El ingeniero español
Es considerado el padre de la ingeniería moderna. Su trabajo no sólo impactó a su patria, sino también a Francia y Rusia
Nací en el Puerto de la Cruz, en Tenerife, España. Desde pequeño, manifesté una gran imaginación y curiosidad, lo que me llevó a inclinarme hacia las ciencias experimentales.
En 1778, me fui a estudiar matemáticas y física en Madrid. Además, cursé estudios en análisis matemático, cálculo diferencial e integral, teoría de las curvas y mecánica analítica.
Cinco años después, recibí un encargo de la Corona Española: la inspección del Canal Imperial de Aragón y el estudio de las minas de Almadén.
En 1784 me trasladé a Francia para ampliar mis conocimientos. A partir de 1785 realicé numerosas investigaciones técnicas y comencé a realizar estudios sobre hidráulica y mecánica, para la creación de un Gabinete de Máquinas en Madrid.
Dos años después, viajé a Inglaterra para observar los avances del país en materia de maquinaria.
A mi regreso a París, en 1789, diseñé un modelo de telar mecánico y construí una máquina eólica para desaguar terrenos pantanosos, que incorporé junto con el telar a la colección de máquinas para el Gabinete.
Debido al inminente estallido de la Revolución Francesa, regresé a Madrid con mi colección de máquinas.
En 1792 se inaugura el Real Gabinete de Máquinas, del que fui nombrado director.
Un año después, regresé a Inglaterra, donde permanecí hasta 1796, comisionado por el gobierno español. Realicé proyectos y estudios sobre excavadoras, dragas y transmisiones para molinos de viento.
En 1798 volví a Madrid y me convertí en el primer comisario designado de la recién creada Inspección General de Caminos y Canales.
Casi una década después, emigré a Rusia, donde trabajé al servicio del zar. Durante esos años, mi labor consistió en la modernización de la fábrica de armas de Tula y la creación de una draga para el puerto de Kronstadt.
En 1822 comencé a tener problemas con el Zar, lo que provocó mi salida del instituto y mi posterior retiro.
“Si la cienca no se aplica a las necesidades humanas, su utilidad es limitada”.