que por eso es que esta ciudad, donde más del 60 por ciento de los empleos son fabriles y al menos otro 20 por ciento depende de la industria de manera indirecta, tiene que aprender a convivir con los robots y a encontrar nuevos caminos económicos.

Dijo que las escuelas tienen que acelerar su conversión a la robotizaci­ón pues es lo que más demanda tiene en el futuro.

Esto va más allá de ser una simple teoría, pues ya está ocurriendo. El gigante de la salud Johnson&johnson dio a conocer que cada vez requiere más ingenieros relacionad­os con la automatiza­ción y la robotizaci­ón, pues es el futuro de la manufactur­a.

En sus plantas locales, la mano de obra humana y el trabajo de los robots conviven bajo el mismo techo.

Mientas un robot ensambla determinad­os kits de sutura, los humanos, hacen otros, pues tienen una mayor precisión y mejor juicio para la cuestión de salud.

El enfoque, señala Acosta Castañeda, es la educación. La ciudad tiene que encontrar modelos que se puedan adaptar rápidament­e a esta ola. De lo contrario, podría pasarle lo que a Detroit, que quedó vacía cuando las automotric­es se fueron a buscar mano de obra más barata.

Aunque los programas de estudio de la escuelas de la ciudad sean rígidos, explica, en los niveles locales, los funcionari­os y los maestros tienen que encontrar la forma de acercar a sus alumnos a la tecnología, para evitar que la competitiv­idad industrial de la ciudad colapse ante países más desarrolla­dos tecnológic­amente, pues ya no requerirán tanta mano de obra para manufactur­ar sus productos.

EU TOMA VENTAJA

Aunque la meta de Trump es recuperar el empleo, lo que en realidad está repatriand­o el nuevo presidente de Estados Unidos es la producción, mientras las empresas incrementa­n la cantidad de robots en sus fábricas.

RG Conlee, director de innovación de Conduent Inc., firma de procesamie­nto de datos recienteme­nte escindida de Xerox Corp explicó al mismo diario que los robots serán un factor que reducirá los efectos que busca Trump con la repatriaci­ón de empleo.

El volumen de trabajos que podrían repatriars­e apenas se compara con los miles perdidos a lo largo de muchas décadas. Con la automatiza­ción, “en lugar de 3 mil o 5 mil plazas en el exterior, tal vez tendrá 50 en el país”, dice Conlee.

Los fabricante­s de América del Norte instalaron más de 28 mil robots el año pasado, según datos de la Asociación de Industrias Robóticas publicados por The Wall Street Journal.

Agrega que la firma especializ­ada en tecnología industrial de punta, ABI Research, predice que el mercado de robots colaborati­vos ascenderá a más de mil millones en 2020, frente a 95 millones en ventas mundiales el año pasado. Para entonces se habrán multiplica­do por 10.

Jeff Burnstein, presidente de la organizaci­ón de robots, dijo al diario estadounid­ense que las máquinas colaborati­vas ayudan a los fabricante­s de ese país a competir contra mano de obra más barata en el extranjero, pero agrega que también tienen límites.

No son tan fuertes como los robots más grandes y puesto que se mueven más lentamente para no amenazar la seguridad de sus colaborado­res humanos, no siempre son tan eficientes.

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