CREAN ROBOT 100% JUARENSE
Cuesta la mitad de uno importado; es una oportunidad de desarrollo para la ciudad
La empresa juarense Mechatrinics Automation diseñó y fabricó el primer robot industrial comercial totalmente hecho en México, en lo que la empresa define como una oportunidad para generar una revolución en la economía de la ciudad.
Javier Acosta Castañeda, director general de la empresa, explica que ante la inminente penetración de los robots a las líneas de producción de todo el mundo, lo que más le conviene a esta urbe es enfocar su economía en la creación de este tipo de aparatos, cuya demanda en México crecerá al menos a 400 por ciento de aquí al 2022.
El diseño y fabricación de los robots es una parte estratégica, pues el dueño de esta tecnología, y quien tenga los mejores técnicos e inventores es el que sacará la mayor ganancia, afirma el especialista.
Señala que la mano de obra maquiladora, de la que depende el 60 por ciento de la economía de Juárez, dejará de ser el activo más importante, y dará paso a la mente de obra, encargada del diseño.
El aparato creado por Mechatronics —llamado Sonni— no sólo iguala las funciones de los que ya existen en el mercado, y que se importan de Japón, China y Alemania principalmente, sino que tiene un sistema de visión e inteligencia artificial embebido, lo que le permite revisar su propio trabajo y tomar decisiones sobre lo que ha hecho.
“Lo fuimos ensamblando, viendo en qué fallaba, haciendo comparaciones con otros robots para volverlo más versátil y competitivo en cuanto a velocidad, precisión y funcionamiento general”, explicó Acosta Castañeda mientras mostraba fotos del desarrollo de todo el proyecto.
“Lo pusimos a competir con otros robots comerciales extranjeros e hicimos muchos ajustes. Nos tomó cerca de 10 meses desde la conceptualización hasta que lo logramos y ahora ya está listo para su venta”, dijo.
“Lo hicimos porque nos apasiona y porque hay una oportunidad de mercado muy grande, un mercado en el que nosotros tenemos muchas ventajas. La diferencia es que un robot comercial te cuesta 38 mil dólares. Este cuesta menos de la mitad de eso”, explica.
Al precio de un importado hay que sumar un 50 por ciento de gastos adicionales: desde el traslado hasta la capacitación y el mantenimiento.
“Cuando compras un robot además de lo que cuesta, lo tienes que importar, entonces los aranceles de un japonés o chino son altísimos, hasta un 32 por ciento, más los trámites”, indica.
“Tienes que pagar el IVA, contratar a una empresa tercera para que te lo mande, y además un especialista para que te lo pueda instalar… hay que capacitar a tu gente, cuánto te cuesta la capacitación. Son costos muy altos para la industria, empiezan a gastar dinero desde que lo seleccionan hasta que lo traen”, añade.
Cuando la máquina empieza a fallar, el mantenimiento y las reparaciones son costos adicionales que las empresas no ven de primera instancia.
Otro de los gastos es la capacitación, pues uno de los principales problemas de las plantas que tienen robots es que no encuentran personal listo para manejar y programarlos, y eso les resulta muy caro, explica el director de Mechatronics.
El aparato hecho en Juárez está diseñado para cualquier trabajo: ensambles, traslado de materiales, verificaciones, pruebas de productos, entre muchos otros.
“JUÁREZ NO TIENE EL ENSAMBLAJE COMO VENTAJA, SINO LOS PROCESOS, LAS IDEAS Y ESTRUCTURAS QUE SE HAN HECHO YA GENERACIONALMENTE… EL FUERTE DE JUÁREZ ES EL SABER LOS PROCESOS PARA HACER LOS PRODUCTOS CON UNA CALIDAD TREMENDA. EL PERSONAL DE ENSAMBLAJE ES CADA VEZ MENOS, POR ESO LAS EMPRESAS BATALLAN PARA CONSEGUIRLO Y MANTENERLO”
ROBOTIZAR ES LA OPCIÓN
El especialista en automatización explica que la gente que antes estaba dispuesta a trabajar haciendo ensambles ahora no quiere hacerlo por que los salarios son bajos. Eso causa un alto nivel de rotación y muchas complicaciones para conseguir personal.
Por ello, agrega Acosta Castañeda, la opción que tiene la industria es el uso de robots, que cada vez se va haciendo más factible.
Dijo que todo se reduce al costo. Un robot chico, de 28 mil dólares, ya con todos los gastos añadidos cuesta cerca de 42 mil dólares puesto.
Un trabajador implica un costo para la empresa de cerca de 9 mil 500 dólares anuales, lo que supone que la inversión del robot —si hiciera sólo el trabajo de un empleado— se recupera en poco más de 4 años.
El robot juarense cuesta cerca de la mitad de eso —alrededor de 20 mil dólares, un dato que la empresa no precisó— lo que implica que para las maquilas, el retorno de la inversión es de sólo dos años.
