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Empresas se adaptan para recibir a personas con capacidades distintas
Empresas se adaptan para recibir a personas con capacidades distintas; desde silentes, hasta empleados en sillas de ruedas también son altamente productivos
AMayra Gómez le gusta la costura, y desde hace tres años encontró la oportunidad de trabajar en la maquila haciendo asientos de automóviles. Trabaja rápido y es eficaz. Su sordera no le impide colaborar y comunicarse con sus compañeros del área de producción.
Ella, como otros 24 trabajadores, lleva colgado un carnet con una oreja que los integra en el programa de inclusión de personas “silentes” al área de producción de la planta Río Bravo de Lear Mexican Trim Operation (MTO).
Este tipo de escenario, es uno de los que se han hecho cada vez más frecuentes en industria maquiladora. Los corporativos han llevado sus programas de bienestar social y laboral a la inclusión de personas con discapacidad.
Desde trabajadores en sillas de ruedas hasta los que tienen problemas auditivos, ya operan en las áreas de producción y administrativas de las plantas manufactureras de Ciudad Juárez.
Las empresas y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) han encontrado que la población con discapacidad posee un índice menor de rotación y habilidad para varias operaciones que son realizadas diariamente en la industria.
El subdelegado local de la STPS, Arturo Armendáriz Domínguez, indicó que estos factores han hecho cada vez más recurrente que personal con estas condiciones – visual, auditiva, motriz, entre otras– les integren a desarrollar habilidades y aportar parte de los que pueden ofrecer.
“Los han adaptado perfectamente a las actividades y además los mantienen seguros; e incluso algunos han creado ciertos dispositivos y procedimientos para que en caso de una contingencia poder actuar”, comentó.
UNIDAD SILENTE DE LEAR
Andrés Bravo tuvo la oportunidad de convertirse el líder de su grupo por una semana. Su discapacidad no implicó barrera para comunicarles a sus compañeros los mensajes de sus superiores, en cambio, ellos pusieron aún más atención a sus manos y sus señas para poder entender las indicaciones del día.
La planta de Lear actualmente cuenta con 14 empleados silentes en el primer turno y 11 en el segundo –dos de ellos son auditores de calidad y el resto forma parte del equipo de operadores de costura de la fábrica–, todos ellos ya inmersos en la dinámica de la industria manufacturera.
Víctor Martínez, gerente de recursos humanos de Lear MTO planta Rio Bravo, dijo que inclusión de personal “silente” surgió a raíz de que la dirección del corporativo señaló que el personal con el que contaban con discapacidad, tenía mucha antigüedad y se había adaptado bien al trabajo.
Esto sirvió de impulso para que la planta –en cumplimiento de la política internacional de inclusión– buscara hace tres años la contratación de personal con las mismas condiciones, para capacitarlo e integrarlo al área de producción.
“Empezamos con esto porque hemos visto que ellos no nos van a fallar y son muy estables, porque a una persona con capacidades diferentes muchos empleadores no les dan trabajo, así que cuando lo tienen, lo cuidan más y lo valoran más”, aseguró Martínez.
El gerente de recursos humanos de Lear MTO planta Río Bravo comentó que los trabajadores “no silentes” se han adaptado tanto al entorno laboral, que algunos han llegado a entenderse o comunicarse con alguna que otra seña.
Esto, sin embargo, también ha sido agradecido por los mismos trabajadores con discapacidad, luego de que en las pasadas fiestas navideñas emitieran un mensaje para los demás trabajadores.
BENEFICIOS FISCALES PARA LAS EMPRESAS
La STPS y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) cuentan con mecanismos para incentivar la contratación de personal con discapacidad, que va desde la contratación hasta la adaptación de espacios para personas que presente alguna de estas condiciones.
Los corporativos pueden deducir de sus ingresos un monto equivalente al 100 por ciento del Impuesto Sobre la Renta (ISR) retenido y enterado de las personas con discapacidades como motriz permanente –que usen prótesis, muletas y sillas de ruedas–, mental, auditiva, de lenguaje (en un 80 por ciento o más), así como, invidentes.
Las empresas pueden deducir de sus ingresos acumulables un monto adicional equivalente al 25 por ciento del salario efectivamente pagado a las personas con discapacidad.
También, el SAT permite a los contribuyentes deducir al 100 por ciento las inversiones en adaptaciones (en adiciones o mejoras) a las instalaciones para facilitar el acceso y uso de las instalaciones a personas con discapacidad, como rampas, elevadores y estacionamientos.
Armendáriz Domínguez comentó que esto ha llevado a las empresas a esforzarse para hacerse acreedores del Distintivo de Empresa Incluyente, a través de la contratación de personas con discapacidad o brindar las condiciones para que el trabajador pueda atender a algún pariente que tiene una situación de este tipo.