Acosta señala que los robots implican que las firmas se volverán más competitivas. Además, no tienen que invertir dinero y energía en estar combatiendo la rotación de personal, y podrán enfocarse más en producir, que es su verdadera función.
LAS VENTAJAS
La primer ventaja de Sonni es el precio. El robot más económico en el mercado es de unos 28 mil dólares, y ya puesto en Juárez vale cerca de 42 mil dólares, pues se paga alrededor un 50 por ciento adicional por el transporte y la importación, según las estimaciones de Mechatronics.
“Pero a ese costo hay que sumar otros cargos como capacitación, que además es muy difícil de conseguir, generalmente hay que mandar a la gente al extranjero. Un curso básico cuesta 5 mil dólares por persona y luego siguen otros dos niveles”.
Otros gastos son el de mantenimiento y reparación, que además implican tener el robot inhabilitado hasta que se puedan conseguir piezas o el técnico.
Acosta expilca que una segunda ventaja es el soporte local.
Los técnicos de la empresa están para hacer desde la integración e instalación, hasta el mantenimiento. La mayoría de las piezas son de manufactura juarense a excepción de motores y una transmisión que se hace en el país.
Una tercer ventaja es que el robot se compra ya con los cabezales o manerales que se necesiten para hacer la operación, que son diseñados aquí mismo.
INNOVADOR
El robot de manufactura juarense tiene algo que hasta ahora Mecatrónica no ha visto en el mercado. Se trata de un sistema de visión embebido y equipamento de inteligencia artificial que permite al aparato una revisión de calidad de lo que está haciendo, y la toma de decisiones sobre una falla en la pieza.
Acosta explica que hay robots a los que se les integra otros sistemas de visión, pero al no ser embebidos no tienen el mismo desempeño.
“Otros tienen la capacidad de ver lo que están haciendo, la mayoría son robots tontos, este tiene embebido un sistema que le permite hacer su trabajo, revisarlo con un sistema de visión y determinar si el trabajo está listo para pasarlo al siguiente proceso”, explica.
“La integración es como si pones unos ojos que alguien más hizo, no funcionan igual que los que nosotros mismos hicimos e instalamos ya en el robot”, indica.
CALIDAD MUNDIAL
El director de Mechatronics indicó que además de las pruebas de calidad que se han hecho, lo que garantiza el funcionamiento del aparato es que Sonni fue desarrollado con certificaciones en ISO 9001-2015 que aplican para diseño y producción.
“No dudo que habrá ajustes en los primeros productos, pero la ventaja es que nosotros estamos aquí, y que vamos a estar de la mano del cliente”, agrega.
La empresa ofrece entrega en alrededor de 4 semanas, similar a los de importación, con la diferencia de que ya está aquí con todo y su instalador.
Además ofrecen garantías en toda la parte del software, mientras que en partes eléctricas y mecánicas, se otorga protección por un año.
“SI SE LO DEJAS A LOS EXTRANJEROS, SIEMPRE VAS A DEPENDER DE ELLOS. LO QUE NECESITAMOS ES UNA INSURGENCIA, COMO MEXICANOS, DESPERTAR A LA INNOVACIÓN Y CUIDAR NUESTROS INTERESES COMO PAÍS”
REVOLUCIÓN VS ÉTICA
Acosta Castañeda señala que facilitar la entrada de robots en la industria juarense tiene más ventajas competitivas que desventajas éticas. “Estamos poniendo una máquina que generará productividad”, dice.
Al poder introducir los robots se les evita a las empresas el gasto de rotación de personal, y todas las complicaciones que trae por curva de aprendizaje.
Al poner robots, señala, la maquiladora se hace más productiva y eso garantiza que se quede en Juárez a seguir generando trabajo, que ya no necesariamente son los peores pagados.
“La máquina va a desplazar a cierto tipo de empleo, y va a generar más productividad. Una persona que genera errores, scrap y pérdida de tiempo va a generar malos números, y eso nos hace ver como faltos de competitividad ante los corporativos, que igual pueden abrir su planta en Estados Unidos altamente robotizada”, añade.
Agrega que no todo es robótico, en muchas cosas las personas siguen indispensables.
“Juárez no tiene el ensamblaje como ventaja, sino los procesos, las ideas y estructuras que se han hecho ya generacionalmente… el fuerte de Juárez es el saber los procesos para hacer los productos con una calidad tremenda. El personal de ensamblaje es cada vez menos, por eso las empresas batallan para conseguirlo y mantenerlo”, añade.
“En lo que nos tenemos que enfocar es precisamente en la robotización, porque sabemos los procesos, pero la falta de mano de obra nos está frenando”, señala.
Acosta Castañeda afirma que el cambio que debe procurar Juárez es de generar fabricantes de robots y el desarrollo de automatizadores, porque el país que tenga a los mejores técnicos con los mejores sistemas al mejor costo es el que será más competitivo. Ya no se trata de mano de obra.